Entrevistamos a Miguel Morales y Juan Ramón Marsal de ADICINE, la Asociación de Distribuidores Independientes Cinematográficos

Hace unos días publicamos la entrevista con Iñaki Elorza, director de la Unidad de Cine de SADE, sobre las dificultades de mantener las salas de cine abiertas en estos tiempos de pandemia. Uno de los mayores problemas ha sido la espantada de las multinacionales que, salvo honrosas excepciones, no han estrenado películas. Si durante estos meses hemos podido seguir yendo al cine ha sido gracias al brutal esfuerzo de las salas y, también, a las distribuidoras independientes que han seguido estrenando sus películas a pesar de que las condiciones no eran las más apropiadas. Tanto es así que desde la reapertura de los cines el 93% de los estrenos proviene de distribuidoras independientes. Películas como Las Niñas, Sentimental, Rifkin’s Festival, Martin Eden, My Mexican Bretzel o Akelarre entre otras muchas.

Las distribuidoras independientes están agrupadas en España en ADICINE y para hablar sobre el estado de la distribución y como ven ellos la situación hemos hablado con su presidenete Miguel Morales (Wanda Visión) y con Juan Ramón Marsal (Festival Films) miembro también de la asociación.

Lo primero es preguntaros qué es ADICINE.

MIGUEL MORALES – Pues ADICINE es la Asociación de Distribuidores de Cine Independientes. Estamos catorce distribuidoras, que, así, por orden de lista somos Avalon, BTeam, Caramel, DeAPlaneta, Festival Films, Filmax, Golem, Karma Films, La Aventura, SelectaVisión, Syldavia, TriPictures, Vértigo y Wanda.

Somos bastante distintos unos de otros, pero en general, pues nos une nuestro amor por el cine independiente y el cuidado que damos a las películas.

 

¿Cuándo se formó y con qué objetivos?

MM – Pues mira, se formó hace veinticinco años, aunque se estructuró legalmente como asociación hace veintidós con el objetivo de apoyar a los distribuidores independientes. En su momento lo fundaron Alta, Garcíllán con su distribuidora Musidora y también estaba Gólem. Yo creo que lo fundaron los tres. Luego entramos Vértigo y nosotros [Wanda], y poco a poco hemos ido ampliando. Durante mucho tiempo, aunque nos reuníamos una vez al año, estuvo bastante inactiva, la verdad. Yo creo que fue alrededor de hace unos diez años, al ver que la situación de las distribuidoras independientes se estaba complicando cada vez más, cuando le empezamos a dar más contenido. Vimos que disminuía la asistencia a las salas de cine para ver nuestras películas y que teníamos problemas con los VPF, los Virtual Print Fee, que teníamos que pagar para la digitalización de las salas de cine.

JUAN MARSAL – También veíamos que los huecos y la permanencia en los cines se reducían cada vez más. En fin, que se nos iba poniendo muy bonito todo.

MM – La presencia en la televisión también era más más difícil, nos costaba más vender a las televisiones. Entonces decidimos reactivar la asociación, que tenía muy poquito movimiento, y meter nuevos socios, ampliarla, darle más presencia pública,

 

Cuando dices que iba menos gente al cine te refieres a que bajaba la asistencia de público o especialmente a vuestras películas.

MM – Sí, especialmente. El cine en general estaba bajando, pero las películas independientes aún más. Para nosotros, hace diez años, una película era un éxito con doscientos o trescientos mil espectadores. En los últimos años un éxito son cien mil. Hemos visto como nuestro público disminuía, sobre todo el público joven. Vimos que el público mayor era el que seguía yendo a ver nuestras películas en el centro de las ciudades y el público universitario, que había ido creciendo, lo habíamos ido perdiendo y no se había renovado.

¿Tenéis alguna idea de por qué ha sucedido esto?

MM – Yo creo que es una tormenta perfecta.

JM – Son muchas cosas las que han afectado, muchas. Empezando por la poca presencia en medios que hoy en día se le da al cine independiente. En muchos periódicos de gran tirada las páginas de cultura, sobre todo de cine, no es que se hayan reducido, es que han desaparecido, literalmente. Y así todo. Empiezas a juntar un poquito de aquí, otro poquito de allí y al final, pues eso, llega la tormenta perfecta. Por lo menos para nosotros, que habrá otros distribuidores que estarán más encantados que nunca; pero nosotros, estamos hablando de Adicine, pues nos vemos muy afectados por por todas esas poquitas cosas que nos llevan a un gran mal.

