Reseña de Tiger Stripes, de Amanda Nell Eu
Durante el Festival de Cannes no hay que fijarse solo en los grandísimos nombres, también hay que probar con nuevos realizadores y realizadoras. Visitar la Semana de la crítica y tratar de descubrir a quienes mañana formarán parte de esos grandísimos nombres que llenarán la Croisette en mayo en el futuro.
Tiger Stripes es la obra debut de la directora malaya Amanda Nell Eu, la primera película dirigida por una mujer de Malasia en debutar en Cannes. Y lo hace con una película que aborda la adolescencia y el empoderamiento a través del cine fantástico.
Zaffan, interpretada con una gracia indomable por Zafreen Zairizal, es una joven de 12 años cuya pubertad se manifiesta de formas inquietantes y bestiales. A medida que su cuerpo se transforma, ella lucha por encontrar su lugar en una comunidad que la rechaza, lo que la lleva a aceptar su verdadero yo, en una exhibición de belleza, ira y poder.
La película se sumerge en una amalgama de temas, desde la pubertad y el acoso escolar hasta la mitología y la cultura de Malasia. Porque la mitología y las supersticiones siempre han tenido mucho que ver con la presión social hacia las mujeres, como tan bien contaba Elena López Riera en El agua. Nell Eu combina con destreza la realidad de la educación, las redes sociales y la presión social que recae sobre las mujeres jóvenes en la era digital. Las protagonistas, Zaffan y sus amigas Farah (Deena Ezral) y Mariam (Piqa), son retratadas de manera auténtica, alternando entre bailar en TikTok, dormir con ositos de peluche y explorar su creciente curiosidad por el sexo.
El estilo de Nell Eu recuerda a algunas influencias notables, entre las que destaca Julia Ducornau, especialmente en su enfoque del horror corporal para explorar la pubertad y el empoderamiento femenino. También hay destellos de Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives del director tailandés Apichatpong Weerasethakul, y la película La Mosca de Cronenberg. Incluso de Red de Pixar. Son palabras mayores, claro, y esas comparaciones pueden jugar en su contra. Pero teniendo claro que Tiger Stripes está en otra liga se podría decir que es su propia bestia y ofrece una perspectiva propia e intreresante sobre la experiencia femenina.
Otra cosa que distingue a Tiger Stripes de sus referencias son las limitaciones en términos de presupuesto. Decir que los efectos especiales son de bajo costo es quedarse muy corto; pero Nell Eu decide no esconderlo y, más bien, se lo toma con humor. Esa precariedad no puede esconder una dirección llena de buenas ideas, una gran ambición en la escritura y un sobresaliente tratamiento del sonido. También es cierto que la película sufre en su último tramo cierta caída de ritmo causada por un exceso de repeticiones.
Zafreen Zairizal ofrece una actuación destacada, aportando tenacidad y vulnerabilidad a su personaje, y promete ser una actriz a seguir. Tiger Stripes, a pesar de sus defectos, es una película ambiciosa y valiente que ofrece una mirada fresca y auténtica a la pubertad y al empoderamiento femenino. Ojala Amanda Nell Eu tenga la oportunidad y los medios para desarrollar su talento en el futuro.