A finales de 1999 Texas actuó en la Plaza de toros de Ilunbe compartiendo cartel con Pretenders y La Oreja de Van Gogh. Imagino que muchos de los asistentes de entonces formaron parte de las alrededor de 1800 personas que abarrotaron ayer el Kursaal. En estos 19 años han cambiado muchísimas cosas. En la música, en el mundo y en nuestros propios cuerpos (¡ay, mi pelo!), pero hay algo que sigue exactamente igual: la voz de Sharleen Spiteri. O quizá no, quizá incluso haya ganado con el tiempo, ese intangible que dan los kilómetros recorridos y los años vividos.
Mientras la gente aún estaba entrando y acomodándose en las (incómodas) butacas del Kursaal el DJ Kvasir comenzó a caldear el ambiente. Con un juego de luces y una estética que recordaba a Daft Punk ofreció una pequeña sesión con sonidos muy alejados del pop-rock con querencia soul que habíamos ido a escuchar. Que no es que estuviera mal, todo lo contrario, pero había ganas de Texas. Incluso cuando después sonaron por los altavoces A day in the life (Beatles), Psycho Killler (Talking Heads) y Rock the Casbah (Clash) se empezaba a mascar el nerviosismo. Entonces sonaron los acordes de The Conversation, el tema que daba nombre al notable disco con el que regresaron tras 8 años de silencio en 2013, y Sharleen Spiteri apareció sobre el escenario acompañada de la banda: Johnny McElhone (el otro miembro original que queda, al bajo), Ally McErlaine (guitarra), Eddie Campbell (teclado), Mykie Wilson (batería). Enseguida pidió al público que se pusiese en pie y el público obedeció. Apenas hubo ocasión para sentarse ya durante el resto del concierto.
Sharleen mantiene las formas (y la forma) de cuando Texas llenaba grandes recintos. Es una magnífica front-woman que sabe encadilar al público, hacerlos participar (sin caer en la trampa de convertir el concierto en un karaoke) y mantener el ritmo durante toda la noche. Con el juego de luces muy trabajado el concierto igual fue en un recinto medio, pero tuvo alma de rock de estadio. Con casi todo lo bueno y poco de lo malo que eso conlleva.
Lo mejor de Texas en directo es que se les nota mucho más el espíritu soul que llevan dentro. Han podido vestirlo de rock, de pop, de trip-hop incluso, pero Sharleen tiene alma negra y no puede ocultarlo sobre el escenario. No sólo porque temas como Let’s work it out suenen a puro Marvin Gaye (e igual de sexys), sino porque en un ejercicio de honestidad y poner las influencias sobre la mesa, Sherleen interpreto sentada al piano Tired of Being Alone de Al Green, con un final de canción realmente espectacular que provocó no pocos aplausos.
El setlist recorrió sobre todo las canciones de los 90, aunque hubo espacio para canciones del útlimo disco, Jump On Board, que no desentonaron en absoluto. La citada Let’swork it out, Tell That girl con su poderoso bombo y su vocación de himno y la más íntima y juguetona Midnight. Pero lo cierto es que los momentos de mayor éxtasis fueron los grandes éxitos. Summer Son con un despliegue de actitud sobre el escenario al poco de arrancar para subir los ánimos; Halo demostrando que su voz era el mejor instrumento sobre el escenario; la bailable When We Are Together en la que involucró al público para los coros o la maravillosa Black Eyed Boy en la que se permitió cantar el final a capella.
Entre canción y canción Sharleen se mostró charlatana, divertida, cercana. Bajó al patio de butacas, saludo a una espectadora que había venido desde Glasgow a ver el concierto, hizo subir a un espectador al público para sacar una foto, posó para las cámaras de las primeras filas. Dio la sensación de estar disfrutando de la noche y, desde luego, hizo disfrutar a los fans. Todos los trucos de un concierto, pero sin que resultasen cargantes o cortasen el ritmo de lo realmente importante: las canciones.
Y ya con todos los presentes conquistados se lucieron con la traca final. Una versión de In Demand en acústico en la que Sharleen mostró un registró más duro y rasgado que de costumbre y en la que pidió la luz de las linternas de nuestros móviles (¿os acordáis de cuando se sacaban los mecheros en los conciertos? Pues eso). Luego I don’t want a lover, con la que todo el mundo se encendió en cuanto sonó el característico sonido slide de la guitarra. Una versión de Inner Smile que fue uno de los grandes momentos de la noch, con Sharleen moviéndose a lo Elvis y demostrando lo cerca que están el R&R del Gospel y el Soul. Para finalizar, y tras aleccionar al público de que había que hacer si queríamos un bis tras esa canción, la exquisita Say What You Want.
Como el público habíamos entendido bien qué hacer para que hubiera una más (chillar, aplaudir, silbar, pedirlo muy fuerte), lo hicimos y ellos cumplieron su parte. Para despedirse recurrieron a Suspicious Mind, la canción de Mark James que popularizó Elvis Presley. Una gran elección final para una gran noche de rock & roll.
- The Conversation
- Summer Son
- Halo
- Everyday Now
- Thrill Has Gone
- Let’s Work It Out
- When We Are Together
- Once In Our Lifetime
- Tell That Girl
- Tired Of Being Alona (versión de Al Green)
- Midnight
- Black Eyed Boy
- In Demand
- I Don’t Want A Lover
- Inner Smile
- Say What You Want
Bis
- Suspicious Mind (versión de Mark Jones)