Entrevista a Iñaki Elorza, director de la Unidad de Cine de SADE
- Merma de ingresos: «En cines de centros comerciales pueden sacar mucho más del consumo de palomitas que con las entradas».
- El futuro de la cartelera: «Sospechamos que a partir del segundo semestre puede haber semanas de diez, doce estrenos y entre ellos seis o siete muy interesantes«
- Diferencia entre Warner USA y Europa: «Aquí va a haber una ventana que dependerá de cada película; pero, hasta donde sabemos, creo que ninguna va a ser de menos de tres semanas»
- Sostenibilidad: «El día que Disney estrene al mismo tiempo en plataformas y en cines, que me cobre el 40% en lugar del 60%»
- Necesidad de grandes producciones: «En ningún caso podríamos prescindir de los blockbusters»
- Situación actual: «El ejercicio que estamos haciendo los cines es: abierto pierdo tanto; cerrado pierdo tanto»
- Aplazamiento de estrenos: «Yo creo que algunos por pecar de conservadores o de segurolas se pueden meter en problemas»
A finales de junio hablamos con Iñaki Elorza, director de la Unidad de Cine de SADE, los cines de San Sebastián, sobre la reapertura de las salas. Han pasado ocho meses desde aquello, lastres restricciones siguen vigentes (e incluso hay alguna más que entonces) pero los cines permaneces abiertos. Por eso hemos querido volver a charlar con él y que nos cuente como están funcionando las salas, como ve la situación de las majors, de los estrenos simultáneos en salas y plataformas, de las cancelaciones de estrenos y, en general, de la situación en el sector de la exhibición.
¿Qué tal se ha adaptado el público a las nuevas normas?
Abrimos siguiendo los protocolos que se establecieron junto con el Gobierno Vasco y la gente se adaptó enseguida, en general sin ningún problema excepto por la mascarilla. Costaba mucho que la gente mantuviera la mascarilla puesta durante toda la proyección. Además, el hecho de permitir comer en las salas generó una cierta confusión entre los espectadores porque les obligamos a usar mascarilla pera a la vez, si comían, podían no usarla. Eso generó un poco de controversia. El Festival de cine fue un punto de inflexión en ese tema porque durante el festival la prohibición de comer y la obligatoriedad de la mascarilla son claras. Así que notamos, después del Festival, que la gente era mucho más recelosa a la hora de sentarse cerca de alguien que estuviera comiendo y eso nos generó muchos problemas; por lo que, a partir de ahí, decidimos prohibir la venta de productos en los bares, antes incluso de que lo prohibiera el Gobierno Vasco, dejando así clara la obligatoriedad de la mascarilla. Ese ha sido el único factor que ha generado un poco de confusión en los espectadores. En relación al aforo, a la distancia, al uso del gel, a la desinfección entre sesiones, la gente creo que se ha sentido en general muy segura dentro de las salas.
¿Y los trabajadores qué tal?
Con los trabajadores bien. Hemos tenido algún pequeño susto con algún contacto cercano a un trabajador que ha dado positivo, e incluso algún trabajador; pero en todo momento se están siguiendo los protocolos. Todos los días antes de empezar a trabajar se toman la temperatura y hay que recordar que hicieron un curso en formación antes de la apertura del 26 de junio sobre el tema de los protocolos con la empresa especializada Elis Pest Control, que es la que nos asesoró.
En ese sentido, lo que me ha llegado, y hemos tenido muchas reuniones con ellos, creo que no se han sentido ningún momento en riesgo.
¿El tema de no vender palomitas lo habéis notado mucho económicamente?
Sí, sí se nota. Todo ha sido un proceso de ir poniendo palos en la rueda. Al principio era un 60 por ciento de aforo sin limitación horaria. Luego pusieron un 50 por ciento de aforo. Luego teníamos que cerrar para las nueve y media. Luego teníamos que cerrar para las nueve. Además, la distancia entre sesiones tiene que ser mucho mayor por el tema de las desinfección, con lo que te da la posibilidad de hacer menos sesiones. Luego ya vino el tema de las palomitas… Al final es un cúmulo de tantas restricciones que a nivel económico cualquier merma es importante. Ahora estamos pudiendo vender solo el 50% de entradas por sesión, con pocas sesiones al día. En un sector como el nuestro y con el margen que dejan las palomitas, pues es básico.
