Lucky se desarrolla en un pueblo en medio del desierto de Arizona. Os podéis hacer a la idea del paisaje: inmensas llanuras surcadas por grietas sobre las que crecen unos hostiles cactus gigantes que desafían al polvo y al sol. Ahora imaginad a una pequeña tortuga arrastrándose por el suelo y tendréis el comienzo de esta maravillosa película protagonizada por el personaje que le da nombre, un anciano jubilado y ateo, veterano de la Segunda Guerra Mundial, plegado a su rutina y sus hábitos. Un delicioso personaje interpretado con maestría por Harry Dean Stanton poco antes de morir.
El papel de Lucky le encaja tan bien a Harry Dean Stanton que casi se podría pensar que el personaje está basado en si mismo. Un nonagenario solitario, de aspecto frágil, algo gruñón y arisco pero al que se le aprecia un buen corazón debajo de su coraza. Es bastante autónomo y vive pegado a sus rutinas y su forma de ver la vida. Hasta que una tonta caída le obliga a plantearse que igual no es tan independiente como suponía. Tampoco sabe gestionar el cariño y la preocupación con la que sus vecinos le tratan desde ese momento. Se siente entre abrumado y avergonzado, obligado a pensar en que se siente al atisbar el final.
John Carroll Lynch, un actor secundario al que hemos visto en películas como Zodiac y Fargo, una de esas caras bastante comunes que nunca sabemos identificar del todo cuando aparecen en una película, debuta en la dirección con una película que guarda bastantes paralelismos con Paterson de Jim Jarmusch. Las dos películas están ambientadas en la américa menos cosmopolita y protagonizadas por dos personajes que no parecen tener nada de especial. La repetición de la rutina diaria, y sus variaciones, son el eje de la estructura argumental e, incluso, en las dos hay un camarero interpretado por el mismo actor: Barry Shabaka Henley. Sin embargo las dos son muy distintas en su fondo. Aquella era una celebración de la vida, un homenaje que el protagonista hacía convirtiendo la rutina en poesía. En Lucky el homenaje a la vida viene dado por la reflexión de su protagonista de que más pronto que tarde va a llegar su hora y de que el abanico de sus elecciones es cada vez más estrecho. Todo se cerrará con una maravillosa metáfora con la tortuga que sale al comienzo de la película en uno de los momentos cinematográficos del año.
El guion de Logan Sparks y Drago Sumonja consigue tratar estos temas con ligereza, ternura y humor. Sobre todo con muchísima humanidad. John Carroll Lynch rueda con un estilo que evoca la propia fragilidad de su protagonista, que siempre parece a punto de quebrarse pero llega despacio a donde quiere ir y nos arranca una sonrisa por el camino. Una de sus decisiones más acertadas es dejar espacio y tiempo para que su elenco actoral se luzca. Y vaya si lo hacen Ed Begley Jr., Beth Grant, James Darren, Barry Shabaka Henley, Yvonne Huff, David Lynch, Tom Skerritt… todo el reparto tiene momentos gloriosos y cada uno de ellos protagoniza alguna conversación que se puede entender como fundamental para el significado de la película. Claro que por encima de todos ellos, con un aura y un magnetismo especial está Harry Dean Stanton. Él, con su réplica, es quien eleva el tono de todos sus compañeros. A veces sin más necesidad de una pequeña mueca o un pequeño quiebro de su aguda voz (por favor, en versión original). Parece increíble que un actor capaz de algo así haya tenido una carrera tan larga y tan poco dada a papeles protagonistas. Desde Paris, Texas cuesta encontrar otro y, la verdad, es que ambos papeles tienen mucho que ver.
Así, entre charlas de bar y cafetería, que pueden parecer intrascendentes pero que hablan sobre la vida, la muerte y la amistad, Lucky se va convirtiendo en una película que sobre todo trata sobre las personas, sobre sus miedos y sus sentimientos de una manera sencilla y, a la vez, universal (quizá precisamente por su sencillez). Como una buena canción de country que, más allá de sus ropajes vaqueros, en el fondo lo que habla es sentimientos. ¿Y qué mejor manera que despedir a Herry Dean Stanton que con una canción country?