Entrevista a José Luis Rebordinos, director del Festival de Cine de San Sebastián

Un año más, charlamos con José Luis Rebordinos, director del Festival de Cine de San Sebastián, para hacer balance de la edición. Un edición que, por supuesto, será recordada por la pandemia y su gestión, por las mascarillas, los geles hidroalcohólicos y demás medidas sanitarias. También por el éxito que ha sido montar una selección de películas tan interesante llena de estimulantes descubrimientos y gozosas confirmaciones. Pero, sobe todo, por demostrar que con prudencia se puede ir al cine de manera segura y que con colaboración, comprensión y voluntad se pueden hacer cosas grandes incluso en tiempos difíciles.

Lo primero, por supuesto, es saber qué balance haces del Festival

Hacemos un buen balance, sobre todo porque ha sido un año en que lo más importante de todo era que el festival se hiciera y que se hiciera con seguridad.

¿Ha sido dura la preparación?

Sufrimos mucho, fue difícil llegar. Lo peor ha sido poder llegar al primer día porque ha habido que hacer unos protocolos muy complejos, porque ha habido que negociar con el Gobierno Vasco, como es lógico, y porque ha sido muy complicado prepararlo todo. Cuando llegó el primer día teníamos mucho miedo. Arrancábamos con Patria y eso nos creaba muchos problemas con los nuevos protocolos. Había muchos invitados, había una atención mediática brutal, había que colocar a los fotógrafos que no iban a poder estar como querrían, etc, etc. Y fue un día en el que todo fue perfecto. A partir de ahí nos empezamos a animar y creo que hemos llegado al final muy cómodos con todos los protocolos. Muy contentos porque se ha podido hacer el festival de una manera segura y los protocolos se han aplicado con bastante tranquilidad.

También estamos contentos con la selección de películas. Creo que el balance, que siempre es divido, pocos años ha sido tan positivo sobre el nivel de las películas. Obviamente hay sus razones, la situación nos ha beneficiado para tener películas con el Label Cannes, aunque también nos ha perjudicado con el cine latinoamiericano y español, pero en conjunto nos ha beneficiado. Creo que desde un punto de vista artístico ha sido interesante y además se ha podido hacer con seguridad. El balance desde nuestro punto de vista no puede ser más positivo.

¿Cómo han sido las relaciones con las instituciones?

Hablamos mucho en abril y mayo con el Ministerio de Cultura, porque en aquel momento era responsabilidad de ellos, y finalmente hemos acabado derivados hacia el Gobierno vasco que son quienes han acabado asumiendo la responsabiliad finalmente. Hemos tenido un diálogo continuo, muy continuo. Al principio con Cultura, que era nuestro intermediario con Sanidad, y posteriormente de manera directa con Sanidad.

Creamos un pequeño equipo antes del festival con Maialen Beloki, una de las subdirectoras al frente, encargado de coordinarlo todo. Una vez empezado el festival un equipo un poquito más amplio donde estaban Maialen Beloki y Amaia Elizondo, directora financiera, como responsables. Todo el control pasaba por ellas. Los primeros días nos informaban a Lucía Olaziregi, la otra subidrectora, y a mi dos veces al día  indicando si había algo o no. Recibíamos dos informes diarios. A partir de mitad del festival solamente recibíamos uno a la noche porque realmente no había incidencias, ni siquiera pequeñas. Evidentemente, cada vez que alguien se sentía mal, en cuanto alguien tosía, pensábamos en el covid, como nos va a pasar a todos ahora con la gripe. Ante la menor duda se hacía prueba PCR  y los cuatro de su burbuja se apartaban y no se podían mezclar con nadie. Y para eso hemos tenido la total colaboración del Gobierno Vasco.

Yo creo que la clave ha sido que los protocolos se han hecho bien. Hemos trabajado con TGA y sus arquitectos, que se están especializando en la gestión del covid. Por ejemplo, teníamos un informe en el que había planos de todos los espacios que usamos, cerca de 80, con las las entradas, las salidas, las evacuaciones, las colas, cómo tenían que ser los aires acondicionados y el porqué de cada cosa explicado. Ha habido muchas más cosas detrás de las que luego se han visto.

