Reseña de Youth (Spring), de Wang Bing
Youth (Spring) -es decir Juventud (Primavera)-, es la película más reciente del aclamado documentalista chino Wang Bing y nos ofrece una visión brutalmente honesta y desgarradora de la vida en la ciudad de Zhili. Es tan solo la primera parte de un proyecto para el que Bing ha filmado más de 2,600 horas y que nos sumerge en un universo de trabajadores, la mayoría muy jóvenes, que viven y trabajan en condiciones extremas, enclaustrados entre montañas de ropa barata y desperdicios, en bloques gigantescos de cemento y habitaciones grupales.
La cámara de Bing captura la vida cotidiana de estos trabajadores a lo largo de tres horas y media de metraje, desde los momentos más banales hasta los desafíos más significativos. Vemos a los más jóvenes flirtear, discutir, pelear, comer fideos instantáneos, fumar sin cesar y, sobre todo, discutir sobre sus lamentables condiciones salariales. A primera vista, su actitud despreocupada parece la de niños en un patio de recreo, hasta que nos damos cuenta de que una de las chicas está embarazada y los problemas a los que se enfrentan son decididamente de adultos.
En otro momento conoceremos a otros grupo, un poco más mayores pero aún no llegando a la treintena, que son más conscientes de su situación y luchan por un salario mejor. También habra otros, los más mayores entre los jóvenes, que bordeando la treintena y con familias propias, negocian con más fuerza e incluso amenazan con irse a otro taller con aplomo. A los jefes no parecen preocuparles, sabiendo que otros trabajadores vendrán después. Con ironía una de las principales calles de esta ciudad de llama Camino a la alegría. Los regímenes autoritarios y su humor macabro.
El enfoque estrictamente no intervencionista de Bing significa que solo obtenemos una imagen parcial de la vida de estos trabajadores. Cambia el enfoque de un taller a otro de manera repetida, entrando in medias res y marchándose sin despedirse, dando la impresión de que está más interesado en la fuerza laboral de la ciudad de Zhili como un fenómeno sociológico que en las experiencias individuales.
A pesar de su talento para la inmersión, Wang Bing cae en el error de estirar demasiado su metraje. La duración excesiva de la película y su tendencia a repetir situaciones similares hacen que este retrato sobre la monotonía y la deshumanización del sistema pueda llegar a ser por momentos una experiencia tediosa y deshumanizante. Evita cualquier mirada íntima a las vidas de los trabajadores y simplemente roza la superficie de sus existencias y para pasar luego a la siguiente. Esta falta de profundidad evita que el espectador forme una conexión verdadera con los personajes. Es una opción tan válida como cualquier otra, pero para lograr el efecto buscado no es necesaria tanta repetición.
Por otro lado todo el metraje fue filmado antes de la pandemia del CoVid 19, lo que hace que la película parezca algo desfasada en el contexto actual. Es difícil evitar preguntarse cuál es la situación en Zhili en estos momentos y es fácil imaginarse que no será mejor. La realidad ha corrido más que Wang Bing.