«Es problemático que lo presencial vaya a menos. Un festival es un lugar de encuentro y debate. Y de ver cine en el cine.»

Tras terminar la 73 edición del Festival Internacional de cine de San Sebastián, nos juntamos con su director, José Luis Rebordinos, que un año más tiene la generosidad de recibirnos en el Hotel María Cristina y hablar, de manera reposada, de esta edición del Zinemaldia, pero también sobre cuál es el estado de la industria cinematográfica y los diferentes retos a los que se enfrenta hoy. También hablamos de defensa de los derechos humanos y del papel de la cultura en ello. 

¿Es bueno para el Festival que otra película española gane la Concha de Oro? Sería la tercera consecutiva, y dos de ellas vascas. Además, las películas mejor valoradas por la crítica han sido las nacionales.

Es raro. No creo que sea ni bueno ni malo, pero sí raro. En cuanto a cómo repercute en el Festival, creo que depende de la película en concreto y de qué recorrido posterior haya tenido. Por ejemplo, la película de Albert Serra – Tardes de soledadConcha de Oro en la edición de 2024 – ha dado la vuelta al mundo. Ha hecho todos los grandes festivales posteriores, por lo que en concreto tener esa película a competición en Sección Oficial es muy bueno. Está clarísimo.

En cuanto a la trascendencia, para bien o para mal, de las de este año, Los domingos, lo veremos dentro de un año, depende del recorrido que tenga. Ya estamos hablando con algunos festivales que están interesados en tenerla, por lo que también dependerá de eso. Creo que el recorrido será muy bueno, porque ha tenido muy buena acogida tanto en la crítica española como en la internacional, y la verdad es que es algo que me ha sorprendido porque creo que es una película muy española y teníamos cierto miedo de que podía no tener tan buena acogida por medios extranjeros, pero ha funcionado como un tiro.

Sí es raro que ganen tres años seguidos una película española, a mí también me llama la atención, pero también hay que ver que el cine español pasa por un momento muy bueno. Y no lo decimos nosotros: Dos pelis en competición en CannesCiudad sin sueño y Sorda en Berlín y en Venecia dos películas en secciones paralelas que se llevan premios las dos. Creo que puede tratarse de un muy buen momento del cine español en general. Nunca he visto un cine español tan poderoso como ahora.

Es cierto que podríamos decir que el cine español está en un momento fuerte, pero ¿podríamos hablar ahora también de una debilidad en la selección de películas extranjeras en Sección Oficial?

No lo sé, eso quizá lo tenéis que decir vosotros. Desde mi punto de vista había películas, como la película china o la de Desplechin, que han sido relevantes elecciones. Nuremberg estoy convencido que va a estar en los Oscars.

«El éxito del festival con Industria en este momento, donde hay gente de altísimo nivel, supone que podamos tener algunas películas que de otra manera no tendríamos«

Comentas que crees que Nuremberg probablemente estará en los Oscars, eso lo conseguisteis el año pasado con la peli de Berger – Cónclave -, ¿eso en qué se traduce después como éxito del festival?

Creo que el éxito del festival con Industria en este momento, el encuentro de inversores y la conferencia, donde hay gente de altísimo nivel, supone que podamos tener algunas películas en Toronto y San Sebastián frente a Venecia, por ejemplo. Luego que tus películas tengan cierta repercusión siempre es bueno, y facilita que haya autores que quieran repetir, como es el caso de Berger – Ballad of a small player -.

¿Seleccionáis una película si creéis que luego puede tener recorrido en los Oscars?

Sinceramente, no. Seleccionamos en función de muchas cosas, no sólo si nos gusta la película en sí. Hay servidumbres de todo tipo. Lo utópico sería que los festivales sólo seleccionaran en función de lo que les gusta, pero se cerrarían la mitad porque, entre otras cosas, no habría patrocinadores. En el mundo real tienes que hacer concesiones para luego poder hacer cosas bonitas.

«No entramos a lo que luego haga la plataforma, si luego estrena en cines o no. No entro en eso, juzgo películas»

Hablando de servidumbres y concesiones, nos ha llamado la atención, por mucho que sean nombres potentes, que tanto la película de inauguración de Sección Oficial como la película de inauguración de Horizontes Latinos sean películas de Netflix que van a estrenarse en la plataforma en un plazo breve de tiempo.

Ya sabéis nuestra teoría, no entramos a lo que luego haga la plataforma, si luego estrena en cines o no. No entro en eso, juzgo películas.

Probablemente el año que viene habrá muchas películas de Mubi porque se están produciendo ya muchas películas que podrán estar para el año que viene. Es decir, no están porque son de Netflix, pero tampoco les resta que sean de Netflix. En eso nos parecemos a Berlín y a Venecia. Por ejemplo, Mubi sí que va a estrenar sus películas en salas de cine, como también hace MovistarNetflix es otro perfil, pero de la misma manera que creo que Cannes tarde o temprano pondrá películas de Netflix, creo que Netflix poco a poco pondrá más películas en salas y más tiempo. Me puedo equivocar, pero yo creo que para una plataforma, en el fondo, llevar películas a festivales y a salas es una publicidad baratísima.

«La situación ha cambiado, ya los proyectos no tienen los márgenes de beneficio que tenían antes«

Nos has hablado de industria, y en anteriores entrevistas nos han comentado que es la parte del festival que más ha aumentado durante tu dirección del Festival. ¿Qué es lo que supone realmente y cuál es la comparativa precisamente con la evolución de la prensa internacional?

