A Fermin Muguruza lo conocemos sobre todo por su larga carrera musical, pero lleva un tiempo haciendo algunos documentales. Ahora llega su primera película de ficción, Black is Beltza, que es un proyecto que se lleva tiempo gestando y que tiene una categoría transmedia. Abarca música, cómic, exposiciones… Vamos a su casa para que nos hable de ello. En Irun, por supuesto, cerca de Mosku, la plaza donde tantas veces ha actuado. Sigue allí, en un piso de barrio, rodeado por incontables discos, comics, libros, posters, recuerdos. Decimos tímidamente al portero automático que somos los del Contraplano. La voz de Fermin suena enérgica: “¡Aupa El Contraplano!”. Y así será durante la entrevista. Ilusionándose con su proyecto, contando anécdotas del pasado, hablando de otros artistas y amigos. Tiene mil datos en la cabeza, desde las fechas de prácticamente toda su promoción hasta la procedencia insospechada de instrumentos árabes. Hablamos de muchas cosas. De su película, claro, de música, de apropiación cultural… Pero vamos al principio: De dónde surge todo.

 

Black is Beltza

En los años 60, una compañía de gigantes de Pamplona fue invitada a participar en un desfile de Nueva York. Sus dos gigantes negros no pudieron desfilar porque las autoridades lo prohibieron por discriminación racial. Muguruza ve esa foto hace años y ahí empieza todo. “Hay veces que una sola foto, como en este caso, provoca todo un huracán de creación o de actividad creativa que se va generando según se dan diferentes pasos. Porque no había una intención previa de, de repente decir voy a contar un proyecto transmedia y voy a contar esta idea desde diferentes narrativas. Todo ha ido creándose a partir de propuestas distintas. Con la foto tenía claro que había que contar una historia. Por supuesto inventándome yo un Corto Maltés vasco, o una persona que no solo es testigo de esos acontecimientos históricos sino que también interviene en ellos. Es una época que me apasiona, los 60, 65 – 67 que es donde transcurre la historia. Cuando yo veo la foto de los gigantes de San Fermín desfilando por Nueva York y leo el pie de foto que dice que los gigantes negros no han podido desfilar por la prohibición de las autoridades debido a la discriminación racial, digo: aquí está todo. Esto es un compendio de todo lo que yo he hecho hasta ahora, lo tengo resumido en un pie de foto. Es la censura, es la lucha contra el racismo, es la prohibición de bailar a través de la música, es la idea de la identidad, es la idea de los vascos cómo estamos situados en el mundo por ese hecho concreto, cómo también padecemos el racismo, aunque solo sea por portar dos gigantes. Comencé a pensar que ahí tenía que crear una historia. Tenía la historia cubana, tenía la historia de los Black Panther y cómo les daba soporte Cuba. Entonces me digo que tengo que escribir un guión y quedo con Harkaitz Cano”.

Pero fueron surgiendo otras cosas que iban retrasando el proyecto y finalmente, al no encontrar fondos decidieron hacer un comic. “Es una manera de tener algo de presentación. Es casi como tener un storyboard. Los dos somos unos fanáticos del cómic, Harkaitz Cano ya había escrito guiones de cómic. Contacto con Jorge Alderete. Es un ilustrador sobre todo, es un argentino que vive en México. Me dice que sí pero pasan otros tres años hasta que sale el cómic. Los últimos meses los paso en México porque si no no había manera de que eso avanzara. Mientras estoy allí me escriben de la Alhóndiga de Bilbao diciendo que van a abrir un nuevo espacio y que a ver si tengo yo algo entre manos. Les cuento y a ellos les interesaba mostrar más el proceso creativo. Hacemos esta exposición que se inaugura el día en que presentamos también el cómic. Hacemos charlas musicadas que todas tienen relación con la historia de Black is Beltza. Esto de repente itinera y va a Barcelona porque les interesa un montón. Nos instalamos en la Santa Mónica y construimos un estudio. Van surgiendo cosas y a nivel paralelo buscamos financiación para poder hacer la película. Me doy cuenta de que tenemos un montón de barcos que están todos relacionados, una gran armada que tiene que llegar a la Ítaca que es Donosti y ahí presentamos todo el relato gráfico dentro del libro The art of Black is Beltza, este miércoles (19 de septiembre) presentamos el disco con la banda sonora original, estamos instalados en el Museo San Telmo, hemos hecho algunas actividades paralelas como el ciclo de animación para adultos. Y el estreno de la película en el Zinemaldi”. Le comentamos que ha debido pasar mucho tiempo en este proceso y la respuesta es clara: “La foto la vi en el Egunkaria (que cerró en 2003)”. Nos explica que fue en 2001 y que la guardó en una carpeta, ya desde el primer momento con el nombre Black is Beltza.

