Delicado cierre con Abdullah Ibrahim y Gregory Porter
La quinta visita del pianista de Ciudad del Cabo Abdullah Ibrahim venía precedida de los elogios que había cosechado las anteriores cuatro visitas. Ya desde el primer momento quedó claro que esta vez no iba a ser distinta. Ibrahim, delicado y contenido, arrancó solo al piano. Uno de esos momentos en los que el ruido proveniente de la sociedad gastronómica y de los bares de la calle 31 de agosto, los murmullos de los laterales e incluso el piar de los pájaros (del camion de recogida del vidrio hablaremos más adelante) pesan más que la historia, el encanto y el misticismo de la Trini.
De manera progresiva fueron uniéndose el resto de los músicos. Primero Noah Jackson (que comenzó con el cello, apropiado para ese sonido que enaza el jazz con la música clásica) y Cleave Guyton Jr.(con la flauta), luego el resto de Ekaya –Terence Blanchard (trompeta), Will Terrill (batería), Lance Bryant (saxo tenor), Andrae Murchison (trombón), y Marshall McDonald (saxo barítono)-. Ocho músicos en el escenario que siempre sonaron delicados y dulces mientras nos llevaban de viaje por los terrenos del swing, por el blues de Nueva Orleans o divisábamos a lo lejos las amplias llanuras africanas.
Hubo momentos realmente mágicos y algún clímax roto por el camión de recogida del vidrio (¡para tirarse de los pelos!) entre unos músicos que desarrollaban y esculpían las melodías sin querer ser más protagonistas que la música, poniendo los solos al servicio de esta y no de su propio lucimiento como tantas veces pasa en el jazz.
Un concierto que poco a poco cautivó al público que despidió a los músicos con un largo y merecidísimo aplauso.
Tras ellos otro conocido del Heineken Jazzaldia, Gregory Porter. Esta fue su tercera visita y la primera en la que actuó en la Trini tras pasar en las anteriores ocasiones por las terrazas del Kursaal y el escenario verde. El joven prometedor que nos visitó la primera vez ha dado paso a una estrella consolidada y se ha convertido en una de las voces de referencia del momento.
Lo mejor y lo peor de Gregory Porter es que ya sabemos lo que nos va a ofrecer. Una voz extraordinaria, elegante y señorial, con querencia por el soul y ciertas maneras de crooner que puede cantar lo que le echen encima. Una banda exquisita, que ejecuta cuidados arreglos y está al servicio de las emotivas melodías que interpreta su líder. Ahora bien, tampoco esperen riesgo, experimentación o, simplemente, sorpresas. Gregory Porter es como un coche de carreras conducido por alguien al que no le gusta correr. Seguro en la curvas y suave en las rectas, pero sin vértigo.
Realmente no puedo poner pegas a lo que escuchamos en el concierto. Bonitas composiciones arropadas por una banda con mucho jazz, una magnífica voz y un par de momentos indiscutiblemente maravillosos -destaco In fashion y el cierre con When love was king-; pero no puedo quitarme la idea de la cabeza de que Gregory Porter es más interprete que artista y que me encantaría que diese un paso más. Aprieta el acelerador Gregory, lo tienes todo para llegar mucho más lejos.
Músicos: Abdullah Ibrahim (piano), Terence Blanchard (trompeta), Noah Jackson (bajo, cello), Will Terrill (batería), Cleave Guyton Jr.(saxo alto, flauta, piccolo), Lance Bryant (saxo tenor), Andrae Murchison(trombón), Marshall McDonald (saxo barítono)
Gregory Porter (voz), Chip Crawford (piano), Jahmal Nichols (bajo), Emanuel Harrold (batería), Tivon Pennicott (saxo), Ondre J. Pivec (órgano Hammond)
Lugar: Plaza de la Trinidad. 52 Heineken Jazzaldia. Donostia.
Fecha: 25 de julio de 2017