Reseña de Guardianes de la galaxia vol.2
Está claro que el cine de acción actual tiende al concepto de grupo. Esto va por modas. En los 80 vivimos la época de los héroes de acción hipermusculados y con tendencia a tomarse la justicia por su mano (el auge de Stallone y Schwarzenegger). Después fue el turno de los tipos corrientes y algo bocazas que se veían envueltos en grandes follones y que acababan hechos fosfatina, bien en formato individual (Bruce Willis en La jungla de cristal), bien en formato buddy movie (Arma letal y todas las que le siguieron, desde Tango y Cash a Danko Calor rojo). Entonces llegó Bourne y los héroes pasaron a ser secos, callados, sin el menor tipo de sentimientos, con peleas muy físicas y persecuciones imposibles rodadas con planos muy cortos. Hasta James Bond se sumó a esa moda. Ahora estamos en la época de los supergrupos: Los vengadores, los X-Men, Los mercenarios, Escuadrón suicida y Fast & Furious.
Fast & Furious, es la que ha subrayado el concepto de grupo, elevándolo a familia. Tanto que lo ha incorporado a su trama y el hecho de querer ser, pertenecer o traicionar a la familia es lo que mueve sus argumentos. La familia, un nexo de unión más importante que ninguna otra cosa. Guardianes de la galaxia sigue esos pasos. Como los Fast & Furious, estos son una panda de maleantes de poca monta que, por distintas circunstancias, acaban estando del lado de los buenos. Las sinergias que se producen cuando trabajan juntos no se ven ni en los discursos de una capitalidad cultural. Uno por uno son buenos, juntos son imbatibles. Además, hay algo más profundo: se respetan, se comprenden, se quieren a pesar de sus defectos, a pesar de las peleas, a pesar de los reproches y las burlas. Lo dicho, son una familia. Y en Guardianes de la Galaxia Volumen 2 también han integrado ese elemento en la trama de manera directa.
Acierto con la nuevas incorporaciones
Para empezar, ¿qué mejor manera de fomentar el concepto familia que incluyendo un hijo? Baby Groot es la nueva incorporación al equipo y el primer acierto de la película. Todos los miembros del grupo se van turnando para ejercer de padres del «niño» y las situaciones que se provocan son algunos de los mejores gags de la película, empezando por la primera escena, en la que Baby Groot baila Mr. Blue Sky de ELO en mitad de una batalla. Genial presentación del nuevo personaje y del rol compartido de padres del resto del equipo. Siguiendo con el concepto de familia, el otro nuevo personaje de esta cinta es el padre de Peter Quill/Star-Lord, que lo enfrentará al conflicto familia biológica frente a la familia del grupo. Sobre ese eje girarán todos los argumentos y subtramas que contiene la película. Por cierto, el padre está interpretado por Kurt Russel, presente también en Fast & Furious y la voz de Baby Groot la pone Vin Diesel, que no hace falta decir que saga protagoniza.
Por supuesto que esta es una película de superhéroes y acción. Habrá batallas, mamporros, explosiones, armas gigantescas, persecuciones, disparos y todo puesto en pantalla de forma barroca, colorida y recargada. No es una película apta para epilépticos, desde luego. El trabajo digital, exquisito, está presente en cada plano, a veces en un pequeño detalle, a veces sosteniendo la secuencia entera. Sin embargo no es eso lo que diferencia a Guardianes de la Galaxia, no es eso lo que la hace especial dentro del Universo Marvel y las películas de accion. Su sello de identidad es el humor, el descaro y la forma que tiene de reírse de si misma.
Hacen falta tijeras de podar
Guardianes de la Galaxia sabe jugar con la nostalgia, con la tensión sexual no resuelta, con sus excesos y con la personalidad de sus personajes. Rocket, Drax, Mantis… todos los personajes tienen alguna escena realmente divertida y acertada. Esa es la baza de la película cuando el argumento se estira demasiado. Porque, si, el argumento se estira demasiado. 138 minutos son excesivos para lo que se cuenta y hay momentos, sobre todo en la parte central, que se hacen algo pesados. Eso si, justo en el momento en que empiezas a moverte de la butaca, hay algún gag ingenioso que te espabila y te engancha de nuevo a la película.
Lo demás, lo que se espera de Guardianes de la galaxia tras lo visto en la primera entrega. Al mencionado gran trabajo visual y al humor descarado hay que añadir el carisma de Chris Pratt, una gran selección musical y una sucesión de secundarios de lujo que no se limitan a un simple cameo, siempre aportan algo con sus apariciones. Guardianes de la Galaxia ya no tienen el efecto sorpresa de la primera entrega, pero mantiene el acierto con el tono y las aportaciones nuevas han sumado al grupo. Eso si, la anunciada tercera entrega tendrá que centrarse más y cortar algunas ramas argumentales si quiere que el tronco siga aguantando. Mientras eso llega, disfrutemos de esta divertidísima entrega.