 

El documental

Toda esta historia tan compleja ha sido recogida en un documental, Beltza naiz. Un making of tan completo que casi es más bien un documental sobre el movimiento. Hemos tenido ocasión de verlo y creemos que tiene valor por sí mismo. Le preguntamos si lo va a distribuir de manera independiente. “Quiero que vaya muy unido a Black is Beltza. Lo vamos a poner el 23 de octubre en un festival sobre cultura negra en Barcelona que se llama Say It Loud. Tenemos una versión reducida de una hora que lo va a emitir Euskal Telebista el 1 de octubre. Incluso estoy pensando el mismo 24 de octubre colgarlo en Youtube para quien lo quiera ver. Es muy importante que lo vea la gente porque es una manera de entender la película de otra manera. Muchos de los documentales que tengo los subo a mi canal, los dejo en abierto. O tenemos una distribución en una plataforma digital o si no, ¿cómo lo ve la gente? Y una de las grandes batallas que tengo es el acceso a la cultura”.

Una curiosidad del documental es que aunque es, más o menos, un making of, Muguruza, el director, no habla. Solo aparece en imágenes y son los profesionales de cada ámbito los que explican todo. “Yo soy del equipo. Si yo empiezo a contar cosas monopolizo el tiempo. Sin que yo hable, mucha gente habla a través de mí. Es making of pero la factura es más de documental. Es una historia que quería contar a través de los ojos de Amaia Jackson, una chica que conocí de Zarautz y que su historia me pareció impresionante, que ya es una película aparte”.

La banda sonora

Siempre es importante la banda sonora pero tratándose de un músico, más. Nos habla de ella, y de cómo ha ido conociendo durante años a los artistas que han colaborado. “A través de los años vamos haciendo esta red. Igual muchos no saben que conozco a todo esta gente desde hace mucho tiempo. Rosalía quizá puede haber gente que no sabía que la conocía pero es que Raül Refree (el encargado junto a Muguruza de la banda sonora) es el que le ha producido el disco en Los Ángeles. Yo conocía a Rosalía desde que andaba con C. Tangana cuando no los conocía nadie. Luego el fenómeno de Rosalía empieza a ser la explosión total. Tenemos una canción suya, Catalina, a la que le metemos unos sintetizadores de fondo”.

Hay canciones antiguas, otras creadas completamente nuevas para la película y otras que son versiones nuevas. “En la película suena una canción que no hemos conseguido tener en el disco que es la de You Are Wondering Now de Andy & Joey que es la famosa canción que versionó incluso Amy Winehouse y nosotros tenemos la versión original jamaicana, lo que pasa que no nos han dado permiso para el CD pero está en la película y se escucha un momento. Pero sí que tenemos a las Velvelettes que son estas de la Motown. Luego aparte las que hemos creado, canciones muy del ambiente. Por ejemplo en Monterey creamos una canción muy al estilo Janis Joplin o Jimmy Hendrix. Hemos conseguido incluir la versión de Respect que hizo Negu Gorriak que nos costó mogollón (en el documental se ve como les cuesta mucho conseguirla debido a los derechos de Otis Redding). La canción de Maika Makovski está compuesta expresamente para esa parte de la película en la que los personajes visitan la Factory. Anari hace una versión de Mikel Laboa, Apur dezagun katea. Manu Chao tiene una canción que estaba editada pero no estaba en ningún disco, Seeds of Freedom. Ana Tijoux que es una rapera chilena hace una versión de una canción suya. Ceci Bastida que es de Tijuana, es un grupo mexicano que yo produje en el 95, hace una versión de una canción que ellos escribieron la música y yo la letra, La esquina del mundo, sobre la línea fronteriza entre EEUU y México. Igual el 70% sí que es expresamente para la película. Yo tenía una residencia en Fabra i coats, montamos un estudio que es el que veis en el documental y por ahí va pasando todo el mundo, se hacían cosas nuevas”.

Apropiación cultural

A cuento de la mención a Rosalía, hablamos de su reciente polémica por apropiación cultural. Le preguntamos su opinión. “Hay una cuestión histórica que yo creo que hay que tener en cuenta. Por ejemplo, habla de los blackman. En el cine donde no podía aparecer ningún negro y para suplantar esa carencia los blancos se pintaban de negro. Muchas veces además de manera un poco humillante. Y en la música, no se podían hacer fiestas con negros cantando rock. Tenían que plantar una cara blanca y entonces el rey del rock es Elvis Presley, tan criticado por Spike Lee, en sus películas. El tema de la apropiación cultural viene sobre todo de ahí aunque luego se haya dispersado. Con el tema de Rosalía, que La Mala también entró un poco a este trapo, y La Mala es super amiga, encima he colaborado con ella, y con Rosalía he trabajado en esta película. Yo decía, en nada vamos a tener una colaboración de La Mala y Rosalía y ahí se va a acabar esta discusión”.

