Charlando con Álex Cooper

Alejandro Díez, Álex Cooper, es conocido por haber sido líder y fundador de Los Flechazos y Cooper. Dos grupos claves en el pop en español. Músico y melómano (dos palabras que deberían ir siempre juntas) hace unos años amplió su rango de acción y creo la Editorial Chelsea con un catálogo centrado en lo musical. ADemás firmó el recomendable libro Club 45 en el que Álex escribía sobre 90 canciones beat de los años 60 y acompañaba los textos con fotos y memorabilia que había acumulado como buen coleccionista que es. Ahora publica la segunda parte del libro Club 45 again y el próximo sábado 18 de marzo, dentro del Mojo Workin’ Festival, Álex estará en tabakalera presentándolo. También podremos disfrutar de sus pinchadas después de los conciertos. Aprovechamos la excusa para charlar un rato con él.

Para los que no lo conozcan, explica qué es Club 45 again ¿Cómo surge la idea del primer libro?

Club 45 era el libro que siempre había querido hacer, lo que pasa es que nunca había encontrado tiempo. Yo llevo años coleccionando discos y material gráfico de las bandas beat de los sesenta y quería enseñarlo. Y, por otra parte, veía que cada vez que se hablaba de la música que les gustaba a los mods o se hablaba de música negra exclusivamente o se hablaba de obviedades. Y yo quería mostrar la riqueza de sonidos que alimentan este culto, profundizar en los sonidos de grupos de los sesenta que nos gustan y que pinchamos en nuestras fiestas. No sólo escuchamos beat. Lo mod tiene su raíz en el amor por la música negra americana, pero hay infinidad de temas de beat que nos apasionan. Quería transmitir eso. Pasados seis años, y a raíz del éxito de Club 45, decidí preparar una secuela, una segunda parte en la que se respetaran los planteamientos de inicio. Y eso es Club 45 Again.

Siempre he pensado que Club 45 tenía algo de espíritu fanzine, pero en edición de luxe ¿Hay algo de eso?

Totalmente. Es la pesadilla de cualquier diseñador. Es heredero directo del Pussycat y de los fanzines de los 80 y 90 que consumíamos por entonces. Estéticamente y también en el tono de los textos, que pretende ser personal y alejado del enciclopedismo. Y luego, como me lo edito yo, intento que la presentación sea lo más bonita posible. Siempre he sido bastante “esteta”, me temo.

Club 45 Again foto

¿Has pensado en escribir un Club 45 de otros estilos?

Yo no. Quise editar un Punk 45 y hasta hice el encargo, pero al final no cuajó. Es difícil encontrar a alguien que esté tan chalado como yo, que coleccione memorabilia original de un periodo y también discos, y que sepa escribir y tenga una perspectiva personal. Yo lo veía muy fácil pero se ha demostrado que no. Yo quería uno de Punk, otro de New Wave, otro de Soul, otro de Revival Mod y uno más de Skin Reggae y Ska. Las cosas que más me interesan como coleccionista. Pero no quería escribirlos yo; yo sé de mods y de pop, y no tanto. Hice muchas intentonas, pero ninguna cuajó. Así que he acabado editando una segunda parte de beat.

¿Y en acompañarlo de un disco con las canciones de las que hablas? Imagino que habrá problemas de derechos

No me interesa. El libro tiene valor en sí mismo. Si hubiera que acompañar cada libro de música de las canciones de las que trata el texto, la literatura musical no tendría sentido, no tendría razón de existir. Mucho más hoy en día, que si quieres oír cada tema no tienes más que acudir a Youtube… No te voy a negar que, además, es que sería imposible conseguir los permisos de las 90 canciones. Pero nunca me preocupó; claro, es que la mayoría son canciones que en nuestro circuito han sonado infinidad de veces, para mí no tenían tanto misterio. Lo nuevo era la información, y las imágenes, las fotos. Ahora estoy feliz de ver que hay tanta gente descubriendo mi música favorita gracias a estos libros. Pero está bien que se lo tengan que trabajar un poco, que tengan que rastrear. Ya sabes, la vieja idea de que el esfuerzo es bueno.

Club 45 Again

La serie “Mis documentos” tiene mucho peso en el catálogo de Ediciones Chelsea. ¿Qué te ha aportado trabajar con otros músicos fuera de la música? 

Como estaba empeñado en editar una colección y lo de Club 45 no podía ser, di con la idea de Mis Documentos. Y me encantó la posibilidad de hablar de la escena independiente de los 90/2000, de la escena pop post-Movida, y también de acercarme a gente que siempre me había interesado.

¿Sientes que dentro de vuestras diferentes carreras compartís cosas en común?

Compartimos mucho: hemos tocado en las mismas salas, aparecido en las mismas revistas, en los mismos festivales y programas de radio… Como soy mod, no tengo problemas con la palabra “escena”, ni con formar parte de un colectivo. Gracias a esta serie he podido conocer personalmente a gente maravillosa, como Isa Fernández o Pat Escoín, a gente interesantísima como Fran o Nani Castañeda, he podido recuperar la amistad con Xoel, acercarme al mundo de Sexy Sadie con Jaime o comerme los mejores escalopes de pollo con Felipe Fresón y su familia. Tengo ganas de retomar la colección, pero necesito medir bien los pasos. En general, ha estado muy bien, porque me ha ayudado mucho a establecer la editorial a nivel nacional y hacer entender a la gente que Chelsea es un proyecto de futuro que se enfoca con pasión y que pretende dejar testimonio.

