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Reseña de Dahomey, de Mati Diop

Con Dahomey, la directora francesa Mati Diop ganó el Oso de Oro en Berlín este mismo año. Un éxito que se suma al de Atlantique (2019), Gran Premio del Jurado en Cannes, una película en la que combinaba el drama social con lo fantástico para abordar la migración africana. En Dahomey, la directora retoma su capacidad para fusionar lo real y lo fantástico, adentrándose en las grietas abiertas por la herencia colonial en África.

Dahomey sigue el regreso de 26 artefactos del antiguo Reino de Dahomey (actual Benín) desde Francia, un viaje cargado de simbolismo y heridas históricas. La película no es solo el relato de la repatriación, sino una meditación sobre las cicatrices del colonialismo y la insuficiencia de devolver meros objetos para sanar un legado de saqueo cultural. Aunque celebradas en su tierra natal, las piezas devueltas son solo una fracción mínima del daño histórico. Diop evita las respuestas fáciles, sugiriendo que la verdadera reparación va más allá de lo material.

La película es un documental que trasciende las fronteras del género. Por un lado, nos muestra un debate racional protagonizado por estudiantes que discuten sobre el significado histórico y político de la repatriación. Este debate presenta la realidad contemporánea de Benín, donde las generaciones jóvenes cuestionan las implicaciones de este retorno. ¿Es suficiente devolver las piezas robadas? ¿Cómo reconstruir la identidad cultural después de siglos de dominación extranjera? Las voces de los estudiantes aportan una dimensión crítica, pero nunca dejan de lado las emociones que estos objetos despiertan. Por su manera de abordar este debate, queda claro que Diop, más que marcar una tesis clara, prefiere invitar a la reflexión.

Por otro lado, Diop da voz, literalmente, al objeto repatriado número 26: la antigua estatua del rey Ghezo, que cobra vida gracias a la poesía de Makenzy Orcel, traducida al antiguo idioma Fon, y al impecable diseño de sonido de Nicolas Becker. La estatua, dotada de voz propia, narra su exilio y regreso, en un viaje que oscila entre el realismo y lo mágico. Este recurso da voz a lo silenciado y amplifica las emociones que trascienden la simple devolución física de los tesoros.

Las reflexiones de la estatua sobre su pasado, su futuro y sus dudas respecto a su emplazamiento forman un relato de fantasía y poesía que aborda las dimensiones espirituales y culturales. Este diálogo entre lo tangible y lo intangible convierte a Dahomey en algo más que un documental histórico. Diop busca combinar lo racional con lo emocional.

Gran parte del mérito en el apartado emocional y sensorial recae en el uso del sonido. La música electrónica de Wally Badarou y Dean Blunt ayuda a crear una atmósfera sonora que, combinada con imágenes ligeramente irreales —tomas del Atlántico o de la naturaleza que parecen suspenderse en un limbo onírico—, facilita ese paso de lo material a lo emocional que vertebra la película. Una película que se piensa y se siente.

Dahomey

Media Flipesci:
6.6
Título original:
Director:
Mati Diop
Actores:
Gildas Adannou, Morias Agbessi, Maryline Agbossi, Habib Ahandessi, Imelda Batamoussi, Diane Cakpo, Gaël Daavo