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Reseña de Soy Nevenka, de Iciar Bollaín

Icíar Bollaín regresa al Zinemaldia con Soy Nevenka, una película que, al igual que Maixabel en 2021, se basa en hechos reales y aborda temas de gran relevancia social. En esta ocasión, la directora se adentra en la valiente historia de Nevenka Fernández, una joven de 24 años que, en el año 2000, desafió al poder establecido al denunciar al entonces alcalde de Ponferrada, Ismael Álvarez, por acoso sexual y laboral.

La historia nos sitúa en el Ayuntamiento de Ponferrada, donde Nevenka, en su rol de concejala de Hacienda, se enfrenta a una persecución implacable por parte de Álvarez, un hombre acostumbrado a salirse con la suya en todos los ámbitos. Ella trata de enfrentarse a eso, pero sus fuerzas comienzan a flaquear.

La película aborda temas que siguen siendo relevantes hoy en día: el abuso de poder, el machismo institucional y la soledad de las víctimas que se atreven a denunciar. Es una historia de hace 24 años, pero no por ello deja de estar vigente. Hechos del pasado que resuenan en el presente y muestran lo que ha avanzado la sociedad en estos años y, sobre todo, lo mucho que le queda por avanzar. Está bien que estas historias se cuenten y no se olviden; sin embargo, en términos cinematográficos la película tiene bastantes carencias. Una premisa potente no garantiza una película potente. ¿Es una historia que remueve? Sin duda. Pero también es cierto que la realización tiene un aire televisivo, algunas situaciones se abordan de manera superficial, hay una absoluta falta de sutileza en muchos momentos, problemas de estructura y unas interpretaciones muy justas.

Dijimos cosas parecidas de Maixabel, pero aquella, por lo menos, tenía diálogos poderosos y un debate moral que la enriquecía. En Soy Nevenka no existe verdadero debate; el guion se limita a mostrar un caso de abuso y está meridianamente claro lo que está mal y lo que está bien. Desde que ocurrieron los terribles hechos hasta ahora, esa percepción de que eso está mal y de quién es el auténtico culpable ha ido calando en la sociedad. Aunque demasiados aún se resisten, la mayoría entiende lo duro que es para las mujeres luchar contra el sistema. Hablo en presente porque, aunque las cosas han cambiado, aún no lo suficiente. Ya que eso no admite mucha discusión, seguramente lo más interesante de una historia así esté en los márgenes, en los matices de un entorno que en Soy Nevenka aparece demasiado difuminado y plano.

Destaca, sin embargo, la actuación de Urko Olazabal, quien ya fue uno de los puntos fuertes de Maixabel. Aquí interpreta al alcalde Ismael Álvarez, y su presencia en pantalla es intimidante y asfixiante. Aunque en ocasiones su personaje pueda parecer una sucesión de tópicos, casi caricaturesco, lo terrible es que esta representación no está lejos de la realidad. Estas personas existen. Como decíamos en Marco, lo que nos parece increíble en estas películas no tiene por qué ser precisamente lo ficcionado.

Así que, si descartamos el escaso aporte cinematográfico de Soy Nevenka, nos queda la historia. Como quedarán para la historia -reflejo de una época y de una mentalidad- las imágenes de archivo que se ven en la película de Ana Rosa Quintana, en las que cuestiona cómo una mujer con estudios puede permitir que la acosen. Ya decíamos que la sociedad está cambiando, pero no todas las personas lo hacen al mismo ritmo.

Soy Nevenka

Media Flipesci:
4.4
Título original:
Director:
Icíar Bollaín
Actores:
Mireia Oriol, Mabel del Pozo, Urko Olazabal, Ricardo Gómez, Carlos Serrano, Pepo Suevos, Miguel Garcés
Fecha de estreno:
27/09/2024