PROSPECTO: INFORMACIÓN PARA EL USUARIO
ARMONÍAS DE WERCKMEISTER
– 140 minutos
CELULOIDE o FORMATO DIGITAL
Película de Béla Tarr y Ágnes Hranitzky
Lea todo el prospecto detenidamente antes de ver esta película porque contiene información importante para usted.
- Si tiene alguna duda, consulte a su cinéfilo de cabecera.
- Si experimenta efectos adversos, consulte mejor a su médico -no vayamos a liarla-.
Qué es ARMONÍAS DE WERCKMEISTER y para qué se utiliza
Esta película está dirigida por Béla Tarr y Ágnes Hranitzky. Pertenece al género denominado drama, y le aseguro que no va a echar muchas risas durante la proyección. Es una película oscura, larga, lenta y a veces aburrida, pero es también un deleite para la vista y una obligación para los cinéfilos (soy contradictorio, lo sé, hay que verla para entenderlo).
Esta película está compuesta por 39 escenas, todas ellas rodadas en plano-secuencia. Está filmada en blanco y negro, casi no tiene música, está llena de silencios y es terriblemente pesimista. Y es que en esta película no hace frío, hiela; no hay pobreza, hay miseria; no hay bares, hay tugurios; no hay suciedad, hay mugre; y hay caos, violencia, y, encima, nadie sonríe, salvo los borrachos, y muy poco. No se asuste: hay luz en esta película, solo que esta aparece en forma de placer intelectual y de los sentidos.
Esta película cuenta la historia de Janoz, un joven que queda fascinado ante la llegada a su pueblo de un circo ambulante cuya máxima atracción es el cadáver de una ballena (una ballena, en Hungría, un país sin mar; ¿no es acojonante?). El circo atrae también a los seguidores de El Príncipe, un extraño líder que les incita a revelarse contra el orden establecido. Esto perturba a los habitantes del pueblo, que ven una amenaza en el discurso incendiario del Príncipe y deciden prepararse ante un posible ataque de sus seguidores.
Esta película envía al espectador a un apocalipsis gris, sin épica y sin fanfarria. Es el fin del mundo, sí, pero sin cataclismos. Para que se haga una idea, lo contrario a Los Vengadores. No es una película amable; no es un cine en el que apetezca vivir.
Debido a problemas en su financiación (alguno, tras leer el párrafo anterior, dirá que no le extraña), esta película se rodó entre 1997 y 2000 y fue filmada por hasta 6 directores de fotografía. A pesar de ello es una obra de una coherencia formal pasmosa, y decir que supone un alarde visual difícilmente superable es, quizás, quedarse corto.
Esta película se inspira libremente en la novela La melancolía de la resistencia, de László Krasznahorkai. Cumple con todas la exigencias requeridas para ser considerada una obra de culto. Hay quien quien dice que es una de las mejores películas del siglo XXI: no creo que sea para tanto, pero es, sin duda, para bien o para mal, una película inolvidable.
Esta película se utiliza:
- como antídoto ante el cine hipervitaminado, el de montaje megafragmentado, el que solo pretende entretener, el terriblemente anodino, el impersonal o el insípido.
- para pensar, bien en la cesta de la compra, en su dolor de espalda, en las madres de los directores, o, también, en cómo estos se las han ingeniado para componer esos encuadres insólitos y esos movimientos de cámara imposibles, y, además, en la profunda humanidad de los personajes y en las posibles interpretaciones de la trama. Y todo a la vez, en el mismo visionado. Dígame usted si hay otra película igual en toda la historia del cine.
Qué necesita saber antes de ver ARMONÍAS DE WERCKMEISTER
No vea ARMONÍAS DE WERCKMEISTER:
si es alérgico a las películas lentas, a los diálogos inverosímiles, a las tomas largas (o muy largas, o larguísimas, incluso interminables, usted decide), al cine con el que se pajean los críticos de Caimán, a esos dramas sesudos que te azotan el alma y te hacen replanteártelo todo, incluso si tienes ganas de vivir.
Advertencias y precauciones
Esta película requiere de unas espaldas muy anchas para soportar su peso existencial. Si no es su caso, ni lo intente.
Esta película puede producir una somnolencia tal que ríase usted de lo del Tour de Francia. Evite por tanto verla tumbado en el sofá, cansado y/o habiendo consumido alcohol.
Esta película puede hacer que se sienta mareado y/o aturdido, particularmente al inicio de la misma, durante el famoso plano-secuencia del eclipse (sí, es cierto: tómese un par de biodraminas por si acaso, sobre todo si la ve en el cine).
Esta película puede dejarle ojiplático. Si es su caso disfrute: pertenece usted a un reducido club de afortunados.
Niños
Es evidente que esta película no debe administrarse a niños menores de 12 años. Si lo hace, prepárese para que le odien de por vida.
3. Cómo ve ARMONÍAS DE WERCKMEISTER
Esta película requiere especial atención en su visionado y por ello es preferible verla en una sala de cine, porque, además de la pantalla grande, el silencio multiplica sus cautivadores efectos.
Esta película exige paciencia. Si la tiene puede llegar al éxtasis cinéfilo (o no, pero merece la pena intentarlo).
Vea esta película de vez en cuando porque es un cofre inagotable de tesoros (si le gusta, claro; si no, olvide este párrafo). Uno se siente crecer como cinéfilo al descubrir los infinitos detalles que atesora esta cinta, por otro lado inabarcable.
Si ve más ARMONÍAS DE WERCKMEISTER de lo que debe
No creo que se atreva, pero si lo hace, aléjese de las cuchillas.
Si interrumpe el visionado de ARMONÍAS DE WERCKMEISTER
Hágalo con aspavientos, gritando, insultando a los directores y a quienes hayan decidido programarla en su cine de confianza.
4. Posibles efectos adversos
Al igual que todas las películas, esta puede producir efectos adversos.
Los efectos adversos muy, pero que muy frecuentes (pueden afectar a más de 9 de cada 10 espectadores) son:
- pesadez de párpados
- bostezos
- huidas mentales
- necesidad de mirar el móvil
- deseo de abandonar la sala.
Los efectos adversos muy frecuentes (pueden afectar a más de 1 de cada 10 espectadores) son:
- cefalea
- ronquidos
- sensación de que te están tocando las narices
- indignación
- abandono inmediato de la sala.
Los efectos adversos frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 10 espectadores) son:
- odio al blanco y negro
- odio a las ballenas
- odio a Hungría
- abandono inmediato de sala y promesa de no volver a ver una película de Béla Tarr.
Los efectos adversos poco frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 100 espectadores) son:
- odio a todo
- deseo irrefrenable de viajar a Hungría para matar a Béla Tarr
- abandono inmediato de la sala y deseo de buscar un bidón de gasolina para quemarla.
Los efectos adversos muy, pero que muy poco frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 1.000 espectadores) son:
- abandono inmediato de la sala y acercamiento a las cuchillas.
Este prospecto está escrito desde la chufla. Aún así hay en él suficientes argumentos para que le apetezca ver esta película, pero si no, olvide todo lo dicho y quédese con esto: ARMONÍAS DE WERCKMEISTER, a pesar de sus peros, es, por su belleza y por su atrevimiento, un film inaudito. A mí me encanta, ¿por qué no va ser usted otro de los elegidos?