Iñaki Ortiz GascónHa dirigido dos largometrajes financiados por crowdfunding. Escribió un libro de título bastante explícito, Cómo hacer un crowdfunding de cine.: ¿Quieres hacer tu primera película? Te diré cómo. Cuando se le mete una idea entre ceja y ceja, lo normal es que de una manera u otra termine saliendo adelante, y ahora su sueño es rodar un largo ambientado en una isla minera abandonada en pleno círculo polar. Aunque primero, quiere hacer un corto como muestra, para el que, una vez más, ha lanzado un crowdfunding. Hablamos con Luis Endera:
Cuéntanos, sin desvelar mucho, la premisa de tu nuevo proyecto.
En el cortometraje Pyramiden veremos a Rubén, un emprendedor frustrado que viaja hasta un asentamiento ruso cercano al polo norte y abandonado, con la idea de recabar información de primera mano para convertirlo en un destino de turismo exótico. Una vez allí, solo, y en un entorno hostil que le sobrepasa, empezará a experimentar todo tipo de situaciones extrañas que rozan lo paranormal.
Tus dos anteriores películas se han financiado con crowdfunding, pero en principio no es el caso de Pyramiden. Buscarás financiación «tradicional»? ¿Por qué esta vez no recurres al crowdfunding?
Financiarse por crowdfunding es fantástico, te da una libertad casi total en donde sólo tus mecenas serán los que te juzguen de primera mano una vez terminada la película. Pero también te limita mucho. Con el dinero justo para pocos días de rodaje no siempre puedes hacer todo lo que hubieras deseado. Es genial como experiencia y para llegar a tus límites creativos, para aprender, pero siempre te quedas con la sensación de que podías haber rodado más escenas y con más tranquilidad.
Pyramiden es una película con un guión original que merece la pena que se ruede con la tranquilidad de contar con una mayor financiación. Aunque la misma naturaleza del entorno de Pyramiden no nos permitirá llevar a un gran equipo, y el rodaje no dejaría de ser de “guerrilla”, este proyecto merece ser rodado con la tranquilidad que te ofrece un mayor presupuesto. Es un sitio al que no puedes volver fácilmente, y una vez allí, contar con los días necesarios de rodaje e irse con la seguridad de que has hecho todo lo que querías, hará que la película refleje fielmente lo que queremos contar y que se muestra en el guión.
Vista aérea del asentamiento
Lo que toca ahora es el corto. Ahora se hace mucho lo de hacer el corto primero. ¿A quién va dirigido? Productoras nacionales, internacionales… ¿Será también un corto para el espectador? Quiero decir, tendrá su personalidad propia o es más un producto dependiente del largo que debe venir después.
Claro, siempre que hago un corto lo hago para el espectador, quiero entretener y sorprender, y que se lleven algún susto que otro. Además, ahora la intención primera es llamar la atención de productoras, televisiones, plataformas, etc… Pero esto no cambia nada, el corto tiene que funcionar y tendrá vida propia. Decimos que es una precuela de la película, pero quizás no sea eso exactamente. Cuando lo veáis entenderéis a qué me refiero, no quiero desvelar nada más.
Donde sí vas a usar el crowdfunding es en el corto. Creo que es la segunda vez que lo intentas. Tú eres un experto en el tema -has escrito un libro. ¿Qué oportunidad ves en este segundo intento que no tenías en el primero?
En la campaña que hicimos el año pasado cometí varios errores de los que advierto en mi propio libro, tengo que volver a leérmelo. El año pasado la empezamos en julio, con mucha gente de vacaciones, y quizás pedíamos demasiado dinero para un corto. Este año hemos ajustado mucho los días y el equipo, tanto técnico como humano, para tener un objetivo más realista.
¿Qué te atrae de esa isla? ¿Cómo llegaste a ella?
Pienso mucho en esto. Me atraen los entornos extremos. En mi primera película (Desde el Infierno) era el mismo caserón: una construcción centenaria con una buhardilla que aún guardaba, por ejemplo, carritos de niño del siglo pasado. En Desiertos era más obvio, un entorno hostil por su propia naturaleza, peligroso aunque no haya nadie alrededor. Con Pyramiden siento lo mismo, quizás una mezcla de ambas cosas: un asentamiento ruso abandonado, con todo intacto desde que se marcharon, cercano al polo norte, con su cine, su colegio, su hospital… El simple hecho de estar allí ya impone, no puedes llamar a la policía ni hay médicos. Eso lo “vendo” en el vídeo promocional, pero es que es verdad. Cada vez que lo pienso se me ponen los pelos de punta. Una vez allí dependes de unos guardas rusos que van armados, y ya está, no hay nada más.
