Ricardo FernándezReseña de Redención
El otro día leí que han creado un robot que escribe guiones y responde al nombre de Benjamin. La verdad es que no leí a fondo la noticia, aunque imaginé que para Benjamin el bueno es Skynet y que es cuestión de tiempo que escriba un nuevo guion de Terminator con otro final. Después de estas divagaciones no volví a pensar en Benjamin hasta que vi Redención, la nueva película de Antoine Fuqua con Jake Gyllenhaal en el papel de un boxeador que, cuando está en la cima lo pierde todo y lucha para levantarse.
Aunque en los títulos de crédito pone que el guión de Redención es de Kurt Sutter (conocido por ser guionista de Hijos de la Anarquía) si hubiera puesto que era de Benjamin, el robot guionista, no me hubiera extrañado en absoluto. Quizá es que Kurt Sutter se compró un Benjamin o se ha bajado una aplicación para su iPad que se podría llamar, por ejemplo, iScript (desarrollada por los hermanos Weinstein, a la postre los productores de la película) y que hace guiones a partir de una base de datos de escenas de grandes éxitos de taquilla. Imagino al bueno de Kurt, frente a la pantalla, rellenando distintos campos. “Título: Redención”, “género: drama”, “subgénero: boxeo”, “idea general: estrella forjada a si mismo cae en desgracia y se vuelve a levantar redescubriéndose a si mismo”, “ideas secundarias: falsos amigos están solo por el dinero, autenticos amigos están siempre cerca, la familia es importante, ayudar a los necesitados es bueno, ceder ante la ira es malo, el trabajo serio da sus frutos”, Luego ajustaría varios valores de diferentes niveles: “Sutileza: muy bajo”, “contenido violento: moderado”, “romance: bajo”, “sexo: no presente”, «frases de autoayuda y motivación: alto», “duración aproximada: 120 minutos”. Pulsaría OK y la impresora empezaría a escupir páginas.
Estamos hablando de una película en la que el protagonista se apellida Hope y le animan diciendo que no pierda la esperanza. Ese es el nivel de sutileza que el progr… el guionista ha dado a su guión. Cada diálogo es una explicación, cada imagen un subrayado, cada personaje un arquetipo, cada giro de guión un cliché. No hay un sólo recurso narrativo que no se pueda imaginar y que no sea evidente.
«Tantos curro para tener estos abdominales y no me nominan al Oscar»
Eso si, tanto Antoine Fuqua en la dirección como Jake Gyllenhaal y Forest Whitaker en sus interpretaciones, se toman Redención muy en serio. Fuqua se emplea con la profundidad de campo, los enfoques y desenfoque, con el montaje, con los planos detalle, con la luz… Se emplea a fondo, que no quiere decir que le salga bien; pero yo he aprendido en la película que el esfuerzo es importante y que el trabajo da sus frutos, por eso lo valoro y no pierdo la esperanza (guiño, guiño) de que tarde o temprano, y empieza a hacerse tarde, Fuqua se redima. En cuanto a Gyllenhaal, un extraordinario actor, su apuesta de machacarse y experimentar una fuerte transformación física (se le marcan músculos que yo no sabía que existían) no le ha servido para luchar por la estatuilla dorada, a pesar de que esas cosas suelen gustar a los académicos.
Redención es una película que no gana en su segundo o tercer visionado. Y no me refiero a que la haya visto dos veces, sino a que cuando la ves por lo que tu crees que es la primera vez te das cuenta de que esa película, o alguna como esta, ya la has visto antes. Varias veces. Y muchas de ellas mejor.
