Fotos: Ricardo Fernández

La rueda de prensa se ha montado dentro del cubo grande del Kursaal, con vistas al mar a un lado. Un lugar familiar para Woody Allen que ya pasó por estos pasillos presentando en sección oficial Melinda y Melinda. Ha venido mucha gente, incluso de medios extranjeros -aunque los de Variety han perdido el avión por overbooking según se comenta. Allen sigue despertando interés, aunque no esté en su mejor momento, o en parte quizá también por eso. En la mesa están el director; el productor, Jaume Roures; y tres miembros del reparto: Gina Gershon, Elena Anaya, Wally Shawn y Sergi López.

El viejo gran cineasta está mayor. Se le nota en su lentitud al andar y en sus dificultades para escuchar las preguntas en los auriculares -a veces dudo de si alguna pregunta prefiere hacer como que no la escucha. Cuando se pregunta al resto y responden, ni se molesta en ponérselos. Se aburre, esto no va con él, aunque sabe que le viene bien hacerlo. Por otra parte, se le nota muy agradecido a Europa y a España, donde se siente querido. Agradecido a Donostia y al Festival, donde parece estar arropado. Cuando se lanza a responder, coge carrerilla y vemos que aunque sus piernas y sus oídos ya no son los de antes, su cerebro sigue funcionando bien. Eso sí, ya no hace chistes.

Escuchándole hablar sobre la génesis del proyecto, casi parece que esté hablando de unas vacaciones. Allen eligió la localización antes que la historia. Quería un buen lugar para pasar todo el verano y recordaba Donostia del par de veces que pasó por el festival. “Una ciudad excepcionalmente bella y encantadora”. Así que escribió la historia basada en el Zinemaldia.

Sobre el argumento no ofrece gran cosa con respecto a lo que ya sabemos. Dice llevar siempre en secreto los detalles. Que va a ser una comedia romántica, que espera que nos divierta y los detalles que ya sabíamos del argumento. Una novedad, eso sí, cuando se le pregunta el título. Aunque dice que pone los títulos al final del rodaje y, por tanto, no tiene un título definitivo, nos regala el título provisional con el que están funcionando en rodaje: Rifkin’s Festival.

Lo que sí nos cuenta es que la película es “un homenaje a los grandes directores y las grandes películas en los festivales”. Recuerda el tiempo en el que él estaba empezando y donde en los festivales “se buscaban las películas especiales”. Le preocupa un poco que ahora se hayan vuelto algo más publicitario. “Deberían representar la forma más alta de arte cinematográfico”. Dice que cuando era joven le encantaba leer sobre festivales y que después, cuando ya empezó a ser invitado como director no quería ir. Enviaba la película pero él no iba. “Por el ruido, las aglomeraciones de gente… Después empecé a convencerme de ir y me cuidaban, me atendían y me lo pasaba bien. A mi mujer también le gustaba ir y a mí me gusta hacerle feliz”.

Explica que la película estará para el año que viene. Que suele tardar en hacerlas unos 10 meses. Que puede ser tan poco porque “es una película de bajo presupuesto, no como una de Spielberg de gran presupuesto, que llevan más tiempo”. Más adelante, preguntado Roures por el presupuesto de la película, que no quiere concretar, comenta “Ya le habéis oído a Woody que es un bajo presupuesto. Para mí es un presupuesto alto. El proyecto vale lo que vale”. Explica que la distribución internacional la llevan ellos con FilmNation. Distribuidora nacional aún no hay “pero ni siquiera hemos rodado la película. Hay tiempo”. Sobre qué tal le irá en taquilla, Allen confía. “Siempre he tenido suerte en Europa. Soy optimista pero nunca se sabe cómo va a funcionar”.

 

Los intérpretes

Los cuatro actores presentes están encantados de trabajar con Allen -todos ellos por primera vez. A Elena Anaya la conoció a través de La piel que habito de Almodóvar. Quería trabajar con ella. “Él cree que el afortunado es él pero era yo la afortunada”. Sergi López había trabajado ya antes con Roures pero no con Allen. Cuando se enteró de que tenía esa posibilidad y que la película se iba a ambientar en Donostia ya lo tenía casi claro antes de leer el guión. “Mi personaje es una bomba pero antes de eso ya tenía mucho para decir que sí”.

“Siempre había sido un sueño trabajar con él” explica Gina Gershon. “Habría dicho que sí sin leer el guión”. Wally Shawn recuerda que su primera película era de Allen (Manhattan) y que por ello “siempre tiene una magia especial volver”.

La música en ‘Manhattan’ de Woody Allen

28/01/2018 - Ricardo Fernández

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Cuestiones donostiarras

No falta la pregunta local de rigor sobre si ha probado ya los pintxos. Aunque según dice come de todo, su estómago no le permite cualquier cosa y de momento los pintxos se han quedado fuera de su dieta.

Pero si algo preocupa más a los donostiarras que los pintxos es saber si el rodaje de la película va a causar molestias. Especialmente, si van a cerrar la Concha, cuestión de gran controversia. Jaume Roures se muestra tranquilizador: “No vamos a molestar, nos adaptaremos al ritmo de la ciudad”. Y bromea “Hoy no había nadie en la Concha, será por el tiempo. Aprovecharemos estos días para rodar”.

Allen explica que la película se rodará en varios puntos de la ciudad y parte en las afueras aunque nunca muy lejos del centro de la ciudad. “Quiero darle al mundo mi visión de San Sebastián, como he hecho con Nueva York. Quiero darle mi mejor plano”.

 

Boicot

Le preguntan a Allen a ver si a causa de todos los problemas recientes ha pensado en retirarse. “No me retiro porque nunca he pensado en retirarme”. Sobre todas las cuestiones que rodean al boicot y las dificultades que está sufriendo dice que que su filosofía es centrarse en el trabajo. Trabajar siete días a la semana y no hacer caso de temas políticos. “Probablemente moriré en el set haciendo una película”.

Se le pregunta también si le han decepcionado las reacciones de algunos de sus actores -aquellos que han dicho públicamente que se arrepienten de trabajar con él. Sin entrar en la cuestión de fondo, Allen solo tiene buenas palabras para todos. “Estoy muy orgulloso de mis actores, siempre he tratado con grandes personas que han hecho grandes interpretaciones. Soy afortunado, ellos son gran parte de la razón del éxito de mis obras”.

Se le pregunta a las dos mujeres si no dudaron en trabajar con Allen. Ambas lo tienen claro. Elena Anaya explica  “Me llega una llamada de este señor que es de los mejores directores del mundo. Yo creo en la vida, creo en la justicia. Soy responsable de lo que elijo, como en toda mi carrera. Estoy contenta como mujer y como actriz”. Gershon dice que son unos tiempos un poco salvajes en América, que hay “una especie de locura”. En todo caso, recalca que trabajar con Allen es “un sueño hecho realidad”.