Ricardo FernándezReseña de la película Doctor Extraño
Doctor Extraño es el último personaje que ha venido a sumarse a la familia superheroica cinematográfica. Este, el de las familias superheroicas, es un asunto que empieza a resultar algo complejo. Por un lado tenemos a DC con Superman, Batman, Green Lantern, Escuadrón Suicida y toda la avalancha que llega (Wonder Woman, Liga de la justicia, Flash…). Por otro los mutantes (X-Men, Lobezno, Deadpool…), que aunque son Marvel en papel en la gran pantalla pertenecen a Fox y, finalmente, Marvel con Iron Man, Thor, Capitán América, Hulk… articulados en torno a Los Vengadores. En este último grupo es donde encaja el Doctor Extraño.
En este panorama, la película de Doctor Extraño tiene que encajar en medio de un universo que tiene 13 películas con un tono muy marcado y una línea argumental que tiene que desembocar en el mismo lugar. Por suerte, las aventuras del Doctor Extraño se pueden explicar sin tener que recurrir al resto de películas, la relación con ellas se resuelve en un par de frases que satisfarán a los fans de la saga y no molestarán a los nuevos y será fácil integrarlo en la trama de la nueva entrega de Vengadores.
El Doctor Extraño (Extraño es su apellido) es un prestigioso y arrogante neurocirujano. De hecho, la arrogante mala educación y el acento americano del británico Benedict Cumberbatch nos sitúan en una especie de remake de House durante los primeros minutos. Si, más tarde, en vez tener un acidente de coche lo hubiese tenido de moto el guiño ya sería completo. El caso es que tras ese accidente de coche nuestro protagonista pierde el pulso y el control de las manos y ya no puede ejercer de neurocirujano. Devastado intenta encontrar cualquier tipo de ayuda, incluso más allá de la medicina tradicional.
Drama vs. Humor
Aquí es donde entra en juego otro de los puntos que mencionábamos antes del universo Marvel. Las películas tienen un tono muy definido. El cine de superhéroes tiende a situarse en un dramatismo extremo y muy atormentado, héroes que sufren por la misión que tienen que hacer y los sacrificios que conlleva, o por la payasada más elemental y el chiste facilón. El primer Iron Man, los primeros Vengadores, los Guardianes de la Galaxia, son ejemplos de películas que consiguieron equilibrar los dos lados de la balanza. Entender el universo del cómic como algo entretenido, divertido, lleno de acción y con una pequeña carga de moralidad y metáfora no demasiado profunda. Nolan escogió otro camino con sus Batman, y lo hizo de maravilla; pero sus imitadores nos han llevado a un valle de lágrimas superheroicas tan pesado como el maratón de chistes repetitivos de Tony Stark.
Doctor Extraño es otra de las películas que se puede anotar en la lista de humor, acción y drama equilibrado. La historia es realmente simple y muy previsible: el Doctor Extraño tendrá que aprender que ha sido un arrogante, luchar contra su propio ego y aprender que sólo desde la generosidad se puede ayudar a los demás mientras lucha contra las fuerzas del mal que lo quieren destruir todo. Esta historia aparece adornada con una serie de mitología de universos paralelos y fuerzas mágicas que, realmente, no tienen demasiada importancia, pero los actores las dicen tan convencidos que los espectadores nos las creemos. Pero lo realmente importante es que la película no se toma demasiado en serio a si misma. Se ríe de las situaciones retorcidas de su guión, se ríe de los excesos y lo hace desde el ingenio y no desde el chiste fácil.
El carisma de Benedict Cumberbatch
Además, lo mejor, tiene a Benedict Cumberbatch que si fuese un superhéroe en la vida real su superpoder sería el del supercarisma. Gracias a Cumberbatch el Doctor extraño no es ridículo. Es un personaje con dignidad y orgullo que destila una ironía que le permite hacer suyas escenas que en otras manos serían ridículas y en las suyas resultan divertidas. Dándole la réplica están Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Mads Mikkelsen y Tilda Swinton, casi nada. El director, Scott Derrickson, lo sabe y se apoya en ellos para sostener la película.
Ese es otro de los aciertos de Doctor Extraño. Hay cierta tendencia a apoyar estas películas en un derroche de efectos especiales y recreaciones digitales. Peleas interminables, explosiones por doquier, planos secuencia imposibles… En esta película hay efectos especiales muy vistosos (clara herencia de Origen de Nolan) y hay peleas, pero ni se alargan innecesariamente ni Derrickson se recrea en exceso. Están ahí porque es una historia de superhéroes y tienen que estar.
Habrá que ver en el futuro cuánta libertad tiene Cumberbatch para representar su personaje dentro de unos elencos repletos de estrellas que requieren su dosis de protagonismo; pero de momento disfrutemos de uno de los superhéroes más carismáticos de la gran pantalla.
