Crónica de Stems en Kutxa Kultur Kluba

Al acabar el concierto alguien me dijo «han ido de menos a más», yo le corregí: «No, Han ido de más a mucho más». Porque Dom Mariani y sus chicos –Julian Matthews, Dave Shaw y Davey Lane– demostraron estar en plena forma y sonaron compactos, limpios, enérgicos, poderosos a las guitarras, brillantes en las armonías, clavando las melodías y derrochando toneladas de actitud y clase sobre el escenario.

Dom Mariani lleva desde mediados de los 80 labrando su leyenda como referente de un sonido a caballo entre el garage más melódico y el powerpop más rockero. Bien con los Stems, bien con cualquiera de las otras formaciones que ha liderado (DM3The Stoneage Hearts, The Majestic Kelp, Datura4), bien con la multitud de bandas ajenas a las que ha producido, Dom Mariani ha demostrado su talento para combinar con elegancia la fuerza de las guitarras con el cuidado por las melodías. Eso, exactamente eso, fue lo que los Stems ofrecieron sobre el escenario del Kutxa Kultur Kluba en Tabakalera.

Desde que comenzó el concierto con She Sees Everything y Just Ain’t Enough pudimos observar uno de los grandes aciertos de esta gira: el fichaje de David Lane (You & I) como guitarrista. No sólo por su brillantez con las guitarras (alternó una de 12 y otra de 6 cuerdas) y su solvencia como cantante (en You Can´t Turn The Clock Back y The Otherside), también y sobre todo por su actitud y presencia en el escenario. El estilo no se compra y él lo tiene innato. Lo mejor es que divierte en el escenario y Dom Mariani se divierte con él. Eso se nota y se transmite.

Por eso cuando al final del concierto encadenaron esa sucesión de hits incontestables que son The Otherside, Sad Girl, Go To Know y Make You Mine (que mezclaron como quien no quiere la cosa con Baby Please Don´t Go de los Them) a Dom Mariani no le cabía la sonrisa en el rostro y a quien esto escribe tampoco. ¿Había un logar mejor en el que estar en ese momento en San Sebastián? No lo creo.

Tras ese final apoteósico regresaron para interpretar esa canción perfecta que es At first sight y homenajear a los Easybeats y los Beatles versionando Sorry y Day Tripper. Un broche perfecto para una noche maravillosa de rock & roll.