Con un buen protocolo, con el Gobierno vasco a favor de obra y echándonos una mano, estando siempre disponible para nosotros y no solo limitándose a aprobarlo, y con los acreditados y el público colaborando de 12 sobre 10, lo normal es que las cosas salgan más o menos bien, que es como han salido. 

Agradeces a público y acreditados su comportamiento.

Si siempre damos las gracias al público, este año tenemos que dar las gracias al público y a los acreditados. Creo que el comportamiento ha sido modélico. Ha habido cosas que han sido más cómodas para el funcionamiento del día a día, pero también somos conscientes de que había cosas que hacíamos con las que hemos incomodado a la gente, pero siempre han reaccionado con comprensión.

Al público le hemos pedido que no se acercara y no se ha acercado. Solo ha habido dos momentos con público. El domingo porque había gente en los alrededores, pero no por el festival, sino porque el domingo la gente sale a la calle y se junta. Y el día de Viggo Mortensen porque, por error una cadena de radio dijo en antena la hora en que iba a venir. Los medios os habíais comprometido a no dar las horas qeu recibíais en las notas de prensa para evitar aglomeraciones, y esta cadena, sin mala intención, comete un error. Cosas que pasan. El caso es que se juntaron un grupo de unas 30 personas y Viggo Mortensen me preguntó si podía firmar, le dije que no, que bajo ningún concepto. Él insistió en que le daba pena y le respondí que lo entendía, pero que no lo podíamos permitir, que nos habíamos comprometido a no hacerlo. Viggo me dijo, “bueno, déjales por lo menos sacar una foto”. Finalmente le pedimos a la gente que se separaran, que se mantuviera la distancia y la gente lo hizo inmediatamente. Estuvieron dos o tres minutos sacándole fotos a Viggo, que estaba arriba, desde un lateral, y al acabar nos aplaudieron nos dieron las gracias y se marcharon. Quiero decir, incluso esa gente que iba con mucha emoción entendió lo que les decíamos de buenas maneras.

El personal siempre ha sido muy amable

Al final hace falta mucho esfuerzo y la colaboración todo el mundo. A todos se nos baja en un momento determinado la máscara. Yo mismo a veces salgo del parking y me he olvidado de ponérmela. A cualquiera le puede pasar algo así. Bueno, si pasa eso y alguien te avisa pues le das las gracias, vuelves y te la pones. No se trata de que volvamos a los policías de balcón. Yo no soy policía y no voy a hacer de policía respecto a nadie. No creo que un ciudadano tenga que hacerlo. Cuando se pide que un ciudadano haga de policía con otro, a mí me hierve la sangre. Ahora, una cosa es hacer de policía y otra que si ves que alguien se le ha bajado la mascarilla, amablemente le digas que por favor se la ponga bien. Entre otras cosas porque en el 99 por ciento de los casos no tienen ninguna intención de no hacerlo, te da las gracias y se la sube. 

¿Has percibido buen ambiente en el Festival a pesar de las circunstancias?

Yo creo que ha habido un buen rollo desde el comienzo increíble. Creo que todo el mundo quería ayudar. Ha salido muy bien porque todo el mundo quería que saliera bien. Había una voluntad de todos de que tenía que salir bien. Por eso, incluso los errores, los momentos en que hemos hecho cosas que no han funcionado y que las hemos hecho mal, se han minimizado porque la gente le quitaba importancia y te ayudaba a arreglarlo para la siguiente vez. Creo que hay un punto bonito de solidaridad, de decir “hay que hacer el festival, lo podemos hacer juntos y hay que apoyarlo”. Nosotros normalmente somos un festival que contamos con mucho aprecio de la gente. Es así, nos sentimos muy queridos. Seguro que hay cosas que no están bien, es imposible que no haya errores con 400 y pico proyecciones y miles y miles de personas. Claro que hay errores. Hay cosas que nosotros sabemos que hemos hecho mal y hay otras que no sabemos y que nos lo podrán decir después. Pero siempre nos trata muy bien la gente. Yo creo la gente lo siente como suyo el Festival. Los acreditados se lo pasan bien, porque en el fondo se lo pasan bien. A mí me gustaría ser un acreditado para ir a las pelis, creo que es una juerga. Un festival como el nuestro es divertidísimo, porque es tan variado, hay tantas cosas que es imposible que no encuentres unas cuantas que te gusten, aunque detestes la otra mitad.

