Reseña de A Private Life, de Rebecca Zlotowski
A Rebecca Zlotowski le gusta hurgar en los vínculos íntimos hasta encontrar zonas incómodas, pero en A Private Life decide disfrazar el viaje con ropajes de thriller psicológico y comedia de misterio. La jugada no le sale del todo bien: ni es un whodunit consistente ni un drama de calado profundo. Eso sí, la película tampoco es un desastre, A Private Life es un entretenimiento elegante, juguetón y con momentos resultones gracias a su reparto.
La protagonista es Liliane (Jodie Foster, en su primer papel en francés en décadas), una psiquiatra americana instalada en París que se obsesiona con la muerte de una de sus pacientes, Paula (Virginie Efira). Lo que parece un suicidio por sobredosis se convierte, para Liliane, en un enigma que desata sospechas, reproches familiares y hasta visiones hipnóticas que la llevan a imaginar otra vida en la Francia ocupada, donde Paula y ella fueron amantes. Es un giro bastante disparatado, pero funciona como metáfora: por más que Liliane quiera leer la mente ajena, siempre hay algo que se le escapa, incluso de sí misma.

La película tiene ritmo y cierta chispa en los diálogos. El misterio central termina por no importar y se resuelve con demasiada facilidad, casi como una excusa, mientras Zlotowski va saltando de lo cotidiano al delirio, de un gag divertido a un viaje onírico con ecos de Hitchcock. Hay escenas que funcionan especialmente bien, como esa cena familiar en la que las tensiones privadas se mezclan con fantasías de otras vidas, o la relación de Liliane con su exmarido (Daniel Auteuil), que aporta un contrapunto ácido y divertido, teñido del aroma de comedia de enredo francesa.
El gran atractivo, sin embargo, es Foster. Capaz de pasar de la sobriedad a la autoparodia sin despeinarse, sosteniendo con naturalidad este juego de espejos sobre lo que se dice, lo que se calla y lo que nunca sabremos, incluso en los momentos más bajos y forzados. Quizá A Private Life no tenga el peso ni el poso para haber competido en Cannes, pero sí la ligereza y el ingenio suficientes para hacernos pasar una tarde entretenida en el cine.
