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No, Manto de gemas no es «otra película sobre el crimen organizado en México». Es decir, sí, lo muestra – denuncia más bien-, pero no es «otra película más». Manto de gemas no sólo muestra mucho más, si no que lo cuenta de una manera diferente, con una sensibilidad diferente y, sobre todo, con un resultado en la comunión espectador(a)-autor(a) muy diferente. Y es que la propuesta creativa de la directora Natalia López Gallardo en su ópera prima es fresca, valiente y libre. Os cuento por qué.

Manto de paja: Mundo enfermo.

La película empieza con un plano fijo de un paisaje de naturaleza medianamente frondosa pero sin vida. El verde es amarillo, la tierra desértica y el ambiente asfixiante. Esta simple introducción con un plano de situación, es el contexto perfecto para describir cuál es el entorno en el que nos sitúa, pero no sólo como localización geográfica, sino de contexto humano. Estamos en un país enfermo, como enfermo está el mundo, en el que el crimen organizado a todos los niveles campa a sus anchas. Y de esa falta de oxígeno se impregna toda la película, no sólo en lo que cuenta, que también, sino en cómo lo cuenta: Toda la fotografía de la película es áspera, los colores apagados, muy decolorados, y usando el fuera de campo hasta en el paisaje. La frontera entre la vida y la muerte es extremadamente difusa.

Manto de seguridad: Sororidad

Con sólo una excepción: Algunos primeros planos, sobre todo de ellas, pero también de algunos de ellos. Con su luz, con su fuerza, se nos permite inhalar oxígeno para poder afrontar, de nuevo, el horror del desierto mal habitado. Y es que en medio de ese páramo, aunque cueste creerlo, hay vida, personas que intentan sobrevivir.

Desde un primer momento el uso del fuera de campo se reconoce como instrumento fundamental de Natalia López Gallardo para mostrar aquello en lo que quiere centrar su atención, que es fundamentalmente en ellas, en las tres mujeres protagonistas. Tres mujeres de tres ámbitos y estratos socioecómicos diferentes, pero que en el fondo bien podrían representar, ellas o sus actos, tres facetas diferentes de una sóla mujer.

Estas mujeres conviven con el horror, pero pueden hacerlo, entre otras cosas, porque han creado una línea invisible de ayuda, colaboración y empatía entre ellas y el resto de mujeres de su entorno. Se encuentran aisladas pero saben de esa red de seguridad entre ellas totalmente sobrevenida. Son miradas, son voces de desconocidas, son gestos inesperados. Son abrazos y lágrimas con desconocidas. Es donde centras tu atención. Es nuestra red de seguridad en el infierno. La forma, sutil y llena de verdad, en la que Natalia López Gallardo muestra la sororidad en Manto de gemas es muy emocionante.

Manto de igualdad: También en el horror

Pero no es una película de buenos y malos – aunque los hay de ambos-, la directora no intenta dogmatizar, más bien lo contrario. Muestra una realidad llena de grises – o un abanico de colores cálidos con poca carga de pigmento mejor dicho- en la que ellas, además de víctimas – de un sistema enfermo, de abusos de diversa índole – se equivocan, toman malas decisiones e, incluso, hacen daño.

Y es que el horror es el verdadero feudo, todo lo invade y lo contamina. Las personas se funden con el entorno en varios planos en los que el paisaje de muestra sobre los cuerpos, a modo de reflejo en un cristal translúcido o de visillo de crochet.

Natalia López Gallardo pone cláramente la forma por delante de la trama – secuestros casi institucionalizados – , eximiéndole a ésta segunda de casi toda la responsabilidad de mostrar lo que quiere contar. Manto de gemas es una película en la que la imagen y el sonido tienen un poder extraordinario, y es que los diálogos, aunque importantes, son complemento de esa cámara que narra, el color, el fuera de campo, el sudor, la canción. Los encuadres en movimiento que te llevan de la mano por el horror, pero dejando siempre un poco de oxígeno al espectador, no sólo para no simplificar la realidad de los personajes, sino también para que cada uno sea consciente de nuestro papel en esta barbarie. Somos espectadores de la película pero también de este sistema enfermo del que todos formamos parte, y cualquiera podemos acabar en llamas.

Manto de gemas

Media Flipesci:
6.4
Título original:
Director:
Natalia López
Actores:
Francisco Berdiales, Reina Carmona, Yaretzi Cazares, Yadira Cleto, Montserrat Colsá, Giancarlo de la Torre, Perla Domínguez