¿Algunos de los cambios de este año han venido para quedarse?

No sé si va a haber medidas exactamente iguales, lo que sí creo es que va a haber variaciones de cosas que hemos empezado a probar este año. Por ejemplo, yo creo que no podemos retroceder en el tema de que los acreditados puedan sacar sus entradas previamente desde internet. Eso creo que tiene que estar, creo que es muy cómodo y que es de sentido común.

Este año ha sido muy complejo. Por ejemplo, meter los asientos preasignados ha sido una locura, una auténtica locura; pero si el año que viene eso se puede hacer más civilizadamente que como ha sido este año, nos permitirá jugar con muchas cosas. Si podemos mantener ese sistema para los acreditados vamos a poder controlar la información mucho más que con el sistema antiguo. Vamos a saber dónde está el cuello de botella, vamos a saber dónde no están funcionando bien los cupos y tomar medidas. Yo creo, sin haberme sentado aún con mi equipo a ver qué problemas pudiera haber, que cosas como que los acreditados puedan reservar las entradas online se van a quedar.

A mi me gustaría que las entradas no fueran preasignadas automáticamente, que fueran numeradas. Eso es mucho más complicado porque puede hacer que se caiga el sistema, que se bloquee, pero como mínimo que sea preasignado para una parte de la sala. Creo que eso ha venido para quedarse, más o menos, e irá evolucionando a que probablemente un día podamos hacer que, aunque no en todo, sí sea parte numerado.

¿Por qué no todo numerado?

Por ejemplo en el Kursaal nos crea un gran problema. Al hacer preasignado, o numerado, si hay 40 invitados que no vienen, son 40 espectadores que pierdes. En otras ediciones, cuando no estaba numerado, en la zona B, la de invitados, patrocinadores, etc, hacíamos un ligero overbooking, con el que jugábamos y llenábamos la sala. Nunca nos pillábamos porque lo usábamos con prudencia. Este año no, este año si no te venían cien pues tienes quinientos en vez de seiscientos espectadores. Eso ha pasado este año, ha habido sesiones de la Sección Oficial que hemos tenido cuatrocientas personas cuando podían haber sido seiscientas. Tenemos que trabajar con eso. Quizá algo similar a una preasignación del 80% del Kursaal y un 20%, la zona B, que permanezca no numerada y que nos permita jugar con eso. Ahora tendremos que ver qué problemas técnicos tiene y analizarlo bien. Lo que si va a pasar es que vamos a estudiar lo que hemos hecho este año y ver que interesa que se quede y qué se puede quedar.

Butacas vacías. El problema de los asientos numerados en un Festival.

Por ejemplo, ¿para qué nos han servido los asientos preasignados? Para las colas, no ha habido prácticamente colas. No se han visto las típicas colas enormes. Por otro lado, ha habido algún día que igual se ha entrado un poquito más tarde. Nosotros somos de muy pocos retrasos y este año ha habido alguno más. Tampoco exageradamente y también hay que tener en cuenta que estábamos desinfectando las salas y en cualquier momento la desinfección puede ir más lenta por mil razones. Las pruebas eran mucho más complejas, había un protocolo y  la gente que venía a probar no podía hacer cualquier cosa, tenía que entrar de una manera, no se podía sentar, había una serie de limitaciones…todo ha sido más complejo, pero yo sí que estoy convencido que hay cosas que han venido para quedarse, probablemente para evolucionar, pero para quedarse. Creo que deberíamos ser capaces.

En los últimos años ha habido dos ediciones en las que una sola película ha copado la mayoría de premios del palmarés, ¿estáis pensando en cambiar las normas para evitar eso? Antes ya había y otros festivales las tienen.

Después de cada edición siempre intentamos ver qué cosas nos han gustado, qué cosas no nos han gustado, en qué se puede mejorar, qué ha sido un éxito y cómo se puede hacer para repetirlo. Este año, como siempre, decimos que el palmarés es el mejor posible, porque si traes un jurado es para que de sus gustos, no los tuyos. Dicho esto, todas las películas que están en el palmarés a mí me parecen grandes películas, de verdad, aunque hay premios con los que puedo sentirme más cercano que con otros.

