El Dabadaba, la sala que ha revolucionado la oferta musical en Donostia, se plantea un nuevo reto: retransmitir sus conciertos a través de una plataforma de streaming. La primera prueba será este viernes con el concierto de Peach Pit. Hablamos un rato con Álex López Allende para que nos cuente algunos detalles de esta nueva aventura.
Nos explica que están en fase de pruebas y que irán viendo cómo evoluciona, pero de momento, este primer concierto será una colaboración con Vicomtech “una empresa bastante potente del parque tecnológico” que parte de una propuesta que hizo Dabadaba y a la empresa le interesó. Van a hacer un streaming multicámara, con tres cámaras rodando el concierto y los usuarios podrán elegir en todo momento la cámara que desean seguir. En futuros streamings aún no está claro como lo harán. “Ya veremos, si es multicámara será seguramente solo con dos cámaras. Esta primera prueba va a ser más exuberante”. Además Alex plantea otras posibilidades para otras ocasiones. Realización en directo, almacenamiento… “el sistema lo permite todo”. El streaming se podrá ver en live.dabadabass.com.
¿Por qué?
“Esta es una de las ideas que está casi desde el principio”. Nos interrumpe uno de los músicos del concierto que viene a continuación. Alex no para. Hoy han organizado dos, uno en Tabakalera (del que después disfrutaré) y otro en Dabadaba. Continuamos. “Pasan mogollón de cosas en el Daba y no tiene sentido dirigirlo solo al público local, teniendo la posibilidad de hacerlo para todo el mundo”. Ha parado la frase y ha enfatizado el “solo” como aclarando que no es que le parezca poco, es que la limitación es innecesaria. Centro más la pregunta. ¿Qué quieren conseguir? “Visibilidad, imagen, exposición de la sala. No hemos pensado en un plan de monetización del asunto, ni nada de eso. ¿Qué saca el Primavera haciéndolo? ¿O el Coachela? O quién sea, no es que estemos ahí”.
La proyección fuera
Tengo las sensación de que el Dabadaba tiene cierta proyección fuera, y le pregunto por ello. “Más que aquí” responde rápidamente. Nos da un dato: de los casi 20.000 seguidores de Facebook, el público local -Donosti y alrededores- no llega al 30%. ¿Y luego ese público nacional visita la sala? “Sí, es muy típico el caso de Madrid o Barcelona que pasan por Donosti. Tienen que ser del rollo, de la música, claro. Todos acaban pasando”. Sobre el prestigio asegura que todo es relativo. “Las cosas que más prestigio nos dan suelen ser las más ruinosas. Nos pasa de gente que dice que va a conciertos en Madrid, que no conoce al grupo pero ve que ha tocado en el Daba, como si fuese un indicador. Como que les hacemos de prescriptores a distancia”. Al momento le quita importancia “Pero no es masivo ni nada de eso”.
Los conciertos están funcionando mejor
“Llevamos unos meses que notamos más afluencia de peña. Sigue siendo minoritario pero antes lo era más. Ayer hubo casi 80 personas. Un martes. Sin tirar cohetes pero las cosas pequeñas, un poco más en los últimos meses, no me atrevería a dar un porcentaje. Los grupos grandes siguen llenando, si el grupo es conocido en su escena, funciona muy bien”.
¿No os da miedo que si llueve la gente ahora prefiera verlo desde casa?
“Cero miedo. ¿Tú lo harías? Es que para mí es tan claramente distinta la experiencia del concierto. El concierto para mí es algo casi físico, sensual. A mí me gusta ver conciertos en streaming, pero no es lo mismo. Para mí. Y de todas formas, cuando llueve, la gente sigue quedándose en casa, haya o no haya streaming así que mira, así lo ven”.
Le pregunto si conoce no ya festivales sino otras salas en España que estén haciendo lo mismo, y no le suena. Quizá sean pioneros -esto lo digo yo. No se han inspirado en ningún ejemplo, el planteamiento es mucho más sencillo: “Aquí pasan cosas y molaría que las viera el planeta”.