7.5

Reseña de Cuando cae el otoño de François Ozon

La relación de François Ozon con el Zinemaldia es muy estrecha y alargada en el tiempo. Ganador de la Concha de Oro con En la casa (2012) y del Premio Especial del Jurado con Mi refugio (2009), es habitual que presente sus películas en distintas secciones del festival. Este año ha regresado a la Sección Oficial con Cuando cae el otoño, una película que profundiza en las complejidades de las relaciones humanas y el peso del pasado.

La película nos presenta a Michelle (Hélène Vincent), una mujer jubilada que disfruta de un retiro tranquilo en un pequeño pueblo de Borgoña, cerca de su mejor amiga Marie-Claude (Josiane Balasko). Su vida pacífica se ve alterada cuando su hija Valérie (Ludivine Sagnier) la visita en el Día de Todos los Santos y le deja a su nieto Lucas para que pase una semana con ella. Sin embargo, un incidente con unas setas provoca una intoxicación que, aunque parece involuntaria, saca a relucir viejas tensiones entre madre e hija. Valérie decide impedir que Michelle vuelva a ver a su nieto, sumiendo a la abuela en una profunda tristeza.

Michelle es una mujer que intenta vivir con optimismo, disfrutando de su rutina diaria y la compañía de su amiga. A pesar de sus errores pasados, cree en la importancia de hacer las cosas bien. Marie-Claude, por su parte, carga con la culpa de sus propios errores, algo que le afecta incluso físicamente. Las dos amigas, diferentes pero complementarias, se apoyan mutuamente en una relación que refleja alegría y complicidad. Mientras Michelle aporta fortaleza, Marie-Claude ofrece una perspectiva más moral y reflexiva. Hélène Vincent y Josiane Balasko están magníficas en sus papeles, transmitiendo dureza, determinación y una ternura infinita. Además, Ozon retoma una idea presente en Mi crimen, su anterior película: dos mujeres que se ayudan mutuamente. Sin embargo, mientras que en aquella eran dos chicas jóvenes, aquí son dos mujeres mayores que comparten un pasado que pesa sobre ellas y, especialmente, sobre sus hijos.

Vincent es el hijo de Marie-Claude, que está en la cárcel por «tonterías del pasado». Lo interpreta con maestría Pierre Lottin, construyendo un personaje que combina seducción y peligro. Su cercanía y actitud inquietante generan dudas sobre sus verdaderas intenciones, lo que añade una capa de ambigüedad y tensión a la trama. Ludivine Sagnier, que vuelve a colaborar con Ozon tras Swimming Pool y Gotas de agua sobre piedras calientes, aprovecha su presencia física para, a pesar de tener pocos minutos, construir un personaje que queda en la memoria.

Ozon muestra un gran respeto en la forma de filmar a las actrices mayores, presentándolas bellas, naturales y llenas de vida. Su estilo en Cuando cae el otoño es sencillo y delicado, pero está salpicado de tensión y suspense. Deja muchos elementos fuera de cámara y situaciones sin explicar del todo, lo que invita al espectador a construir su propia película, su propia interpretación sobre el comportamiento de los personajes. Se podría decir que salpica el melodrama con gotas de humor y thriller.

Además del contraste entre la juventud y la vejez, Cuando cae el otoño refleja de una manera muy hermosa la relación entre abuelas y nietos. Michelle educa a su nieto, pero a la vez le dice que va a dejarle saltarse las normas «un poquito». Su vida no es la misma que cuando fue madre y la persona a la que educaba era su hija. Ahora sabe más, está más tranquila y sus miedos son otros. Los sacrificios que tiene que hacer son distintos. También sabe que para ella hay más pasado que futuro. Le basta con su rutina diaria, la compañía de su amiga y su proyección de futuro es ver crecer a su nieto. Sentimos su calma, su bienestar, sus rituales, su manera de disfrutar de una cena en soledad, una soledad que, si no decidida, al menos es plenamente asumida. Hasta el momento en que le arrebatan la posibilidad de ver a su nieto. De repente, las cosas le pesan. Ya no puede levantarse por la mañana, duerme todo el día y cae en un estado de depresión. Aunque Michelle es todo cariño, no ha sabido transmitírselo a su hija. Con su optimismo habitual, lo intentará de nuevo con su nieto.

Al final, la película gira en torno al amor incondicional, el legado y la forma de afrontar el pasado. Michelle y Marie-Claude representan dos maneras distintas de lidiar con sus errores: Michelle los acepta y sigue adelante, enfocándose en que lo que importa es la intención, mientras que Marie-Claude se consume por el remordimiento pero continúa adelante con resignación. Los hijos, por su parte, cargan con el peso de ese legado. Valérie culpa a su madre —más tarde a su pareja o al empedrado—, incapaz de apreciar lo que tiene, mientras que Vincent necesita guía y cariño para encontrar su camino y aprovechar todo lo que recibe.

Una película construida a partir de situaciones que, aunque rocambolescas a primera vista, en el fondo son reconocibles: amigas que se ayudan, relaciones materno-filiales enquistadas, celos, añoranza, vergüenza, miedo. Eso es lo que subyace continuamente. Ozon lo presenta de una manera sencilla que, a la vez, es continuamente sorprendente tanto en la trama como en el tono. Lástima que la última de las sorpresas sea un epílogo que no aporta nada necesario a una película que ya tenía un poco de todo.

Cuando cae el otoño

Media Flipesci:
7.5
Título original:
Director:
François Ozon
Actores:
Josiane Balasko, Hélène Vincent, Ludivine Sagnier, Vincent Colombe, Sophie Guillemin, Pierre Lottin, Marie-Laurence Tartas
Fecha de estreno:
13/12/2024