Es cierto que como Festival hubiéramos preferido que se repartiera un poco más, para que hubiera más películas premiadas; pero al mismo tiempo yo entiendo que cuando a un jurado le ha gustado tanto una película, y una película tan especial, quieren de alguna forma que esa película salga muy fuerte. Yo también lo entiendo y me parece una buena opción. Nosotros vamos a pensar si realmente convendría poner un límite, como se hace en otros festivale. Antes existía en San Sebastián, de hecho lo quitamos porque se puede producir otro fenómeno, como pasó y por eso se cambió, que tengas un jurado que te diga “nos entusiasman dos películas, nos parece que están por encima de todo lo demás. Queremos todos los premios para estas dos” y cuando les dices que no puede ser te responden “pues o son para estas o no son”. Lo cambiamos para evitar eso; pero al mismo tiempo hace que pueda haber poco reparto. Tenemos que verlo.

Siempre hablas de debatir, de hablarlo con el equipo. 

Nosotros debatimos todo el tiempo. Por ejemplo, ahora acabo de ver que ha salido publicado que yo he dicho que vamos a cambiar el premio a mejor intérprete, fusionando las categorías como ha hecho Berlín. Yo no he dicho eso, he dicho que yo estoy de acuerdo con Berlín, pero que lo voy a debatir con mi equipo y tomaremos conjuntamente una decisión.

A veces tomamos decisiones que yo no comparto. Yo soy el director de un equipo de gente, y puedo tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo pero que puedo asumir perfectamente. No tengo la razón absoluta en nada. Con lo del palmarés lo mismo, tenemos que debatirlo y ver qué pros y contras hay. Igual volvemos a decir que la Concha de Oro sólo puede tener un premio más, o solo pueden ser dos, o lo que sea. Igual que ya en su día pusimos que la Concha de Oro o el Premio Especial del Jurado no pueden ser ex aequo.

La gran triunfadora ha sido una película de una directora novel, que venía apadrinada por Cannes. Si tiene una carrera tan prometedora como parece, ¿se recordará más el sello de Cannes o la Concha de Oro?

Yo creo que las dos cosas. Además no quiero hablar de “yo, yo, yo”, también se le recordará por el premio Fipresci en Toronto. Y creo que será recordada porque todos los grandes festivales nos enamoramos de la película y todos la quisimos tener. 

Lo que sí creo que es bonito, lo que a nosotros nos gusta, y no quiero decir que seamos los únicos, porque es algo que realmente cada vez me importa menos, es que tenemos capacidad de encontrar cosas nuevas. Hoy se recuerda Bong Joon-ho por haber venido a San Sebastián. Dentro de unos años, cuando esta directora compita en Cannes, que estoy convencido que lo hará con otras películas porque tiene tanto talento que dudo que no vaya a tener una carrera realmente importante, se le recordará por haber ganado los cuatro premios aquí, el Fipresci de Toronto, la selección de Cannes y por haber sido un bombazo este años en todos los Festivales porque estoy seguro de que todavía le quedan muchos premios. Si el Covid lo permite.

Estás convencido de que va a tener una carrera exitosa

Seguro. De hecho, para esto sirven los festivales, ella ya estaba aquí trabajando sobre su segunda película. He podido ver cómo una compañía importante ya está hablando con ella de su siguiente película. Ahora va a París a seguir hablando de eso e intentar montar la producción.

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Esta edición ha habido muchas series. La presencia de series no es nueva, pero este año ha sido mayor. ¿Ha sido circunstancial o es la tendencia?

No lo sé, dependerá de lo que veamos. En realidad este año ha habido tres series completas.

Luego ha habido varias presentaciones. Por ejemplo en las galas, tanto Movistar como de TVE presentan dos series, son parte de su programación y aprovechan para presentar aquí películas y series; pero eso yo no lo contaría como programación directa del festival. Ahí el festival es un espacio donde damos la oportunidad de que se presenten producciones, igual que Amazon ha presentado su serie sobre ETA. Eso es muy bueno para nosotros, que la industria, las televisiones, quieran presentar sus cosas en San Sebastián. Es señal de que San Sebastián está funcionando como mercado, como lugar de promoción. Hace unos años no pasaba esto y a pesar del Covid este año han seguido interesadas.