MM – En el sector en general. A cada distribuidora, depende de las películas que tenga, pues un año le va mejor y otro le va peor; pero analizando las grandes cifras de todo, en la distribución independiente vemos esto. Como decía Juan, son muchas cosas como la poca influencia en los medios o la aparición de otras formas de consumo de audiovisual, como las plataformas. Quizá a otros sectores del cine no les han afectado tanto, pero a nosotros sí. Hay parte del público que podía ir a ver nuestras películas independientes y que se ha quedado viéndolas en su casa o viendo series. Público, que eran universitarios cuando empezábamos muchos de nosotros, que ahora son padres de familia con niños y que tienen dificultad de ir al cine, por tiempo o porque cuando van al cine es para llevar a sus hijos a ver las películas de animación, ahora tienen las películas nuestras en las plataformas.

 

Hace unos días entrevistamos a Iñaki Elorza, de SADE Cines, y nos dijo que los cines necesitan las superproducciones de las majors, que solo con películas independientes no pueden vivir. ¿Esto siempre ha sido así o esa dependencia a ido aumentando la última década?

MM – Pues depende de las salas. Depende de los cines. Yo creo que, Iñaki precisamente lo sabe, ellos han vivido de nosotros.

JM – Eso es. Hace no mucho, cuando existían en San Sebastián los cines de La Bretxa, todo el material de las multinacionales tipo Blockbuster lo daba La Bretxa. El Príncipe, y no te digo ya el Trueba, se nutrían básicamente del material de cine independiente, salvo alguna cosita anecdótica. Esa es otra de las pequeñas olitas que nos ha llevado a esta tormenta perfecta. Al aflojar la la cantidad, y sobre todo la repercusión que tenía el cine independiente, los cines que antes se nutrían de cine independiente han empezado a meter también blockbusters y, claro, cuanto entras ahí se te cierran los huecos para todo, porque las grandes distribuidoras que llevan blockbusters tienen una cantidad de películas, de exigencias y una serie de condiciones que hacen muy difícil dejar hueco para otros. SADE en San Sebastián, cuando estaba La Bretxa abiera poca película en película multinacional programaba en el Príncipe.

MM – Y la que programaban era más independientes, nominadas al Oscar y cosas así. No superhéroes ni cosas de ese tipo.

Depende de la sala, claro. Un complejo de periferia, tipo Cinesa o Yelmo, pues no, sin el cine de las majors no puede vivir. Un complejo de centro de ciudad puede vivir con el cine independiente perfectamente.

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Sin embargo, no han vuelto a la fórmula del cine independiente. Si han optado por las majors será que les funciona mejor.

MM – Seguramente. Eso se lo tendrías que preguntar a ellos. Yo creo que le iba bien en el Príncipe con la programación de nuestras películas. De hecho, San Sebastián era una de las principales plazas para nosotros. Ahora sigue siendo de las principales; pero ya no está en el top 5. En ciudades como Valencia, por ejemplo, que antes estaba más repartido, ahora hay un par de salas que se dedican a poner cine nuestro, que antes estaban por debajo de San Sebastián y ahora están haciendo bastante más taquilla que San Sebastián.

 

Volviendo a la situación general, más allá del caso concreto, esta dependencia de las majors ¿siempre ha sido así?

JM – Siempre han tenido mucha fuerza; pero antes en Bilbao, en esta oficina, se celebraban las reuniones de los distribuidores independientes que había en Bilbao. Eramos veinte y había sitio en las salas para todos. Luego estaban las oficinas de las multinacionales, cada uno con su gerente y con su personal. Vivíamos todos. Es cierto que había más cines, pero en proporción éramos muchos más.

Yo creo que ahora las multinacionales van demasiado a saco, están entrando en el negocio como un elefante en una cacharrería. En estos últimos diez, quince años, se ha notado mucho el avasallamiento, aunque suene un poco duro. Sobre todo lo que están haciendo a los cines, no ya a nosotros. Avasallan tanto al cine que no le dejan hueco para otras películas que no sean las de ellos mismos. Están más virulentos, sí.