“Con el tema concretamente del flamenco, además, me parece muy ridículo. Los puristas son fundamentalistas, ignorantes completamente de su historia. Cuando yo he trabajado en los países árabes, me enseñan escalas del flamenco y es todo influencia otomana. Estamos hablando de ocho siglos de influencia árabe en el sur. Entonces cuando a mí alguien me habla de purismo le digo espera un momento, que te lo desmonto rapidísimamente. ¿Qué es lo puro? ¿Y de dónde viene? Todo está absolutamente mezclado. ¿Y nuestra trikitixa qué es? El gran instrumento autóctono vasco. Si solo tiene 100 años. Lo trajeron los inmigrantes italianos. Yendo al flamenco, si vilipendiaban a Camarón. ¡A Camarón de la isla lo vilipendiaban! Lo denigraban. ¿Quién es esa gente? ¿De dónde ha salido toda esa gente? El Estado Islámico, me río del Estado Islámico. ¿Cómo pusieron a Enrique Morente ya antes de hacer la colaboración con Lagartija Nick? Que no sabía cantar, que por eso se había unido con estos. Denigrante. Y de repente uno de los grandes instrumentos del flamenco ahora es el cajón flamenco. Y lo introdujo una persona que no es gitana que es Paco de Lucía. Entonces, ¿de qué me estáis hablando, pandilla de ignorantes?”

“Yo entiendo que hay cosas como que para que el reggae se empezara a escuchar en las radios de Inglaterra, tuvo que venir Eric Clapton y hacer una versión de I shot the Sheriff. Tenemos muchos ejemplos de ese tipo que hay que tener en cuenta el concepto de privilegio. Pero es que si la música si existe es porque se ha ido contagiando una de otra, influenciando una de otra. Cuando veo que hay una bola grande pienso que igual alguien está lanzando todo esto. Observando el plan de marketing tan increíble y tan bien hecho de Rosalía, no me extrañaría que ellos mismos hubieran hecho esto. Y luego hay mucha gente que viene detrás porque muerden fácil el anzuelo. Hablar de apropiacionismo cultural en el siglo XXI es porque alguien quiere escribir el artículo del día o porque quiere soltar beef.

Su último disco: B Map 1917+100

Antes de abandonar del todo el tema de la música tenemos que preguntarle por su último disco, B Map 1917+100, en colaboración con Suicide of the Western Culture, cuya gira iba a terminar en Donostia pero fue cancelado por cambios en la política de aforo. ¿Habrá otra oportunidad? “Teníamos ocho conciertos. El último en Donosti. Encajaba todo perfecto. Hacíamos la inauguración de San Telmo, presentábamos el libro el viernes y el sábado era el concierto. Todo redondo, y se fue a la mierda. De momento no podemos hacer ese concierto. Yo estoy con este lío y ellos están haciendo otras cosas. Nosotros teníamos una pantalla gigante detrás y necesitábamos un espacio mínimo, a nivel logístico, técnico, era un montaje complicado. Y Donosti, debo decir, que no tiene actualmente equipamientos. Intxaurrondo quizás. Pero de momento no tenemos previsto”. Le preguntamos por Jareño y explica que ya apenas se hacen conciertos más que un par de cosas y que solo está para artes escénicas. “Jareño era la sala de conciertos de Donosti, no lo entiendo, ese tipo de políticas culturales me provoca mucho rechazo”.

 

Distribución, salas, Netflix…

En principio la película se va a estrenar con unas 25 copias, con Barton Films. “Guerra de guerrillas que hacemos nosotros, intentar colarnos en los huecos del 5 de octubre y luego intentar resistir los embates de las multinacionales y lo que vayan a meter, e intentar que vaya gente. Fuera tenemos a Film Factory”. En el festival de Toronto, donde se pasó la película, recibieron la buena noticia de que China la compraba. “Lo mejor que le puede pasar a una película, antes de estrenarse ya tenemos distribución en China”.