¿Si va a ser una tendencia? Yo creo que cada vez más hay grandes directores que hacen series de televisión o trabajan para televisión. Así que probablemente vamos a ver más materiales interesantes en esa línea. A mi, por ejemplo, me parece que Antidisturbios es de lo mejor del cine español de este año. Me parece espléndida y vista en pantalla grande es espectacular. Yo la he visto en pantalla grande y la he visto en casa, y creo que es para verla en sala. Tengo la sensación de que está concebida para sala de cine y luego la puedes ver en tu plataforma. Es cine puro, hay 20 minutos de plano secuencia, nada gratuito, que te resume la película y que es de lo mejorcito que he visto este año de audiovisual español. La de Guadagnino, We Are Who We Are,
para mí es de lo mejor que ha  hecho Guadagnino y vuelvo a lo mismo, yo la he visto en sala y espléndida, pero me cuesta imaginar que funcione igual en la televisión. 

Pero es algo contradictorio, se han pensado para salas pero fuera de Festivales no se van a poder ver en salas.

Bueno, vamos a ver. ¿Sabéis que han puesto un capítulo de La Veneno en cines de Madrid y que ha sido número uno en taquilla en salas? Yo creo que estamos en un momento en que se están buscando nuevos caminos. Quién garantiza que de pronto las grandes series de grandes directores no vayan a tener una salida, aunque sea pequeña, en salas. Eso se va a plantear muy pronto si se siguen produciendo series como las que se están produciendo. La de Guadagnino ya veréis, tiene una fiesta de 40 minutos en un capítulo que, por el tipo de narrativa, no se si en la televisión va a atrapar igual. En una pantalla grande estás pillado pero en la tele, no lo sé. Estamos en un momento de cambios y de búsquedas. ¿Qué va a pasar? No sé, pero yo soy optimista y creo que van a salir cosas interesantes.

Así como por ejemplo Patria, que me gusta mucho, creo que es más televisión y no lo digo como algo negativo porque es una buenísima serie de televisión; creo que la Guadagnino o la de Sorogoyen están en un terreno complejo, precisamente por lo que decís, están concebida para la tele, se va a ver en la tele, pero sin embargo os estoy diciendo que es más para cine que para televisión. Bueno, vamos a ver qué sale de todo eso. Si realmente ciertos creadores van haciendo este tipo de series todo va a cambiar. Tenemos la impresión de que las grandes multinacionales van a volver poquito a las salas. De hecho ya están probando, Mulán es una prueba que yo creo que ha salido regular. Si hubiera salido más fuerte era el comienzo del fin de que un montón de películas de majors salieran por sala. Está clarísimo.

Estamos hablando de cambios y según cómo vayan pasando las cosas van a pasar las siguientes. ¿Cuales? No tengo ni idea. Se intuyen cosas. Hasta ahora parecía que las salas iban a quedar sobre todo para las grandes producciones, eso decía gente que sabe mucho de esto, como Spielberg, pero ahora ya no está tan claro. Igual las grandes producciones son las que hacen que se mantengan millones de socios en tu plataforma. 

Estamos en tiempos de cambio y probablemente muchos directores se están acomodando. Probablemente a más de un director le es más difícil hacer una película con una producción tradicional que conseguir que les haga una serie una plataforma. Entonces lo que hace es llevar a esa plataforma lo que él quiere hacer ya no sólo a nivel temático sino también la narrativa. Ya os digo, para mi la de Sorogoyen son cinco horas de cine. Además ha hecho un montaje especial, que no sé exactamente cuál se va a ver. La primera vez, yo la vi dividida por capítulos de la tele; pero ahora ha condensado algunas cosas en los finales de capítulo y queda una cosa muy fluida en la que no se sabe dónde acaba un capítulo y empezaba el siguiente. Puedes convertirla en una peli con pequeños cambios.

Este año era llamativo ver las vallas de publicidad copadas por las series. ¿Tienen más músculo económico ahora mismo?

Sin lugar a dudas. Fundamentalmente para nosotros es importante por imagen y es importante porque también nos supone un dinero por publicidad. Las distribuidoras independientes que antes copaban la publicidad en vallas, ahora no tienen dinero para gastar en unas vallas que son caras, porque los montajes son complicados. Otros festivales que antes tenían mucha publicidad en vallas ya no tienen nada, cero.