MM – Ha cambiado mucho el estilo del estreno. Hemos pasado a estrenos como en Estados Unidos, con cientos de copias para estar en todas las salas. Lo que no quieren es que un espectador se meta a ver otra película. Si un espectador va al cine tiene que ver la suya. Para eso tienen el pase a las 10:00, 10:15, 10:30, 10:45…. No sea que si la sala está llena se metan a ver otra película que ne sea la suya. Esos estrenos para los las majors son más rentables, porque la recaudación se la reparten de exhibidor y distribuidor y según van pasando las semanas el exhibidor se lleva más porcentaje de la taquilla. Así que si en un estreno la taquilla la haces en dos semanas en vez de en seis, te llevas más porcentaje de esa taquilla. Hemos pasado a estrenar como Estados Unidos, que llevan muchos años haciéndolo así. En España era más limitado, hacían estrenos más pequeños que duraban más en el tiempo; pero ahora hemos pasado a los a los eventos, a las películas evento. Se estrenan muy fuerte, con muchísimas copias, muchísima publicidad y a las dos semanas ¡pufff! hicieron todo lo que tenía que hacer y a por el siguiente estreno evento. Eso nos ha perjudicado mucho porque nos han quitado espacios en los cines y nos han quitado espacios en los medios.

 

Este reparto entre distribuidores y exhibidores, ¿creeis que se podría regular para que no provocara estos abusos?

MM – No es algo regulado, es algo del mercado.

JM – Ni regulable siquiera. Yo creo que ahí hay libertad de cada uno para admitir, o no, las condiciones que te pongan. Ahí cada uno tendrá que defender su su negocio.

MM – Bueno, hay países que lo regulan, como Francia por ejemplo.

JM – Ponen unos topes. El gobierno francés no dice “usted tiene que cobrar esto”, más bien “usted no puede cobrar más de esto. Siempre que no pase de aquí hagan ustedes lo que quieran”. En Francia está regulado; aquí se hicieron hace muchos años pactos entre caballeros de no admitir más de X porcentaje y en cuanto se salía de la reunión había gente que se lo saltaba. Aquí nunca ha podido llegar a acuerdos de ese estilo.

 

¿Y creéis que la regulación Francesa, u otra distinta, podría funcionar aquí?

JM – Sí; pero el que tiene que propiciar que eso suceda es más el dueño del cine, no nosotros. Nosotros encantados. Precisamente nosotros no somos parte de ese problema para los cines, lo son las multinacionales y son los cines los que lo tienen que arreglar, no los distribuidores independientes.

MM – Sí, ellos siempre se quejan de que el porcentaje que pagan en España a las multinacionales es mucho más alto que el pagarnos en otros países. Nosotros siempre decimos que en su mano está el corregir eso, no en la nuestra; pero es verdad que cuando tienes cinco empresas que copan el 75 u 80% de la recaudación prescindir de una de ellas es complicado para muchas salas, sí.

 

El mundo de la exhibición también está cambiando, cada vez hay menos exhibidores independientes. ¿Eso os afecta?

JM – La mayoría de los los clientes con los que trabajamos, prácticamente todos, son independientes. También hay circuitos; pero circuitos locales. No estamos hablando de grandes circuitos, a todos nos vienen a la cabeza dos nombres. También trabajamos con ellos, pero no es nuestra pata fundamental del negocio. Somos más de empresas tipo SADE en otras capitales de España..

MM – Como dice Juan, también trabajamos con las grandes cadenas, algunos más que otros. Y es verdad que esas cadenas al final van a números y a sesión por sesión, a la ocupación; no tanto a la película, lo que has invertido o lo que dice el público. Sólo importa la ocupación que se ha hecho en la sala en el pase de las siete y la que has hecho en el pase de las cinco. Tienen otra medida que no es tan cinematográfica

JM – Lo que manda en la programación es una hoja de Excell, para desgracia de muchos.

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Antes hablábamos de cómo ha cambiado el tipo de estrenos, como acaparan salas y es difícil encontrar un hueco. Sin embargo la producción cinematográfica sigue creciendo. ¿Se estrenan demasiadas películas?

MM – Definitivamente sí, Juan, yo no sé si tú estarás de acuerdo, pero sí que estrenamos mucho,

JM – Que se estrena demasiada película es muy posible. Ahora, yo no sé en qué parte, si en la del distribuidor independiente o en la de las multinacionales, sobran más títulos. Generalmente, las películas que traemos nosotros, los independientes, son películas que antes de nada, en el 99 por ciento de los casos, están vistas y compradas en un mercado. Son películas que tienen premios, tienen actores, tienen directores, tienen muchas cosas. No digo yo que sean todas, el 100%. A todos nos ha sobrado estrenar alguna película a lo largo de nuestra historia. Pero otros traen películas por lotes, para hacer hacer bulto y hacer número, porque luego entran en los catálogos de las televisiones, etcétera, etcétera. Esta pregunta, que es muy buena, habría que hacérsela también a los otros distribuidores, a los que no son independientes precisamente. Pero sí, indudablemente se estrenan demasiadas películas.

