Rizi/Days es la película inaugural de la sección Zabaltegi-Tabakalera de esta edición número 68 del Zinemaldia. Llega a Donostia tras haber sido seleccionada para competir por el Oso de Oro en la Sección Oficial de la Berlinale, donde ganó el Premio Especial del Jurado de los prestigiosos Premios Teddy. La última película de Tsai Ming-Liang no puede dejar indiferente.
Dos hombres, una gran ciudad que les cobija y que les separa a la vez. La soledad y el encuentro. El plano largo y el concreto. El hogar y la ciudad reflejada. El hábito y el evento. La gran ciudad y la soledad del individuo. La cita premeditada y el placer espontáneo. La apatía y el placer sexual. Juntos pero separados. El contraste vertebra Rizi/Days y el poder de la imagen lo sublima.
No hay casi frases habladas, y las pocas que hay son físicamente inentendibles y cinematográficamente irrelevantes. El propio director, a modo de guía para el visionado de la película, avisa antes de empezar que la falta de subtítulos es premeditada. No los necesita, las imágenes son lo suficientemente evocadoras. Pero ello no quita para que la película esté lena de diálogos. Los gestos, una mirada perdida, otra llorosa, el espacio, la luz, la música diegética… No necesitan de una línea de diálogo en la que apoyarse para cobrar sentido. El cine es el lenguaje audiovisual, que no literario, y Tsai Ming-Liang sabe cómo jugar con él sin artificios.
La película comienza con dos historias en paralelo, planos fijos, largos y sosegados que poco a poco te atrapan en esa atmósfera de soledad y desazón que, una vez dentro, te lleva de la mano a emocionarte con el encuentro. Una canción que evoca un amor imposible, una valla publicitaria en blanco donde se refleja la gran ciudad que nunca duerme. El individuo espectador de la acción de la gran ciudad.
Al igual que las historias de los protagonistas de Rizi/Days, los elementos del cine de Tsai Ming-Liang se entrelazan y cohesionan a lo largo de su carrera, y se muestran finalmente subliminados en este trabajo. Cobra especial sentido recorrer el camino, por inhóspito que parezca. En el cine de Tsai Ming-Liang y en Rizi/Days en particular.