Ricardo FernándezReseña de La momia
Tom Cruise fue el número uno. Un actor solvente, que trabajaba con los mejores directores del mundo –Martin Scorsesse, Steven Spielberg, Stanley Kubrick, Paul Thomas Anderson, Neil Jordan o Francis Ford Coppola-, que elegía de manera inteligente sus proyectos y que. película tras película, era capaz de atraer al público a las salas de cine. Poco a poco su carrera se ha estancado y ahora se limita a ser un héroe en películas de acción que ya no son tan infalibles como antes. Tom se mantiene en estupenda forma y se encarga, inevitablemente, de aparecer sin camiseta en todas sus películas sin que nadie le diga -o quizá sin que él haga caso- que no es necesario y que la cirugía y su necesidad de parecer eternamente joven empiezan a resultar ridículos. Por ejemplo, en La momia hay una escena en la que Tom Cruise pelea con Russel Crowe y este le dice “eres más joven que yo”. En la vida real, Crowe es un año más joven que Cruise.
Tom Cruise intentando convencer a Russell Crowe de que es más joven que él
El comienzo de Dark Universe
Aún así Universal Studios ha confiado en Tom Cruise para esta nueva versión de La momia, todo un clásico de los años 30 protagonizado por Boris Karloff y vuelto a poner de moda a finales de los 90 por Brendan Fraser y Rachel Weisz. Esta película es la avanzadilla de un nuevo “universo”, de un nuevo conjunto de películas llamado Dark Universe que reunirá a las nuevas versiones de los monstruos clásicos del estudio: Frankenstein, El hombre lobo, El hombre invisible, La novia de Frankestein… con actores como Johnny Depp o Javier Bardem. Si, a mi también me ha entrado un poco de sueño.
Así que, se supone, Universal Studios y Tom Cruise han puesto toda la carne en el asador para que La Momia sea un gran éxito veraniego que llene las salas de público y palomitas. Para ello han contado con un equipo de hasta seis guionistas entre los que se incluyen Christopher McQuarrie (Sospechosos habituales, Al filo del mañana), David Koepp (Parque Jurásico, Spiderman, La habitación del pánico, La guerra de los mundos), Jenny Lumet (La boda de Rachel) y Alex Kurtzman (Star Trek,Transformers, Mission: Impossible III), con el propio Kurtzman ejerciendo, es un decir, de director. Para completar el reparto nombres como Russel Crowe o Sofia Boutella, una actriz emergente que destacó en la última entrega de Star Trek, además de Annabelle Wallis como la partenaire del protagonista (y poco más).
Nada funciona
La historia está protagonizada por un soldado cuyo único interés es aprovechar su estancia en Irak para saquear reliquias arqueológicas y sacarse una pasta. Se supone que tiene que ser el típico antihéroe algo canalla y bastante embaucador que en el fondo tiene un gran corazón. Se supone también que hay una tensión sexual oculta bajo una capa de discusiones entre él y la arqueóloga a la que le ordenan ayudar. Otra cosa que se supone es que hay cierto misterio con una organización secreta y algo que están buscando bajo el suelo de Londres. Lo cierto es que nada de todo esto que se supone ocurre realmente. La momia es tan previsible como un capítulo del Equipo A y desde el larguísimo prólogo contado con una interminable voz en off carece de cualquier tipo de tensión o misterio. Tom Cruise, excitado como acostumbra, se encuentra demasiado solo sin nadie que le de una buena réplica y haga que sus excesos no resulten ridículos. Por supuesto la tensión sexual con su compañera o con la villana no pasa más allá de algún chiste, sin gracia, sobre su virilidad. Todos el reparto interpreta sus personajes de la manera plana y tópica con la que han sido escritos y no consiguen que nos interese el destino de ninguno de ellos. Así, uno tiene tiempo de pensar en el guión y… es mejor no hacerlo, de verdad. A pesar de estar escrito por toda esa gente de gran currículo.
Alex Kurtzman es más famoso como productor que como director (este es su segundo largometraje) o escritor. Se nota que ha pensado en la película con esa mentalidad: Gente guapa y famosa, Tom Cruise corriendo, escenas de acción, Tom Cruise sin camiseta, escenas sugerentes en la arena, un poco de terror, no demasiado, en forma de sustos, referencias a lo que está por venir en el Dark Universe y todo aderezado con unos cuantos chistes. Nada debería fallar; pero todo falla.
La sensación es parecida a asistir al concierto de un grupo musical mal conjuntado, cuyos miembros nunca han ensayado juntos y se ponen a tocar versiones. Por separado, o en otros grupos, todos los músicos han tenido conciertos notables, o por lo menos agradables; pero en esta ocasión las canciones que todos conocen no tienen encanto, el sonido no es homogéneo, la música no transmite y el público no se cree lo que oye. No es culpa de ninguno en concreto, es simplemente que no encajan y nadie les dirige. Así que cada uno intenta destacar en lo suyo para salvar la papeleta haciendo que el conjunto se pierda más y más. Dirigir y escribir una película es algo más que poner en pantalla una sucesión de elementos comunes que han funcionado en otras películas y La momia es un claro ejemplo de ello. Si además de resucitar a la momia querían resucitar aquella saga que tan buenos resultados les dio, podríamos decir que esta película ha nacido muerta.