MM – No este año, ni el año pasado, por desgracia; pero los años anteriores sí. Creo que había un exceso de títulos que hacían imposible que el público los pudiera localizar entre el menor espacio que tenemos en los medios, el menor espacio que tenemos en las salas y el mayor número de estrenos. Otra parte de la tormenta perfecta

JM – No discuto que haya películas que no se deberían estrenar, en salas por lo menos; pero yo siempre me quejo más de la cantidad de salas que ocupan muchas películas. Igual no habría sitio para todas, insisto en que habrá películas que no deberían de estrenarse; pero tampoco es normal que haya películas que se estrenen en novecientos cines un fin de semana. Eso sí que no es normal. Es lo que hablábamos antes, que las multinacionales exigen que su película esté en siete salas en un complejo de catorce salas. Tiene que estar en siete para cubrir todo el abanico de horarios y que no se quede nadie fuera. Eso hace que haya muchas películas que no se pueden estrenar. En circunstancias normales esa película ocuparía una sala y si no hay entradas vienes mañana; como se ha hecho toda la vida sin que nadie nos hayamos muerto por ver una película dos días más tarde. Esto hace se forme un embudo muy estrecho en esa punta que son las salas. Si no hubiese tanta imposición habría sitio para más películas en cada complejo. Entonces no habría tanto atasco.

 

A veces da la sensación de que se estrenan muchas películas interesantes el mismo fin de semana; pero en otros la cartelera resulta mucho menos atractiva. ¿Trabajáis de manera coordinada en los estrenos o funcionáis de manera independiente?

MM – Vamos muy independientes. Entre otras cosas porque el Tribunal de Defensa de la Competencia no te permite trabajar coordinadamente. No podemos elegir las fechas y acordar las fechas entre nosotros.

JM – Otra cosa es que entre nosotros, yo le llamé a Miguel «oye, ¿cuando estrenas tú esta película» y me diga «pues yo quiero sacarla por aquí porque es que me viene el director y no puedo retrasarlo”. Entonces intentas, por tu propio bien, no molestar, no meternos palos en las ruedas unos a otros; pero hay veces que no se puede porque tu película se ha pasado en un festival, la prensa acaba de hablar de ella y queremos sacarla lo más cerca posible de ese festival. También, indudablemente, porque hay mejores fechas, hay épocas mejores que otras dentro del año, y todos queremos estar en las buenas. Lógicamente.

MM – Si llevas una película a Donostia, al festival, pues lo que te interesa es sacarla después del Festival para aprovechar un poco todo el ruido mediático. Pasa en los Festivales, en los Oscar. Hay fechas que son especialmente golosas.

Rebordinos, Miguel Morales y Pedro Hernández (Foto: Pipe Fernandez)

¿Qué opinión tenéis sobre la ventana de exhibición?

MM – Creemos que sí debe existir una ventana para la protección a las salas de cine; pero también creemos que no debe de ser una ventana cerrada de 16 semanas como la que hay ahora. Algo que realmente no es una imposición legal, por ley no hay por qué respetar ninguna ventana. Es una imposición del mercado. Los exhibidores piden que haya 16 semanas entre que estrenas película y que la película pasa por plataformas o DVD. Nosotros creemos que hay películas para las que sí tienen sentido las 16 semanas y habrá alguna para la que tenga sentido ya no 16, sino 25; pero hay otras muchas que a lo mejor con 8 o 10 semanas tienen más que suficiente. Pero sí que vemos necesaria una protección para las salas de cine en la mayor parte de los casos. Habrá otras películas que se estrenan de manera muy pequeñita, muy testimonial y para las que también tiene sentido estrenar al mismo tiempo en salas de cine y en plataforma.

 

¿Sobre eso tenéis una postura común en Adicine?

JM – No, para nada.

MM – Bueno, yo creo que la postura común, Juan, es el respeto a una ventana en la sala de cine.