Y eso que, en nuestro caso, nuestro punto fuerte no es el tema las palomitas; pero lo normal es que en cines de centros comerciales pueden sacar mucho más del consumo de palomitas que con las entradas. Así que a nosotros nos ha perjudicado mucho, pero a la competencia muchísimo más todavía. Es más, en cuanto se determinó por normativa el cierre de los bares de los cines, sobre el 2 o 3 de noviembre, ese mismo lunes todos los cines de Cinesa del País Vasco cerraron. No esperaron a una bajada de espectadores, en cuanto se decidió por parte del Gobierno Vasco cerrar los bares, automáticamente ellos vieron que en el negocio no era sostenible.
La última vez que hablamos fue justo antes de la reapertura con una selección de clásicos. Desde entonces hemos visto varios reestrenos que han durado en cartelera y han llenado salas, como Deseando Amar, 2046, Crash o la selección de clásicos de Miyazaki. Desde fuera parece que funcionan bien, ¿es así?
Funciona bien y no funciona bien. Es decir, justo los que has comentado tú pues han funcionado la verdad que muy bien. Estamos sorprendidos, por ejemplo, con el Ciclo de Clásicos de Miyazaki. Hemos proyectado durante mucho tiempo películas Ghibli en el Trueba o en El Príncipe y no han funcionado especialmente bien. Más bien todo lo contrario. Sin embargo, ahora ha sido un boom lo de Totoro. Ha sido la número uno de España en el promedio copias por sala y el Príncipe se ha situado en el número 2 de España este fin de semana. Y la razón ha sido esa. También hemos tenido otras como El Cazador o El Chico que funcionan, son sostenibles, pero por si solas no son un negocio rentable. Son un recurso para ir tirando, dar más variedad, hacer un poco de base, pero no te vas a hacer de oro con ello.
Siempre habéis programado clásicos, pero la variedad es que en vez de un único pase ahora están durante una semana. ¿Es algo circunstancial o puede repetirse en el futuro?
En principio es provisional porque luego llegarán, o eso espero, momentos en los que no podamos estrenar todo lo que llegue porque no habrá sitio. Sospechamos que a partir del segundo semestre puede haber semanas de diez, doce estrenos y entre ellos seis o siete muy interesantes. Sería complicado estrenar algo de hace 25 años y no estrenar algo que creemos que puede ser del interés del público en este momento. Yo creo que esto es algo muy coyuntural que nos lo permite la situación actual porque no hay películas; pero en una situación normal creo que va a ser complicado.
Es como las óperas, ahora mismo hemos hecho una programación de óperas pequeñita y hemos programado los domingos a la tarde, cosa que antes nunca hacíamos. En principio esos eventos siempre eran días laborables porque los domingos estaban destinados a las películas, a lo mainstream, porque sábados y domingos son los días fuertes. Pero ahora, viendo las cifras que hacemos el fin de semana, vamos a ver si conseguimos atraer a ese público de óperas que no viene el jueves porque le viene mal, pero el domingo sí que puede. Intentamos adaptarnos a la situación actual y las posibilidades que nos da el hecho de tener un 25 o 30 por ciento de los espectadores que hacíamos hace un año.
Hablando de cine mainstream, Warner ha generado controversia en Estados Unidos al anunciar que alló todas sus películas se estrenarán a la vez en su plataforma y en salas. Sin embargo en España ha sido la única, junto con Universal, en apostar por estrenar en salas durante estos meses. ¿Qué noticias tenéis de cara al futuro? ¿Van a seguir la misma política en Europa que en Estados Unidos?
Es verdad que Warner España es la major que ha apostado más decididamente por estrenar películas y que, además, son las que nos han salvado el verano junto con la de Padre no más que uno 2. Sabemos que el tema de las ventanas se va a romper por todos los sitios y que Warner, en principio, va a establecer una ventana de tres o cuatro semanas en sus películas. Después parece que van a ir a un servicio de pago, pero no por suscripción. Eso es lo que hasta ahora nos han comentado. Yo creo que en estos momentos el sector de la exhibición está tan débil que nos conformamos con eso.
También es verdad que eso lo digo yo desde nuestro punto de vista, hay otras posiciones dentro del sector que son mucho más radicales con el tema de las ventanas; pero yo creo que ahora, en este momento, tenemos que adaptarnos a las circunstancias. Si nos ofrecen la película de interés del momento, como puede ser Raya y el último dragón de Disney, una película que nos puede salvar el mes de marzo y la Semana Santa, pero nos dicen que sale a la vez en Disney+ Premium a 30 euros, pues tenemos que apechugar. En este momento los cines no podemos renunciar lo que pueda hacer una película como Raya en las salas.
