Ricardo FernándezReseña de ‘Spiderman: Un nuevo universo’
Cuando pensamos en el Spider-Man cinematográfico no sabemos si hablamos del que representó Tobey Maguire, el de Andrew Garfield o el de Tom Holland. Tras el declive del primero y el fiasco del segundo la saga parece haber encontrado el rumbo con el tercero; y sin embargo Marvel ha sacado una nueva versión del trepamuros. Aunque en realidad este no es un nuevo renacimiento (reboot que dicen los americanos) sino una saga nueva que, a su vez, contiene a todas las anteriores en su interior. Si, hasta ocho Spider-man distintos hay en esta película. Igual parece complejo así contado, pero no lo es en absoluto. Es una película fácil de seguir, pero por si acaso en este otro artículo explico quién es cada Spiderman de esta nueva película.
Los diferentes Spider-Man del Spiderverso
02/01/2019 - Ricardo FernándezExplicamos el concepto de "multiverso" que rodea a la película de Spiderman: Un nuevo universo. Leer más
El resultado de esta mezcla de Spidermans es una de las mejores películas de superhéroes de los últimos años. El hombre araña ha pasado de ser un personaje que desde Spider-Man 2 no acababa de encontrar su sitio a protagonizar dos fantásticas películas seguidas. En los dos casos a base de volver a su espíritu original y juvenil, de recuperar a un héroe inexperto, algo torpe y demasiado charlatán con la dosis de drama justa que no tapa el carácter desenfadado del héroe.
Spider-Man: un nuevo universo está protagonizada por Miles Morales, un adolescente mitad negro y mitad latino, que se siente incomprendido por su autoritario padre, que trabaja como policía, que le obliga a ir a un colegio que él considera muy pijo. Busca consuelo en su tío Aaron con el que se escapa a pintar un graffiti, momento en el que es mordido por una araña radioactiva (y todos sabemos lo que eso quiere decir). Un argumento, como se puede ver, con problemas muy adolescentes. Entonces llega la parte superheroica, con el villano y su plan que pone en peligro al mundo entero con su dosis de drama y la llegada de todos los Spider-man. Uno de los puntos fuertes de la película es ver como a Miles Morales este drama le viene demasiado grande. Él sólo es un adolescente que quiere caer bien a sus compañeros de clase, al que los poderes le crean problemas sociales que quiebran su débil autoestima previa y que no sabe cómo hablar con sus padres. Un adolescente con problemas de adolescentes acrecentados por unos poderes y una responsabilidad que él no ha pedido. Esto ha sido, históricamente, la mayor virtud de Spider-man. No la gran tragedia (a lo Nolan), no el humor exagerado (a lo Deadpool), sino esa sensación de cercanía y simpatía que tiene el personaje bajo la máscara. Alguien que aunque le vengan mal dadas va a seguir manteniendo el buen humor y actuando lo mejor posible dentro de su torpeza.
El guión de Phil Lord y Rodney Rothman (que también estaban detrás de dos películas tan reivindicables como Atrapados en la universidad y La Lego Película) sabe desarrollar la parte dramática, salpicarla de ligereza gracias a las aportaciones de personajes secundarios y mantener un frenético ritmo de película de aventuras que no desfallece en ningún momento. Todo eso envuelto en una animación extraordinaria que se apropia de elementos de los cómics, desde algunos estilos de dibujo a la rotulación pasando por tramas y puntos béndei. En los dibujos, en el montaje, en el ritmo, Spider-Man: Un nuevo universo es la película que mejor ha sabido traducir el lenguaje del comic al cinematográfico en mucho tiempo. Además, es una película muy autoconsciente, pero que no cae en el regodeo de los chistes autorreferenciales o el exceso de guiños (que los hay) para grandes aficionados, sino que utiliza un humor muy universal que trasciende el género superheróico.
Cuando parecía que todo estaba inventado en las películas de superhéroes Spider-Man: Un nuevo universo ha venido para sorprendernos y colocarse como una de las mejores películas del año. Una propuesta que reinventa el personaje y a la vez juega con la nostalgia (aunque sea a costa de reírse de ella en muchas ocasiones). Una adaptación al presente de la imagen, carácter, lenguaje y hasta la música de los protagonistas que demuestra que todavía hay muchas historias para contar en el género de superhéroes.