JM – Cada uno tiene que valorarlo. Un estreno de una película de cinco copias en versión original, que además estarán en salas de Madrid y Barcelona, ¿por qué va a tener que esperar un tío de Cuenca varios meses a que la película esté en Filmin? Es que no tiene mucho sentido. Entonces tiene que haber ventanucos, ventanas y ventanales. Tiene que haber un poco de todo en función de la película. A todos nos ha pasado que llamas preguntando por una película y te dicen que la película todavía está en cartel, y dices, pues vamos a esperar dos semanas más para sacarla en Filmin, por ejemplo. No pasa nada, porque esto es una cosa que ni está legislada, ni nadie nos obliga. Lo hacemos por por proteger nuestro propio sector. Lo que no queremos, lo que no tiene ningún sentido, es ceñirlo a los 112 días. Habrá películas que tengan que estar más y otras menos, dependiendo de lo que haya pasado. Y como nadie sabe con antelación lo que va a pasar, pues para qué ponerle ventanas al campo, nunca mejor dicho.

 

Ahora que hablamos de plataformas. Antes hablabais de que eran una de las causas por las que habéis perdido público joven. ¿Tenéis algún plan para recuperarlo?

MM – Es uno de los temas candentes en casi todas las reuniones de Adicine. Cómo recuperamos público y cómo creamos nuevo público. No es fácil. Desgraciadamente los últimos años hemos tenido otros temas más urgentes que nos han tenido totalmente dedicados. Pero sí que es uno de los temas que estamos hablando para la reentrada, para cuando acabe esta pandemia o bajen mucho las limitaciones. Cómo volver a conquistar al público, cómo traer a ese público mayor que era nuestro cliente fijo, cómo conseguir que vuelva a las salas de cine y cómo traer al público joven y al público de media edad que se ha acostumbrado a no ir al cine. Esa va a ser una de nuestras labores principales,

JM – Una labor que es difícil, además. Muy difícil. Ir al cine al final es un hábito. Cuando se estrene Avatar todo el mundo va a ir a ver Avatar porque hay que ver Avatar. Pero el hábito de ir al cine a ver lo que se estrena esta semana cuesta hacerlo y se pierde rapidísimo. Basta que una persona deje durante dos meses de ir al cine y ya pierde ese hábito; pero volverlo a fijar otra vez cuesta muchísimo. La verdad es que nunca hemos sabido dar con la tecla para, para hacerlo. Son muchos factores, como el tema de la prensa, tan importante para nosotros; el tema de las salas y el tema de la publicidad. Nosotros no podemos hacer campañas importantes de publicidad, independientemente de la película que sea, porque muchas veces no tenemos las confirmaciones de los cines con la suficiente antelación para poder planificar una buena campaña. Es lo que estamos diciendo todo el rato, otra de las olitas que nos hacen llegar a esta tormenta perfecta en la que en la que estamos todos sumergidos. Es muy difícil poder volver a captar el público que hemos perdido y hacer público nuevo. Es muy complicado. Ahora mismo la única publicidad efectiva que podemos hacer los distribuidores es la que se hace se hace en el propio cine y claro, ahí estás limitado a lo que estás limitado.

 

Habéis hablado mucho de la prensa. Hace poco entrevistamos a Rebordinos y nos dijo que echaba de menos la “crítica de los viernes”, esa que guía al espectador hacia sus películas, más allá de los gustos personales del crítico. ¿Estáis de acuerdo?

MM – Sí. Yo creo que la época de los grandes críticos, como Ángel Fernández Santos y demás, que tenían una gran influencia en el público ha quedado atrás. Si Ángel hablaba de tu película sabías que iba a ser un gran éxito y si hablada muy bien, pues la película estaba un año en salas. Yo creo que han cambiado mucho los tiempos y en esto también. Ahora la influencia de los críticos es menor. Creo que seguimos teniendo muy buenos críticos; pero la influencia es menor.

JM – Ahora igual necesitábamos a El Rubius, que está en boca de todos. Ahora mismo igual El Rubius habla bien de tu película y ya está todo hecho y te puedes ahorrar todo lo demás. El problema es que no sabemos llegar a eso. Y la crítica también ha jugado su parte. Muchas veces la crítica parece que ha jugado a ver quién es el más malote de los críticos y eso no es bueno. Creo que, como decíamos antes, hay muchísimas películas que se estrenan todos los viernes, si alguna no te ha gustado habla de la que sí te ha gustado. Creo que hay que ser positivo en este negocio. Yo pienso así, al menos. Creo que hay que ser más benévolo con las críticas en muchos casos.

