Carlos ElorzaHay un momento en Necesidades de una viajera en el que la madre del compañero de piso de Isabelle Huppert le pregunta a su hijo cómo le puede gustar una persona que ni siquiera conoce. Refiriéndose a Iris, el personaje de Isabelle Huppert. Y por lo que muestra Hong Sang-soo la pregunta es comprensible. El personaje que interpreta al actriz gala en la película es un misterio: una francesa que no sabemos por qué ha aterrizado a las afueras de Seul, que toca mal la flauta en un parque y que ha improvisado un método para enseñar francés que de momento le ha servido para encontrar a sus dos primeras alumnas y que además le paguen una pasta por ello. Camina descalza, con un sombrero de paja y un vestido de flores que parece mimetizarse con el parque y una chaqueta verde croma que no parece casual. Un personaje sin pasado y de futuro imprevisible que se convierte en el núcleo de Necesidades de una viajera.
Pero los espectadores tenemos una ventaja. Nosotros conocemos an Isabelle Huppert. Al menos a sus personajes. Desde hace muchos años. Y hasta la hemos visto en trabajos anteriores con el director coreano. Primero en En otro país en 2012 y luego en La cámara de Claire en 2017. Y aunque sus personajes a priori no tengan nada que ver entre ellos, algo queda y Hong Sang-soo, a falta de más pistas, nos permite rellenar los huecos a nuestro antojo.
A estas alturas el estilo del director coreano no cambia. Ni falta que hace. Puesta en escena sencilla, texturas digitales, ambientes con luz plana, fugas repentinas y más de una vez hasta pixelación de la imagen. Es su firma visual. Reconocible y única. Conversaciones al borde una mesa con alcohol de por medio, aunque esta vez sustituye el soju por el makgeolli, al que Iris es una aficionada empedernida con la excusa de que fuera de Corea solo venden la versión pasteurizada. Conversaciones aparentemente banales y ligeras, pero que nuevamente hablan sobre las formas de relación entre las personas, si bien las figuras masculinas han dejado de ser los ogros de antaño y los dos únicos hombres del film son manejados por mujeres. Conversaciones que muchas veces dan la impresión de ser improvisadas cuando Hong permite que se alarguen más de la cuenta.
Hong Sang-soo recupera en Necesidades de una viajera sus características repeticiones. No son los juegos narrativos sofisticados y sugerentes de antaño, pero algo queda. Lo hace en forma de unos interrogatorios extraños e incómodos. Esta vez parte se debe a su sello autoral y otra parte se podría deber al método de enseñanza de la protagonista. Puede ser parte de su método pedagógico. O quizá a la forma en la que Iris se comporta y establece relaciones con desconocidos. O ambas cosas. En el mundo de Hong y Huppert todo es posible y resolver los misterios de la película es parte del juego.
Dialogada principalmente en inglés con algunos momentos en coreano y francés, además de Isabelle Huppert en el reparto de Necesidades de una viajera figuran habituales del cine de Hong Sang-soo como Kwon Hae-hyo, Lee Hye-yeong y Ha Seong-guk. El film ganó el Gran Premio del Jurado de la última Berlinale y participa en la sección Perlak del Zinemaldi.
