Ricardo FernándezZinemaldia 2022: La consagración de la primavera de Fernando Franco
Fernando Franco ha rodado tres largos y los tres han estado en Sección Oficial de San Sebastián. La herida (2013), Morir (fuera de concurso en 2017) y este año La consagración de la primavera. Viendo los títulos de sus dos primeros trabajos ya se intuye que la filmografía de Fernando Franco no es precisamente una comedia. Lo suyo son retratos de personas con problemas para relacionarse, para gestionar los problemas, para ser felices y en La consagración de la primavera sigue por esos derroteros. En este caso se centra en Laura (Valeria Sorolla), una chica de 18 años que acaba de mudarse a Madrid desde Manacor para estudiar la carrera, tiene problemas para relacionarse, problemas de dinero y, por casualidad conoce a David (Telmo Irureta), un joven con parálisis cerebral y a su madre Isabel (Emma Suárez). Es entonces cuando conoce la figura de la asistencia sexual a personas discapacitadas. Es decir, personas que ayudan a satidacer los deseos sexuales a otras personas que ni siquiera pueden valerse por si mismas para hacerlo.
Lo de que Laura conoce a David e Isabel “por casualidad” no es exacto. En realidad es una situación ridiculamente forzada desde el guion, una ocurrencia que no tiene sentido ni encaja con la personalidad de la protagonista. También es cierto que nada es demasiado natural en la película, ni los diálogos, ni la forma de interpretarlos, ni las situaciones en las que se producen. Valeria Sorolla, sobre la que recae el peso de la película, aporta muy poco a su personaje y sus cruces con Emma Suárez solo evidencian la diferencia de registros. El estilo de Fernando Franco, de planos muy cerrados y poca distancia focal, que pone la atención en las expresiones de la protagonista, requería de una actriz más solvente.
Es una pena, porque el tema es interesante y en cine se ha solido tratar de una manera más bien cómica como en Nacional 7 (2000) o Las sesiones (2012), lo cual no es necesariamente malo (de hecho Nacional 7 es una película muy recomendable); pero se agradece un acercamiento en otro tono a un tema complejo y que suele pasar desapercibido. Sin embargo a La consagración de la primavera le pesa la solemnidad y tono afectado del enfoque de Fernando Franco quien, aunque pone el tema sobre la mesa, tampoco profundiza demasiado en él.