Este año gran parte del apartado económico nos la está salvando las plataformas y Warner, porque Warner ha hecho una apuesta por el Festival de cuidarnos, de apostar y sabiendo que era en un año difícil, ha presentado todo su cine español más potente. Cine con label de autor más comercial. Gente como Dani de la Torre o Daniel Monzón, directores comerciales pero con un punto de autor. Pero realmente no tenéis más que ver las cosas que han hecho de publicidad en vallas y en la revista Amazón, Movistar, HBO… muy fuerte. Porque mueven producciones más grandes y mueven más dinero de publicidad que una distribuidora pequeña que tiene que ir al euro porque como se gasta un poco más de la cuenta pierde.

Durante estos meses han sido estas distribuidoras independientes las que han apostado por los estrenos, las que han arriesgado y han permitido que los cines tuvieran películas que estrenar. Mientras que grandes estudios como Disney se han guardado todo y no han apoyado al sector.

Cara al festival yo no tengo ninguna queja de las plataformas. Todo lo contrario, son gente que está colaborando con nosotros y creo que las plataformas, como todo, como los productores independientes, tienen luces y sombras. Hay gran parte del cine que se está pudiendo hacer gracias a las plataformas, luego podemos discutir otro tipo de cosas de las plataformas. Yo creo que las plataformas son importantes y son necesarias. Otra cosa es que tiene que haber una regulación que trasciende un festival de cine. Hay que ver en qué condiciones las plataformas producen y en qué condiciones se inscriben en un país determinado. Yo creo que ahí está el quid de la cuestión. A partir de ahí bienvenido sea que una plataforma le pague una serie estupenda a Sorogoyen o una película a Scorsese o a Kauffman. El festival intenta apoyar a los independientes de muchas maneras. El 90% de nuestra programación es es de productores y distribuidores independientes y, cuando se puede, al pequeño se le ayuda de otras maneras.

Pero no estamos hablando solo de plataformas. Warner ha lanzado Tenet, arriesgándose, pero Disney no ha querido enviar Mulan, ni ninguna otra película, a salas

Está ahora produciéndose todo y es muy difícil sacar conclusiones. Están haciendo pruebas todos y vamos a ver como evolucionan las majors. Tened en cuenta que una película como Nomadland es Disney, está producida por Fox Searchlights que en estos momentos es Disney.

Hay gente como Santiago Segura que ha dicho que es consciente de que ha alcanzado una posición muy cómoda gracias al cine, gracias a las salas, y que ha peleado mucho por estrenar su película ahora sabiendo que quizá iba a ganar menos, pero se lo podía permitir. Y ha tenido que pelear mucho, porque a priori si estrenaban más adelante podrían recaudar mucho más; pero Segura se ha mantenido firme en que ahora había salas y que quizá más adelante no las hubiera, que ahora era el momento de estrenar y compartir el éxito con las salas.

Está claro que estamos en un momento de cambios, pero para las salas es algo urgente, no se puede seguir esperando a ver qué va a pasar.

Tenéis razón en que es urgente. Yo tampoco sé mucho de cómo hay que llevar esas empresas, pero sí que hablo con mucha gente que sabe. Estos mismos días hemos hablado con gente muy importante que está muy metida y las cifras son de asustar. Lo he dicho en otras entrevistas, si no empiezan a arrancar para la primavera del año que viene, en los próximos años pueden cerrar entre el 40 y el 50% de las salas de Europa. Incluso en países como Francia. Eso es un desastre. Me consta que desde las autoridades europeas son conscientes de este problema, desde antes incluso de la pandemia, y están trabajando en regulaciones y ayudas.

En San Sebastián vivimos en un oasis. Con una empresa privada que está haciendo un trabajo excelente, con una variedad y calidad muy superior a lo que se hace en otras ciudades y con una sala en Tabakalera que programa cinco días de cine a la semana que sería muy difícil de ver de otra manera. Pero si no cuidamos eso cualquier día puede cambiar y nadie nos asegura que sea para siempre.

¿Crees que es el momento de apoyar a las salas desde los festivales? Por ejemplo con medidas como las de Cannes de exigir estrenos en salas de las películas que se proyecten a competición.

No me gusta esa medida. Creo que los Festivales tenemos que apoyar a las salas, sin duda. Creo que tenemos que ayudar a que la industria sea más potente y cree contenidos para las salas. Francia ha sido modélica en algunos aspectos, pero se ha quedado vieja, maneja unas ventanas que son demenciales, no tienen ningún sentido ahora mismo. Además, detrás de la decisión de Cannes no está solo la de defender a las salas, quizá también detrás hay más intereses, como los de Canal+ Francia, legítimos, pero que condicionan estas decisiones.