En ese sentido la parte europea de las distribuidoras está bastante diferenciada de la parte americana y así como allí Warner va a sacar todo simultáneamente en HBO Max, aquí no. Aquí va a haber una ventana que dependerá de cada película; pero, hasta donde sabemos, creo que ninguna va a ser de menos de tres semanas.
Dices que hay gente con posturas más radicales sobre el tema de las ventanas. ¿Hasta que punto vais a dar una respuesta conjunta, com exhibidores? ¿O vais cada uno por vuestra cuenta?
La Federación de Cines sí que tiene una postura clara: estamos en contra de que se elimine la ventana porque es lo que nos da protección; pero luego cada uno en su casa puede hacer lo que quiera. Es decir, hay gente que se tiene que sentar con el arrendador a quien le tiene que pagar el alquiler y no puede decirle “no voy a estrenar Raya porque estoy en contra de la eliminación de las ventanas”, porque el arrendador le va a seguir cobrando cada mes y no le cuentes milongas de que eres pro ventana. Al final, lo que queremos en estos momentos, es que haya producto y yo, como SADE, teniendo los cines abiertos, no me puedo permitir el lujo de no estrenar una película que pueda meter tres mil personas durante un mes. Si tuviera el cine cerrado pues podría decir que no voy a abrir el cine solamente para la película, pero teniendo el cine abierto yo tengo que ofrecer esa película a los espectadores donostiarras y guipuzcoanos. Además, yo me tengo que poner en los ojos de la familia donostiarra que no tiene Disney+ que quiere ir al cine y que yo no le estoy ofreciendo esa posibilidad. De otra forma, al final, estaría dirigiéndole a que se abonara a Disney +. Yo, en esta guerra, cada vez tengo más claro que intentando defender la ventana, tenemos que convivir plataformas y cine. Estamos peleando contra un monstruo y en este momento el sector de la exhibición precisamente no está en el mejor momento para hacer una guerra contra nadie.
Además, damos por hecho que todo el mundo tiene plataformas y damos por hecho que todo el mundo tiene Netflix y que todo el mundo tiene Disney+ y eso no es así. Hay muchísima gente que no tiene. Lo que sí hay que hacer es hablar con las distribuidoras y establecer sostenibilidad para el sector. Si ahora Disney nos cobra el 60% de cada entrada, pues el día que Raya, u otra película, se estrene al mismo tiempo en plataformas y en cines, pues que Disney me cobre el 40% en lugar del 60%; porque estoy perdiendo exclusividad y esa parte del negocio de la gente que, directamente, no va a ir al cine porque la va a ver en Disney+. Yo creo que es un tema de negociar con cada distribuidora las condiciones de cada película porque si no se va ser insostenible. Si perdemos un 30 por ciento de espectadores porque la gente la ve en su casa y los porcentajes de los costes de las distribuidoras se mantienen, el margen que nos queda a los cines es muy bajo. Ahí tenemos que pelear, porque el tema de las ventanas de los famosos 112 días va a desaparecer. Hay que intentar que una vez que la película salga en plataformas esos porcentajes se reduzcan a un 40 o un 35 por ciento, no un 60 o 55 como estamos pagando ahora.
¿Han cogido demasiado peso las majors?
Siempre ha sido así, aunque el 2019 fue brutal. Fue el año de Disney que copó alrededor del 39 por ciento del mercado a nivel español. Universal pinchó, pero al final la primera no major del ranking de distribuidoras creo que era A Contracorriente, que no sé si hizo un 3 por ciento la cuota.
Sí que es verdad que los cines de centro comercial, sobre todo, viven sí o sí de las majors. Los cines que estamos manteniéndonos mejor en este momento somos los cines de los centros de las ciudades; los Renoir, los Verdi, los de SADE y algún otro cine de Valencia o de Sevilla, mientras les han permitido estar abiertos. Somos cines que hemos diversificado el producto, nosotros no nos hemos ido sólo a los blockbusters palomiteros. Nuestra trayectoria ha sido la de intentar abarcar un abanico que va desde el niño de 4 años que va a ver su primera película hasta, digamos, el cinéfilo con pedigrí que quiere ver la última película de tal director que pasó por un festival. Eso nos ha permitido mantenernos en esta situación con unas cifras más dignas que otros cines que han apostado solo por un tipo de cine que es el que ahora no se está estrenando. Ves el ránking español ahora y es sorprendente porque entre los diez primeros estamos los dos o tres Renoir de Madrid y Barcelona, los Verdi, el Príncipe, los Lys de Valencia… y normalmente estamos bastante más lejos y los primeros son los Kinépolis, los Cinesas y los Yelmo de turno.
