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Reseña de The Apprentice, de Ali Abbasi

En 1973, Donald Trump tenía 27 años. Era miembro de una acaudalada familia conservadora de Queens y vivía en una casa relativamente modesta, sobre todo en comparación con lo que vendría después. Se viste elegante, o eso cree él, y trata de impresionar a las chicas llevándolas a sitios caros, pero una vez allí mira con envidia las zonas reservadas y a los auténticos VIPs que están en ellas. Aunque su familia es poderosa en Queens, las puertas de la buena sociedad de Manhattan están cerradas para él, quien dedica parte de su día a recorrer las propiedades de su padre para recaudar los alquileres. Su padre, Fred Trump, está acusado de cobrar de más y de obtener márgenes excesivos en programas inmobiliarios que se benefician de ayudas públicas, además de excluir sistemáticamente a posibles inquilinos por ser negros o pertenecer a minorías.

En ese momento de la vida de Donald Trump arranca The Apprentice, una película que toma el nombre del reality que presentó el propio Donald Trump y que muestra al (de momento) expresidente de los Estados Unidos como un aprendiz del ser agresivo, despiadado y avasallador en que se ha convertido. Exactamente en el momento en que conoce a Roy Cohn, un abogado ultraconservador y neoliberal que se dio a conocer por su papel como asesor principal del senador Joseph McCarthy durante las audiencias anticomunistas de la década de 1950 y que más tarde se convirtió en un influyente abogado en Nueva York, representando a figuras prominentes de los negocios y el entretenimiento, destacando por su estilo agresivo y su capacidad para manipular el sistema legal. Un hombre que haría cualquier cosa para ganar y al que le gustaba acusar y señalar a todo el que le acusaba a él. Un estilo que suena familiar, ¿verdad?

The Apprentice está dirigida por el cineasta iraní nacionalizado danés Ali Abbasi, quien se dio a conocer en Cannes con Borders y Holy Spider, pero cuyo trabajo más popular para el gran público serán los dos capítulos finales de la primera temporada de The Last of Us. Su película muestra a un joven Trump impulsado por la necesidad de aprobación de su severo padre, a tener éxito, a pesar de estar lleno de inseguridades y torpezas. A través de su relación con Cohn, interpretado por Jeremy Strong, vemos a Trump aprender y adoptar sus tres reglas de oro: atacar siempre, negar todo y reclamar la victoria sin importar las circunstancias.

Sebastian Stan demuestra que para interpretar a un personaje popular no es necesario caer en la imitación o en exageradas prótesis y trucos de maquillaje. Evidentemente está caracterizado y maquillado, pero no es eso ni el peinado lo que nos hace ver a Trump. Es su forma de moverse, de fruncir los labios o la entonación al hablar, sin olvidarse de interpretar de una manera precisa y creíble, debajo de todo ese artificio. Jeremy Strong, por su parte, hace un gran trabajo como Roy Cohn aunque en muchos momentos es difícil no ver en su interpretación su trabajo en Succession.

El guion, escrito por Gabriel Sherman, ofrece una visión muy bien documentada y matizada de la relación entre Trump y Cohn. Podría parecer una relación fáustica, aunque quizá habría que revisar quién vende el alma a quién y quién es el demonio. Antes de empezar la película se advierte, imaginamos que por precaución legal, que algunos hechos pueden estar ficcionados aunque la película se basa en investigaciones y hechos reales. Y ese es el mayor problema de la película. No son hechos nuevos, no hay grandes revelaciones y puede parecer que estamos demasiado cerca del personaje para tener perspectiva. Es probable que la animadversión a Trump de muchos haga que les parezca que la película no le ataca lo suficiente. Otros la verán como un insulto y manipulación envidiosa de la historia de un triunfador. Sin embargo, lo interesante de la película no está tanto en el personaje que ya conocíamos como en el mundo en que habita. En la batalla que se libraba en Nueva York en los años 70 y que ganaron los que más tarde auparían a Trump al poder -vemos el ascenso de Reagan al poder entonando el primigenio «hagamos a América grande de nuevo-. Ali Abbasi muestra ese mundo cruel y despiadado en un relato con ritmo y un humor ácido. Los hechos son los hechos y no se puede ocultar que Trump ha conseguido sacar adelante cada proyecto que ha emprendido, por eso la crítica viene por otro lado, mostrando a un ser humano acomplejado a pesar de todas esas victorias y profundamente vanidoso. Seguramente el momento más destacado de la película sea en el que Donald Trump se hace una liposucción. Contada en paralelo con un momento dramático que dibuja al personaje de la manera más cruel que existe, disparando a la línea de flotación de su ego. Si algo se le puede echar en cara a la película es que no tenga más momentos así.

The Apprentice

Media Flipesci:
7.8
Título original:
Director:
Ali Abbasi
Actores:
Sebastian Stan, Jeremy Strong, Maria Bakalova, Martin Donovan, Mark Rendall, Patch Darragh, Emily Mitchell