Conocí el lugar en un programa de televisión, y el mismo presentador se acojonaba al entrar, por ejemplo, al hospital, ¡y es un afamado presentador de programas extremos!
¿Que pasaría si uno de esos guardas rusos pierde el control? Eso es Pyramiden.
Queremos que se vuelva muy loco
De momento, sigues trabajando con el terror. ¿Te planteas tocar otros géneros?
Claro. El terror me permite mostrar los extremos de la naturaleza humana. Es un género que entretiene y en donde puedes poner al límite a tus personajes, pero también me gustan otros géneros.
Hace pocos meses terminé el guión de La alegría muda de Mario, que está basado en el libro del mismo nombre. Un drama de superación en el que una madre lucha con todas sus fuerzas para darle a su hijo con autismo el mejor futuro posible. Ha sido algo duro de escribir ya que yo mismo tengo un sobrino que tiene autismo, pero ha sido todo un orgullo que hayan confiado en mí para este proyecto. Actualmente se está buscando financiación y varios de los actores y actrices más importantes ya han mostrado su interés en participar en la película.
Pero aún hay más, ¡jajaja! Estoy trabajando en una comedia, con un tema tan original que no puedo decir ni una palabra. He enviado lo que llevo del guión a varios actores de comedia importantes y les ENCANTA, ¡dicen que se han reído mucho! Así que creo que pronto estará el proyecto en marcha. En este caso es al revés que con el drama, me río mucho al escribir. Me estoy dejando llevar y es divertidísimo. Me encanta la comedia, el humor en general, y estoy escribiendo la película que me gustaría ver, de esas en las que no puedes parar de reír. Espero que pronto pueda dar más noticias al respecto.
¿Cuáles son tus referentes para esta historia?
No tengo un referente claro para Pyramiden, pero he estado pensando en qué me ha podido influir a la hora de escribir una historia así. Pienso en Hitchcock, y en parajes como el de Con la muerte en los talones con Cary Grant y la avioneta. En escenas de otras de sus películas en las que el protagonista anda solo por un museo, una casa, etc… Por otro lado me gusta mucho el toque sobrenatural del terror japonés. Supongo que mezclando un poco de ambos mundos te sale Pyramiden, pero en un ambiente muuucho más frío.
La sala de cine de la isla.
Te planteas las nuevas plataformas tipo Netflix como forma de financiación. ¿Estarías dispuesto incluso aunque eso supusiera que no se pueda ver en salas?
Amigo, yo estoy dispuesto a todo. Entiendo la discusión y el conflicto entre las distintas formas de distribuir una película, pero al final lo que queremos es que la vea la mayor cantidad de gente posible. Yo mismo ya no voy mucho al cine, me da cierta pereza, aunque hay a ciertos directores a los que no me pierdo en cine en sus estrenos. No es comparable, pero hoy día todos tenemos unas pantallas en casa que te permiten ver una película en unas condiciones similares a las de una sala. Así que en conclusión sí, me encantaría que me financiara Netflix o una plataforma similiar aunque eso conllevara que no se exhibiera en salas.
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Tenemos nuevo ministro de cultura. ¿Qué crees que es lo más urgente que debería hacer en cuanto a mejorar la situación del cine?
(La actualidad política va tan rápido que esta pregunta y su respuesta que se refería al ministro Huerta han quedado desfasadas en parte por su dimisión. La respuesta es previa a la polémica).
Bajar el IVA. La gente no es consciente del daño que hace. Ya es complicado amortizar una película que no sea un blockbuster, y ese 10 o 15% que “pierde” la productora es criminal. También creo que al bajar los precios la gente iría más a las salas. En España se ha maltratado el cine a conciencia, y es absurdo, y malo para todos. Siempre digo que una vez que una película está terminada tienes “aire”, un producto que puedes llevar a otros países metido en un disco duro. No es como un coche o un aparato que tienes que transportar. Y bueno… ahora con las plataformas en Internet para qué contarte.
Si el cine, como industria, se cuidara la mitad de lo que se cuidan otras (energía, automovilismo, etc..) entraría mucho más dinero gracias a la exportación. Espero que este nuevo gobierno lo vea así. Y sí, yo también estoy muy esperanzado con el nuevo ministro. Huerta es escritor y un gran cinéfilo, le deseo lo mejor, tiene una gran y complicada labor que realizar por delante.