En esta situación que los grandes estrenos se han aplazado o pasado a plataformas, habéis tenido que programar películas más pequeñas, independientes y reestrenos. Cuando desaparezcan las restricciones, ¿podéis vivir solo con ese tipo de películas?
Muy complicado. Nosotros, como SADE, somos a nivel de exhibición nacional de los que menos proporción tenemos de recaudación blockbuster respecto a cine más independiente, en ningún caso podríamos prescindir de los blockbusters. Además una cosa somos espectadores y otra cosa es la cantidad de consumo de palomitas que traen los blockbusters. Al final es el paquete completo.
Tampoco hablo de cine muy independiente, estoy pensando en películas medianas, tipo Greenland que la estrenasteis en verano y estuvo varias semanas. Películas de palomitas pero no grandes superproducciones. ¿Serían suficente?
No. Para mantenerse, sí; para hacer un negocio rentable, no. No sé si en ese paquete entraría una película como Padre no hay más que uno 2, que se estrenó a finales de julio y fue un poco la salvación del sector en ese momento. Fue una película que hizó casi 13 millones de euros, llevó muchas familias, consumo de palomitas, etc. Es decir, necesitamos pelis gordas de estas. El margen por entradas que tenemos en el sector de la exhibición es muy, muy pequeño. Todo se basa mucho en la rotación, una rotación brutal. Nosotros necesitamos de esos 6000, 7000 espectadores para que el negocio sea rentable, con 3500, 4000 probablemente sí podríamos aguantar, pero cualquier otro negocio funcionaría ahí mejor que el de la exhibición.
Tenemos la sensación de que las majors ponen cada vez los huevos en la cesta de menos películas y se olvidan del resto, a veces ni las promocionan. Estoy pensando en Nuevos Mutantes que es de lo poco que estrenó Disney este año y ni siquiera la anunciaron.
Una de las grandes quejas del de la exhibición estos meses ha sido lo poco que han estrenado las majors y la falta de promoción de las películas. No se han gastado un euro. Los propios exhibidores, a través de nuestros propios canales, de proyectar los trailers una y otra vez y de los pocos medios o soportes que tenemos, hemos tenido que anunciar esas películas. Incluso en navidades películas como Los Croods 2, este tipo de películas más comerciales, a nivel de grandes cadenas se han promocionado muy poco. Muchísimo menos.
Además, son pelis que han funcionado. El otro día hablaba con una distribuidora y me decía «Iñaki, es que no podemos estrenar esta película sabiendo que vamos a tener el 40 o el 50 por ciento menos que en una situación normal». Ya, pero es que pero es que me está hablando de que va a perder, o va a dejar de ganar, el 40 o 50 por ciento, cuando la media nacional de los cines durante los meses de enero y febrero ha sido de un 15 por ciento de ingresos respecto a las mismas fechas del año pasado. No quiere renunciar a ese 40 por ciento, pero ¿cree que los cines estamos ganando dinero por estar abiertos? Los cines estamos perdiendo dinero y a ningún cine se le ocurre decir “este año no voy a abrir el cine porque quiero ganar lo mismo que antes de la pandemia”. Los cines estamos haciendo un sacrificio brutal por mantenernos abiertos y el ejercicio que estamos haciendo, como ya os comenté en su día, es a ver si pierdo más abierto o cerrado. Estamos hartos de ver y hacer tablas de excell y plantear escenarios de abierto pierdo tanto y cerrado pierdo tanto.
