Bajo las banderas, el sol es un hipnótico y contundente ensayo documental con el que el paraguayo Juanjo Pereira debuta en el largometraje y se afirma como una voz singular en el cine político latinoamericano. Lejos de la estructura clásica del documental histórico —sin entrevistas, sin voz en off, sin bustos parlantes —, la película se construye a partir de 120 horas de material de archivo sobre los 35 años de la dictadura de Stroessner, el hombre que gobernó con puño de hierro Paraguay entre 1954 y 1989, rescatados por todo el mundo. Se estrenó en la Berlinale 2025, donde obtuvo el premio FIPRESCI de la sección Panorama, posteriormente pasó por BAFICI donde se llevó el premio a la mejor película internacional y ahora se presenta en la sección Zabaltegi-Tabakalera de esta edición del Zinemaldi. La película representará a Paraguay en la siguiente edición de los Oscar.
No es habitual encontrarnos con películas que traten sobre la dictadura de Stroessner. Ni sobre Paraguay. En el cine reciente es habitual encontrarnos con documentales o ficciones que tratan sobre otras dictaduras latinoamericanas como las de Chile, Argentina, Brasil o Uruguay. Pero Paraguay es casi una desconocida. Quizá por eso Bajo las banderas, el sol arranca con unos mapas y unos comentarios que ayudan a ubicar al país y su dimensión para los espectadores despistados.

El gran protagonista del film es el material recuperado: más de 120 horas procedentes no solo de Paraguay, sino también de Alemania, Japón, Taiwán, Brasil, Francia, Argentina, entre otros. Material que es editado, montado y a veces ligeramente manipulado para relatar los 35 años de dictadura: el ascenso al poder en unas elecciones democráticas, su relación con otros mandatorios mundiales, sus visitas a países de medio mundo, la construcción de la represa de Itaipu – en su momento la más grande del mundo -, su relación con el criminal nazi Josef Mengele, la represión interna y finalmente su derrocamiento a cargo de su número 2 y consuegro.
Sin necesidad de una voz en off y recurriendo únicamente a las narraciones originales a veces ligeramente manipuladas Pereira combina con habilidad imágenes de propaganda oficial, actos militares, discursos públicos y noticiarios internacionales —todo sometido a un trabajo de montaje riguroso — que exhibe cómo el régimen se representaba a sí mismo y cómo modelaba un culto a la personalidad y una realidad paralela a través del espectáculo del poder.
A través de su tratamiento multilingüe (se escuchan guaraní, español, alemán, portugués, inglés, francés), su diseño sonoro envolvente y una puesta en escena precisa, Pereira revela el poder simbólico de los rituales, los himnos, las banderas y la imagen misma del dictador. Y se deja para el final un remate terrible y desolador.
Bajo las banderas, el sol es una obra lúcida y oportuna que, sin caer en el panfleto, denuncia la persistencia de las sombras del autoritarismo en América Latina: el Partido Colorado al que pertenecía Stroessner, ya corrupto antes de la llegada de éste al poder, sigue gobernando el país aún en 2025.