Creo que las autoridades tienen que tomar cartas en el asunto y repito que me consta que a nivel europeo se están tomando.

En la pandemia las majors están teniendo problemas para estrenar películas grandes, porque el coste es tan elevado que necesitan mucho retorno. ¿Entre los cambios que vienen puede ser que vuelvan a apostar por películas más medianas, con menos riesgo?

Igual sí. No hay duda de que las empresas se adaptan a las circunstancias. Pero tengo la sensación de que son las películas medianas, esas que tienen un buen presupuesto pero tampoco exagerado, las que van a ir directamente a plataformas. Las de autor van a ser cada vez más pequeñas y se podrán ver en salas cada vez más pequeñas, más especiales, que incluso tengan otros negocios que las sustenten y necesiten poca recaudación. Lo que está por ver es qué pasa con las grandes producciones, si van a seguir yendo a salas, porque esas son las que mantienen a los cines.

Pero no siempre ha sido así, no hace tanto las películas medianas eran las que sostenían la taquilla. Las grandes producciones son cada vez más grandes. Antes una película como Rain Man ganaba el Oscar y era la más taquillera del año, y una película como Green Book, similar en tamaño y tipo de público, también ganadora del Oscar y no entra en el Top 10.

Insisto, es un momento de cambios. Por ejemplo, el mercado chino cada vez es más importante en muchísimos sentidos. Ya no solo porque sean un nuevo mercado que se va abriendo al mundo, que hasta ahora no lo eran, sino porque también empiezan a producir a lo occidental. Hemos visto cosas muy curiosas, películas de género que tratan de ser una especie de Indiana Jones, pero en chino… a nivel técnico y de producción de primera línea, pero aún no han acabado de dar con la tecla; pero lo harán. Y como son un mercado muy fuerte están obligando a que se distribuyan sus películas en occidente a cambio de que se puedan exhibir las películas occidentales en China. Todo está cambiando.

Otra cosa que nos preocupa es que cada vez hay menos competencia. Las majors van comprando a las independientes y cada vez tienen más poder.

Sí, eso tampoco me gusta. Es un poco contrasentido. Si estamos en un mercado liberal y de libre mercado tiene que haber competencia. Tiene otros muchos problemas aparejados, pero lo bueno es que se supone que esa competencia obliga a esforzarse y a mejorar, impulsa la calidad. Si a este sistema le quitamos eso, que es la parte buena, es una contradicción que no aporta nada bueno.

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¿Qué podemos hacer desde la crítica para apoyar a las salas? ¿Es quizá el momento de más análisis, más guía y menos valoraciones personales y puntuaciones?

Esto que voy a decir seguramente ofenda a más de uno, pero a mí me gusta desayunar leyendo las críticas de la prensa y he notado que hay algunos críticos que cada vez están más preocupados en hablar de sí mismos que de las películas.

Echo de menos una crítica que sirva más de guía para el posible espectador, lo que se llamaba “la crítica de los viernes”. Por ejemplo, a mí me gusta mucho la labor que hace Ricardo Aldarondo en el Diario Vasco. Hace una labor, más allá de sus valoraciones personales, para que la gente a la que esa película le puede gustar lo sepa, para guiar a cada espectador a su película. Porque hay películas que a mí me pueden no gustar, por lo que sea, pero que sé que a otro tipo de espectadores si les puede gustar. Creo que Ricardo Aldarondo hace una muy buena “crítica de los viernes”, sin que eso quite que, para que cuando escribe para otros medios como Dirigido por, si que haga otro tipo de análisis más personales y profundos, que también son necesarios.

Echo en falta más críticas así y me sobran las que se empeñan en hablar de uno mismo.

¿Y cómo espectadores, qué podemos hacer?

Ir al cine. Ir al cine hoy para poder ir mañana. Hemos hablado mucho con la gente que sabe y parece claro que llevando mascarillas y sin hacer tonterías es un lugar seguro, tan seguro como cualquier otro. Si queremos que haya cines hay que seguir yendo al cine y haciendo campaña para que los demás también vayan.