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Supongo que para vosotros los Festivales son una parte importantísima de la promoción. ¿Cómo veis el futuro de los festivales?

MM – Pues yo creo que van a existir durante mucho tiempo, igual que el cine en las salas. Yo creo que los festivales, como fuente de promoción, como fuente de descubrimiento y de consolidación de talentos, van a existir y van a seguir teniendo la fuerza que tenían, por lo menos.

JM – Sí, yo creo que los festivales, salvo el 2020 y 21 y hasta que todo esto pase, han seguido tirando para arriba, siempre. Nunca han tenido pérdida de nada. Creo que siguen estando muy bien posicionados y muy bien valorados y con su prestigio intacto.

MM – Ha habido algunos que han tenido momentos mejores y peores, pero en general yo creo que están bien.

JM – Sí, y también dependen de la producción de cada año, que eso varía, o de lo que puedan disponer en cada edición. Que no les haya pisado otro festival la película de Almodóvar o del director de turno. Pero los festivales, yo creo, tienen el futuro garantizado.

 

¿Echáis de menos que desde el ministerio de cultura o las instituciones ayuden a las distribuidoras independientes?

JM – Lo hacen.

MM – Lo hacen. Siempre podrían hacer más, pero yo creo que estamos en un momento en el que quejarse es difícil, duro o no sé si adecuado con la situación tan difícil que está viviendo mucha gente. Pero sí, anteriormente pedíamos, y seguimos pidiendo, que haya una implicación mayor hacia la cultura en general y hacia el cine en particular. Sobre todo hacia el cine independiente en nuestro caso. Creemos que somos una rara avis, una empresa artesanal, porque somos industria, pero somos industria artesanal, que hacemos muchas veces nuestro trabajo muchas veces más por el amor que le tenemos al cine que por la rentabilidad que tienen las películas que traemos. Y claro, pues esto sin apoyo público no sería posible.

 

¿Y tenéis algunas peticiones concretas o algo concreto que creéis que podrían hacer?

MM – Ahora estamos peleando por lograr un mayor espacio de las películas que distribuimos en Televisión Española. El cine es la plataforma principal de lanzamiento para nosotros; pero necesitamos el apoyo de la televisión para sobrevivir. Ahora la compra por parte de las televisiones públicas, principalmente Televisión Española, está muy limitada. Esta es una solicitud que llevamos haciendo al Gobierno desde el inicio de la pandemia, Para nosotros la taquilla general se ha reducido un 73% el año en el 2020. Este año mucho tiene que mejorar para que cambie la cosa, porque en los primeros meses están siendo terribles. Esta semana hubo 75.000 espectadores, el fin de semana en taquilla, cuando hace un año fueron por encima de 800.000 en estas fechas. Sin ingresos necesitamos apoyos para sobrevivir este tiempo, más aún cuando no hemos dejado de estrenar. Hemos seguido estrenando títulos. Como decíamos en la rueda de prensa, el noventa y tres por ciento de los títulos que se estrenaron de junio a diciembre fueron distribuidos por independientes. En lo que llevamos de año no hemos hecho los cálculos, pero no igual es incluso más.

JM – Porque en diciembre asomaron la patita alguna multinacional, pero ahora mismo no.

 

¿Tenéis estrenos programados para los próximos meses? Se espera que regresen las majors y no sé si eso va a ser bueno para vosotros porque habrá más salas o malo porque habrá más competencia.

MM – Pues un poco de todo. Tenemos títulos para estrenar. Títulos que en algunos casos se tenían que haber estrenado a finales del año pasado, pero que en otros países no se estrenaron debido a los cierres y nosotros no podíamos estrenarlos antes que ellos. Otros que van terminándose y que vamos a estrenar en breve. Hay títulos para estrenar este año mientras haya salas abiertas los distribuidores independientes vamos a estar ahí, estrenando. Es verdad que cuando las majors vuelvan con todo su producto por un lado abrirán más salas y por un lado será bueno para nosotros, porque ahora tenemos menos de un 25 por ciento de las salas abiertas; pero, por otro lado, habrá mucha presión de estrenos. Lo que nos están transmitiendo los exhibidores es que tendrán en cuenta nuestro esfuerzo todos estos meses cuando toque programar nuestras películas y la de las majors. Se lo recordaremos y se lo tendremos que recordar muy a menudo, me imagino. Pero bueno. No, no es nada nuevo.

JM – La pelea de siempre, vamos.