7.5

Reseña de Ástin sem eftir er, de Hlynur Pálmason

Hlynur Pálmason es un director en crecimiento, como se ve con Winter Brothers, A White, White Day y, sobre todo, Godland. Ahora continúa esa trayectoria presentando en Cannes Ástin sem eftir er (The Love That Remains o L’amour qu’il nous reste, según la versión que toque). Una película más pequeña, más contenida, pero tan llena de logros que se quedará mucho tiempo resonando en el recuerdo.

El punto de partida es bastante sencillo: una pareja que se separa, con tres hijos en común, que trata de amoldarse a esa situación. Sin grandes juicios ni explosiones dramáticas, ni desagradables discusiones. Solo un año de observación, ternura y mucha confianza en las imágenes. Vemos a Anna (Saga Garðarsdóttir), madre de tres hijos (los hijos del propio Pálmason) y artista que trabaja con el tiempo y el deterioro. También a su ex, Magnus (Sverrir Gudnason), quien flota torpemente en su nueva vida como quien ha perdido el manual de instrucciones.

En sus propias palabras, Pálmason se inspira en artistas como Sally Mann o Monet, gente que volvía una y otra vez a lo que tenía cerca. “Trabajar con lo que me rodea”, dice. Y eso hace: vemos a su familia, su casa, su perro (Panda) y la costa este de Islandia, donde él reside, fotografiada con una belleza entre brutal y serena. Por cierto, en esta ocasión es él mismo quién se encarga de la fotografía. El resultado es un cine profundamente físico, donde el paisaje no es decorado sino protagonista. Islandia, valiéndonos del tópico, se convierte en un personaje más de la película.

Si Godland era épica, Ástin sem eftir er es íntima. Si allí se hablaba del choque de civilizaciones (daneses colonizadores vs. naturaleza indomable), aquí todo gira en torno a las dinámicas familiares tras una separación. Podría sonar aburrido. No lo es. Porque Pálmason convierte cada pequeña escena en una viñeta cargada de significado. Como si estuviéramos reconstruyendo un año en la vida de una familia a través de las fotos de su álbum de familia. A veces lo que cuentan es divertido (ese galerista sueco repelente da para monólogo), otras es puro vacío emocional (esa deriva de Magnus en el mar), otras surrealista (ese pollo de serie B). También hay mucho simbolismo: una grúa que arranca el tejado de una casa y no hace falta mucho más para entender que el hogar se ha roto y que, a la vez, se abren nuevos horizontes. Hay óxido que mancha lienzos, como el tiempo mancha las relaciones. Hay niños que crecen sin hacer mucho ruido, pero que ya son otros cuando acaba el invierno… Hay muchas pequeñas cosas, pero siempre con una capa de humor y sorpresa. No busca conclusiones, ni siquiera respuestas —en realidad no hay ni siquiera preguntas— . Solo acompaña un proceso y lo observa con delicadeza, ternura y humor. Cine grande que parece pequeño.

The Love That Remains

Media Flipesci:
7.5
Título original:
Director:
Hlynur Pálmason
Actores:
Saga Garðarsdóttir, Sverrir Gudnason, Ída Mekkín Hlynsdóttir, Þorgils Hlynsson, Grímur Hlynsson