Le preguntamos si estará en plataformas digitales. “El tema de Netflix está ahí, parece que están interesados, no puedo contar nada más porque de momento no hay nada. Yo estoy deseando que esté en Netflix porque hay un montón de países del mundo que no van a poder verla en ningún sitio, van a tener que ir a buscarla a descargas ilegales, a gente que haya grabado con una cámara en un festival y cosas de ese tipo. Por ejemplo, México, que es el país donde más seguidores pueda tener yo en todo el mundo ya están preguntando cuándo se va a poder ver. Es genial que la gente pueda tener acceso a estas plataformas. Otra cosa es las discusiones que pueda tener la gente sobre cine y plataformas digitales”.

Angela Davis en Black is Beltza

Para Muguruza contar con colaboraciones como la de Isaac Bankolé, actor fetiche de su admirado Jarmusch, supone algo más a nivel personal. Esta tan ilusionado que nos cuenta cómo le conoció, con la pasión de un fan, «aunque no me lo hayáis preguntado». Sobre quién sí le preguntamos es sobre la prestigiosa activista Angela Davis, que aparece en el documental. ¿También en la película? ”Ella vino a participar en la campaña que había a favor de Arnaldo Otegi, quería visitarle en la cárcel. Yo como también estuve en esa campaña, estuve acompañándole un par de días, le acompañe a la cárcel, no le dejaron a ella visitarle. Luego, a la vuelta le habíamos organizado un acto de homenaje musical en el Kafe Antzoki. Fue superemocionante, estaba todo petado. Todo el rato cantándole canciones. Yo hice una canción en el año 93 con Negu Gorriak, JFK, que parte de una canción que decía Kenedy gure laguna da (Kenedy es nuestro amigo), y nosotros decíamos Angela Davis gure laguna da, Malcom X… todo el lado B de la historia. Se emocionó tanto que agarró el micro. Yo le había regalado también el libro, y le había enseñado que aparecía ella y se moría de la risa. Así que dijo “He aprendido a decir algo en euskera: Black is Beltza”. En la película también aparece pero solo es una chica que se llama Angela. Es un juego de pistas la película, también. Aparte de que tener una trama de acción o de cine negro, incluso, de espionaje, musical, política; tiene un juego de pistas para quien quiera jugar. Es muy emocionante tener en el documental esa parte en la que estuvo ella en el País Vasco».

Referencias, Tarantino y animación

Habalamos más en detalle de sus referencias y del tipo de animación que busca. “Sí que me gustaría decir una cosa que es el tema tarantiniano, que yo soy muy fan de Quentin Tarantino: los dos tenemos la misma edad. También tengo la misma que Brad Pitt pero eso prefiero obviarlo -se ríe. Entonces cuando hablamos de referencias, que él trabajaba, si no se lo ha inventado, en un videoclub, nosotros también hemos estado viendo millones de películas, teníamos una sesión de tres películas seguidas en el cine Uranzu en Irun donde las teníamos por géneros. Películas de artes marciales y te veías 3 seguidas. No sé cómo las conseguían los curas de la salle. Y luego 3 westerns. Y entonces, claro, cada vez que veo cosas así de Tarantino pienso, joe claro, qué cabrón, esto lo vi en El luchador manco”.

Precisamente en el documental se hace mención a Tarantino y a Kill Bill, por el segmento de animación que tiene. “A mí me encanta contar las referencias a nivel cinematográfico y a nivel musical. En 5 centímetros por segundo es increíble como prácticamente sin moverse, todo lo que consigue, con esos backgrounds, esa ambientación. Todo el mundo que trabajaba en esta película tenía que verla. Ghost in the Shell de la que soy muy fan es impresionante. Y luego, claro, la parte de animación de Kill Bill es del mismo estudio. El tema de meter en Kill Bill una parte de animación es sublime para mí. Esa animación tiene dos partes diferenciadas. Una es una animación mucho menos elaborada. Conseguí hasta el storyboard. No sé ni dónde hostia lo conseguí”.

También Vals con Bashir es una referencia clave para él. Y tampoco faltan referencias de imagen real. “La saga de Jason Bourne que a mí me encanta. También tiene un punto de anclaje con nuestra película. Esa huida constante de Jason Bourne visitando ciudades del mundo”. Apunta muy alto con las referencias, le preguntamos si ha quedado satisfecho. “En Ghost in the Shell hay una escena en la que están hablando dos personajes de perfil y al fondo una cristalera. Prácticamente no se mueven. Pero es una secuencia hipnotizante prácticamente. Era ese tipo de referencias, ese tipo de inspiración. Por supuesto, en muchos momentos me habría gustado llegar un poco más lejos. Pero bueno, creo que tenemos una película con alma, haciendo referencia a Ghost in the Shell.”