Gracias a los ERTEs nos intentamos manejar; pero al final un cine tiene muchos gastos: el tema eléctrico; la calefacción, que cuesta lo mismo para una persona que para doscientas; los proyectores se van estropeando o hay que hacerles mantenimiento y cada mes tenemos una avería gorda de 2000 o 3000 euros que hay que solucionar. Al final tener un cine abierto genera unos gastos muy grandes y por eso digo que ahora la rentabilidad es nula. El ejercicio es este: abierto pierdo tanto; cerrado pierdo tanto; y mientras los datos lo justifiquen o la pérdida no sea escandalosamente mayor en un lado que en otro, seguiremos abiertos. Y gracias a Dios, como Donostia es una ciudad super cinéfila eso hace que las cifras actuales justifiquen que estemos abiertos. Espero que por mucho tiempo, porque sí que es verdad que febrero y marzo van a ser unos seres muy complicados porque prácticamente no hay películas que llamen la atención y cuesta mucho mantener el interés del público en depende qué películas. Por eso hemos tenido que inventar el ciclo de Miyazaki, meter más óperas, meter más cosas alternativas, para por lo menos poder llegar a esa cifra que justifique estar abiertos.
Nos hablabas de esa distribuidora que no quería estrenar para no ver reducido el 40 o 50 por ciento respecto a una situación normal; pero por otro lado estrenar ahora supone estrenar sin mucha competencia. ¿No puede ser contraproducente esperar a que la situación mejore y estrenar todos a la vez?
Hay que saber buscar un poco dónde está el equilibrio. Yo creo que, como dices, algunos se van a equivocar muy, muy gravemente porque van a meterse en unos jardines, espero que sea a partir de de julio, en los que van a pasar a ser probablemente la tercera o cuarta película de esa semana, cuando probablemente en verano o en el mes de agosto habría sido la película del mes. Yo creo que algunos por pecar de conservadores o de segurolas se pueden meter en problemas. Igual la de James Bond, que no sé cuántas cancelaciones y cambios de fecha ha tenido ya, puede llegar a las salas super quemada. Ya no sé si la gente va a seguir teniendo el interés por ver la siguiente de Bond.
Otras muchas estaban previstas para final de año o para este verano y las han movido un año, eso también produce un desgaste. El ritmo de estrenos que se va a producir va a suponer una barrida brutal, un escenario muy hostil. Aquella película que en el primer fin de semana no arranque bien se va a ir fuera la segunda semana. Sin embargo en verano no habría sido así. Padre no hay más que uno dos ha hecho casi trece millones; Tenet, que se estrenó cuando se estrenó, ha hecho más de siete millones y medio, cuando muchas de Nolan han hecho eso en situación normal, sin restricciones; Los Croods 2 ha hecho casi cuatro millones en Navidades y probablemente una situación normal habría hecho seis o siete; pero cuando ha habido películas la gente ha respondido. Totoro el fin de semana, ha metido casi 200 personas y abriendo salas nuevas porque estábamos llenando al 50 por ciento de ocupación. Es la mayor demostración de que cuando hay películas de interés la gente va al cine. Muchos me están preguntando si se va a perder el hábito de ir al cine, yo estoy convencido de que no, que el tema es que no hay producto, apenas hay renovación de la cartelera.
También hemos visto que se han retrasado estrenos porque cerraban lo cines en Madrid o en Cataluña, pero en el resto de comunidades seguían abiertos. O retrasar estrenos mundiales porque cerraban en Estados Unidos pero en Europa y Asia los cines seguían abiertos. ¿No tendría sentido un estreno escalonado en esta situación?
Totalmente. Por ejemplo, el estreno de Sentimental de Cesc Gay, siendo un director catalán, se estrenó con todos los cines de Cataluña cerrados. Hicieron una campaña para el resto de España y, cuando pudieron abrir en Cataluña, hicieron una campaña para allí y ha funcionado muy bien. Yo entiendo que con una película de Marvel quieres hacer una campaña a nivel global y quieres que en todo el mundo se estrene a la vez. Pero hay otras muchas películas que no tenían por qué ser de Marvel y que vayan a hacer 15 o 20 millones de euros que se pueden estrenar perfectamente de forma escalonada
El otro día me llamaron de una distribuidora para decirme que una película local la van a retrasar hasta el segundo semestre. Una película que el 80 por ciento de la recaudación lo va a hacer en el País Vasco. Ya le dije, “tenéis todos los cines del País Vasco abiertos, con restricciones pero abiertos, y la vais a pasar al mes de julio cuándo os vais a tener que pegar con todos los estrenos? Pues probablemente o no te la pueda estrenar o va a hacer menos que si la estrenas ahora».
