Herbie Hancock, la leyenda electrificada
Tras tres días escribiendo sólo sobre saxofonistas, ayer llegó el día del gran pianista Herbie Hancock, otra leyenda del jazz. Igual los habituales del Jazzaldia tendemos a olvidarnos de que lo es porque esta era ya su sexta visita y quizá hemos empezado a acosumbrarnos. En cualquier caso el lado bueno es que también sabemos a ciencia cierta que Hancock no suele fallar y que asistir a sus conciertos es sinónimo de disfrute. Incluso en sus días menos brillantes, como fue el caso, merece la pena.
La banda que le acompaña es un auténtico lujo: Terrace Martin, uno de los saxofonistas del momento y colaborador habitual de Kendrick Lamar (también ha ejercido como productor del último disco de Hancock), James Genius un bajista muy versatil que ha tocado con Daft Punk; el guitarrista Lionel Loueke que ha colaborado con Dave Holland o Jack DeJohnette entre otros y Vinnie Colaiutta, quien trabajó con Frank Zappa y Joni Mitchell, a la batería.
Como otras leyendas que nos han visitado estos días. Hancock no se conforma con su pasado y sigue explorando nuevos caminos con su música. en esta ocasión presentó un repertorio dominado por la electrónica y los efectos que modificaron la textura de cada instrumento.
Hubo momentos de gran billantez, sobre todo una arriesgada y juguetona versión del popular Cantallupe, y otros en los que la banda parecía descompensada, con la batería demasiado alta y los efectos cobrando demasiado protagonismo -lo reconozco, no soporto el vocoder-.
El guitarrista Lionel Loueke nos deleitó con su especial manera de tocar. Terrace Martin, gran protagonista del concierto alternando saxo, teclados y voz, tuvo momentos exquisitos, mientras que James Genus mostró un altísimo nivel todo el concierto. Hancock mantuvo un perfil bastante discreto en algunos momentos, pero cuando adquirió protagonismo fue para dejar clara su valía. Un concierto al que le faltó continuidad y empaque, pero que tuvo picos muy altos de talento. Quizá si en su séptima visita mantiene esta formación la cosa sea muy distinta y alcance la grandeza que a la que apuntó pero no llegó en esta ocasión.
Hay que destacar el bis, en el que Hancock apareció con su Roland colgado al cuello como si se tratase de una guitarra (imagen mítica del músico) para interpretar Chameleon (1973). Una despedida funk-rock en la que Hancock acabó dando saltos por el escenario.
Músicos: Herbie Hancock (piano), Vinnie Colaiuta (batería), James Genus (bajo), Lionel Loueke (guitarra), Terrace Martin (saxo)
Lugar: Auditorio del Kursaal. 52 Heineken Jazzaldia. Donostia
Fecha: 24 de julio de 2017