¿Qué proyectos nuevos tenéis en la editorial? 

Muchos. Este año vamos a participar en unas cuantas ferias de libro: León, Madrid, Granada, Almería… Voy a coordinar un ciclo de Editores Emergentes en León y vamos a tener la expo de fotos de La Resistencia Sonora circulando por ahí, que también da mucho trabajo. De nuevas publicaciones, poco: estoy preparando la reedición de “Club 45” , también un libro sobre una banda mod de los 80 de Madrid que me tiene muy ilusionado y por último me gustaría retomar Mis Documentos, pero los autores son esquivos, no sé qué pasará…

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Imagino que la gira del año pasado fue muy intensa a nivel emocional, recuperando temas de Los Flechazos. ¿Qué te motivó a hacerla? ¿Cómo la viviste?

Me pareció el momento adecuado y que la gente se lo merecía. Me quité la pereza y dediqué un año de mi vida a la nostalgia. Estuvo muy bien. También porque tenía fecha de caducidad. Lo disfruté mucho. Hemos tenido críticas inmejorables y momentos para recordar toda la vida. La Riviera en especial, pero también los otros conciertos. Cada una de las actuaciones tuvo minutos mágicos. La gente ha sido muy generosa, un público genial.

¿También has dado carpetazo a Cooper? Hace poco te leí en una entrevista que creías que musicalmente ya habías hecho tus mejores canciones y dado tus mejores conciertos ¿por qué piensas eso? Como decías en ‘Luces rojas’ ¿dónde fue la ilusión?

No, solamente me he tomado un año de respiro, para recuperar la perspectiva y volver con un disco que me emocione. Suelo cuidar cada paso que doy, y me gusta controlar los detalles. Las prisas no van conmigo, aunque sé trabajar bajo presión. Tampoco creo que esto sea una profesión que me tenga que tomar como algo “alimenticio”, no voy a hacer un disco que no me convenza por el hecho de que hace falta un disco para salir a girar. Eso no me interesa.

Como apreciación personal te diré que igual no tienes la rabia, la inocencia y el descaro para volver a hacer un cierto tipo de canciones; pero si el talento para hacer otro tipo de canciones. No sería tu primera reinvención o evolución.

Para escribirlas igual no, pero sobre todo creo que es que no me apetece hacerlo. Para tocarlas, he demostrado este año que sí, que pocos artistas de los ochenta pueden recuperar un repertorio entero como el de Los Flechazos y resultar convincentes. El tiempo dirá qué me toca hacer. Pero, tienes rezón en eso, yo no me veo tocando “Suzette” toda la vida, pero sí que me veo tocando “Mi Universo” con 60 años.

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Continuando con el paso del tiempo, últimamente voy a conciertos y suele pasar que, tanto en el público como en el escenario, somos los de siempre. No veo relevo generacional. 

Son muchas ideas juntas, no tengo una opinión clara sobre la mayoría de ellas. La juventud me interesa poco, me da igual si escuchan esto o lo otro, si van a museos, al cine o al fútbol. Veo lógico que a la mayoría les cueste conectar con mi música, porque yo tampoco conecto con su mundo.

Tengo la sensación de que el rock está en su peor momento de popularidad desde que nació ¿tienes esa sensación? ¿Se ha hecho el rock mayor?

El rock hace mucho tiempo que se murió, yo no creo en el rock. Yo creo en la música popular, en el pop en el sentido que se le da al término en el mundo anglosajón, donde estás en una boda o una fiesta de pueblo y la orquesta te toca una canción de la Motown, otra de los Housemartins, el London Calling, This Charming Man de los Smiths y una de los Kinks. Y cuando suena una de Wham! o de las Spice Girls hasta te gusta, o al menos no te molesta, porque entiendes que es parte del juego. Y todo el mundo está feliz y baila. El pop nunca tuvo la pretensión de cambiar el mundo, por eso nunca te va a decepcionar.

El rock como sonido de la revolución hace siglos que murió a manos de Coca Cola, de Heineken y de las instituciones. Lo compraron, lo domesticaron. Llevan el pelo largo, pero sus locales de ensayo se pagan con tus impuestos. No hay riesgo. En la era del rock, los padres encerraban a sus hijas para que no fueran a ver a los Rolling Stones. Ahora los padres intentan llevar a sus hijos a los conciertos, a ver si consiguen sacarles del sofá y que apaguen la maquinita. La pose “rock” es una parodia, no es el revulsivo y como idioma está agotado. El pop no. Es lo que yo pienso.

¿Qué concierto te apetece más ver de este Mojo Workin’?

No sé muy bien qué esperarme, me apetece todo, la verdad. Seguramente tendré mi “momento” si los Contours cantan “First I Look At The Purse”. Spyder Turner también me apetece. Pero creo que lo mejor va a ser ver a los amigos. Y volver a San Sebastián. Eso es siempre lo mejor.

Y a nosotros nos encanta que vuelvas, Álex. No tardes en volver y si es con la guitarra aún mejor.