Y eso que aquí hemos tenido la suerte porque yo creo que muchos han seguido un poco esta filosofía. En el País Vasco los cines en octubre y noviembre se han comportado muchísimo mejor que a nivel nacional. ¿Por qué? Porque hemos tenido la película de Woody Allen, una peli muy localizada en Donosti, con la que nos ha venido muy bien; pero es que además se han estrenado Akelarre, Ane, Hil Kanpaiak, Erlauntza. Hemos tenido los meses de octubre y noviembre con películas locales que, estoy convencido, han funcionado muchísimo mejor que en una situación más normalizada porque ahora no había muchas películas que hicieran competencia. Películas con Ane o Akelarre venían del festival; pero las otras son más pequeñas y sus campañas no tienen tanto ruido. Nos hemos quedado súper sorprendidos de los buenos resultados que han hecho; pero es que el foco casi estaba puesto en esas penínsulas. La ETB les ha dado mucha cancha porque en el hueco que tienen en sus medios destinado a cultura solo hablaban de ellas y en los programas de cine a nivel nacional, como solo había tres estrenos y uno de los estrenos era de aquí, pues también hablaban de ella. Hay que saber colocar las películas en un momento que puedas ocupar esos espacios de difusión que en otras circunstancias no lo tendrías.
Antes hablabas de negociar las películas con cada distribuidora; pero igual así no tenéis tanta fuerza. ¿Podríais llegar a una postura común con la Federeción de exhibidores y negociar todos a una?
No, no se puede. Ahí nos meteriamos en un lío por tema de competencia. No podemos pactar nada. Una cosa es que nosotros, como sector, estamos preocupados por la situación y la sostenibilidad; pero, por ejemplo, ahora mismo Kinépolis que forma parte de FECE ha estrenado Noticias del gran mundo, la de Tom Hanks dirigida por Greengrass, que es de Netflix, con una ventana de 17 días. Pero es lo que te he dicho antes, si tengo el cine abierto depende de la situación de cada uno y de lo que tenga que pagar de alquiler, pues igual no se puede renunciar a depende qué películas .
En el sector hay varios negros, blancos y grises. Están los que se enrocan ahí y dicen que tendríamos que renunciar todos a estrenar este tipo de películas. Y los que somos más flexibles y decimos que si la distribuidora me permite negociar ese porcentaje, pues yo no voy a renunciar a estrenar esas películas porque creo que en mi caso el público donostiarra o del entorno de Donosti se merece ver esas películas en pantalla grande. Y eso va a llegar, no creo que tarde mucho.
Pero más allá del tema de las ventanas, ¿No podéís uniros para negociar las condiciones con más fuerza?
Eso por la ley de competencia no se podría hacer. Cada uno tiene el tamaño que tiene y y no podríamos negociar todos a una, ni tomar una decisión todos a una. Se podría hacer un cierre patronal y decir «oye, que no estamos de acuerdo y todos los cines cerramos porque no estábamos de acuerdo». Pero que todos tomemos una decisión a nivel empresarial, eso no se podría hacer. Y además no se iba a hacer, ya te lo digo yo. Tal y como está el sector es imposible ponernos de acuerdo porque las necesidades son tan grandes las de todos que es imposible.
¿Estáis recibiendo algún tipo de ayudas públicas, más allá de los ERTEs?
A nivel nacional recibimos unas ayudas que son las que sacó el ICAA por tema CoVid para las que teníamos que presentar una serie de inversiones y facturas relacionadas con las medidas sanitarias. Hay quién ha digitalizado todo el proceso de compra de entradas para el tema de minimizar el contacto, instalar los geles hidroalcohólicos, hay quién ha puesto un arco de ozono para desinfectar, todo lo que concierne a la formación de los trabajadores, etc. Para eso sí que hemos recibido ayudas de hasta un máximo por sala, que ya se pagaron el mes de noviembre. Pero hasta ahí.
Sí que parece que puede haber alguna más porque, sobre todo del Gobierno Vasco, porque están pidiendo mucha información en relación a la cuenta resultados, lo que se ha perdido respecto al mes anterior, lo que nos está costando mantener los cines abiertos y ese tipo de datos. Hemos enviado mucha documentación, con la esperanza de que cuando, supuestamente, llegue el dinero de Europa, podamos tener un agujero menor que el que tenemos. Pero bueno, independientemente de eso, que estamos abiertos o no, no va a depender de las ayudas.
El Gobierna Vasco, en todas las reuniones que hemos tenido con ellos, primero nos ha dado la enhorabuena por seguir abiertos porque para ellos es el tema de exhibición es importante; después, siempre se han mostrado abiertos a que cuando lleguen a estas ayudas de Europa podamos recibir su ayuda a partir de todos los datos que están recabando.