Reforzar industria ha sido clave para reflotar el Festival. Todo cambia. Hace 30 años tú tenías una película de una multinacional, de una mayor , y te traían a los actores en un vuelo privado. Eso ya pasa muy poco, porque no tienen dinero, porque las películas no dan tanto dinero. Entonces tienes que cuidar mucho más el contexto. Antes a San Sebastián los responsables de grandes compañías venían muchas veces a hacer algunas gestiones y pasar luego a aquí días casi de vacaciones, pero no tenían casi cosas que hacer porque no había actividades organizadas para industria. En la actualidad, esa gente ya no viene si no tiene una razón para venir, porque es un coste que las empresas ya no asumen como antes. La situación ha cambiado, ya los proyectos no tienen los márgenes de beneficio que tenían antes. Por todo ello, fuimos conscientes desde el comienzo de nuestra etapa que si se quiere que al festival venga a gente importante, tiene que haber negocio, es decir, industria.

Creamos el Foro de coproducción de Europa y América Latina y nos funcionó muy bien. Luego hemos creado el encuentro de inversores, que es un salto de calidad. Traemos 35-40 inversores señalados, como por ejemplo el responsable de la productora de Brad Pitt – PLAN B-, un socio de Steven Spielberg o CAA talentos, que es probablemente una de las empresas de representación de talentos más importantes del mundo, que además son un fondo de inversión, es decir, invierten en las películas. Tenemos gente importante de Netflix o de Mubi. Eso hace que el Festival se convierta en un polo de atracción, es decir, que haya mucha gente que venga para cerrar negocios con ellos, para hablar. Además, al ser un festival más pequeño que Cannes, la parte de industria es más accesible. Por concretar con cifras, son 14 o 15 proyectos en dos días y ha habido más de 600 citas. Eso quiere decir que los proyectos interesan y que se facilita las herramientas para crear lazos, donde encontrar distribuidores nacionales e internacionales. Creo que son los dos más grandes aciertos en estos 14 años al frente del Zinemaldia.

«De los objetivos que yo he ido manejando en estos 14 años, me atrevería a decir que se han cumplido prácticamente todos menos el de la prensa internacional«

En cuanto a la prensa internacional, creo que de los objetivos que yo he ido manejando en estos 14 años, me atrevería a decir que se han cumplido prácticamente todos menos el de la prensa internacional. El festival está donde yo creo que tenía que estar o yo quería que estuviera salvo en ese apartado. Hay un problema, que no hay toda la que nos gustaría, pero tampoco diría que hay tan poca: Hay 620 medios de comunicación, de los que 224 son internacionales y 396 nacionales. En conjunto son 1075 periodistas de 620 medios, de 40 países. No son malas cifras para un festival de nuestro tamaño, pero sí que es cierto que no ha crecido en la proporción en la que lo ha hecho el resto del Festival. Ha crecido en los últimos tres años, pero creo que es un reto difícil, tanto por dónde se encuentra situado el Festival en el calendario, muy cerca de Venecia, Roma, Londres, Locarno o Zurich, y que no sólo es un reto para el Zinemaldia, sino en general, puesto que los tiempos están cambiando.

El acceso online de la prensa a materiales de los festivales es un problema de cara a la presencialidad en los mismos. Cada vez hay menos asistentes en persona en las ruedas de prensa y cada vez hay más que se meten luego a verlas online y las cifras ahí son muy altas. Puede ser una ventaja, por aquello de la comodidad para aquellos periodistas que no quieran hacer preguntas en persona y simplemente hacer crónica de la rueda de prensa, pero es un problema para el tema presencial de un festival y para el intercambio de opiniones. Va a ser uno de los problemas con los que van a tener que lidiar los festivales a partir de ahora. Por ejemplo, uno de los problemas de Toronto es que después de la de la pandemia, que en la pandemia fueron una edición online todo, les está costando recuperarse de eso porque hay mucha gente que no ha vuelto a lo presencial. Es complejo.

«Las películas en un festival hay que verlas en sala, que directamente la crítica vea el estreno en una pantalla de televisión me parece una barbaridad«

Es problemático que lo presencial vaya a menos en un festival.

Sí, porque para mí un festival es un lugar de encuentro. Primero, las películas en un festival hay que verlas en sala, que directamente la crítica vea el estreno en una pantalla de televisión me parece una barbaridad. Nosotros, de hecho, en pandemia mantuvimos el festival, pero teníamos claro o era presencial o no lo hacíamos. Lo online tiene cosas maravillosas como soporte, como por ejemplo poder tener una conversación con Desplat si no puede estar físicamente aquí o que se pueda recurrir a materiales que estén colgados online en el momento en el que se quiera. Pero hay que tener claro dónde se usa y dónde no se usa. Los festivales creo que son lugares de encuentro y un lugar de encuentro requiere de presencia física. Y creo que es un tema que afecta también en concreto a la capacidad por atraer más prensa extranjera.

No sé si se puede, yo no lo he conseguido y fue un tema que en un momento determinado nos obsesionó mucho. Ahora estamos intentando traer algunos críticos jóvenes para que conozcan el festival, asumiendo en muchos casos costes de alojamiento u otros gastos como el traslado, pero no nos ha ayudado tampoco que los precios del transporte, y en concreto de los vuelos, se hayan encarecido tanto los últimos años. Creo que esa va a ser una asignatura pendiente, difícil de resolver, pero que ya le quedará a quien venga después.

«El cine ya no da tanto dinero y no saben qué hacer. Intentan repetir fórmulas de éxito pero no acaban de funcionar»

Nos comentabas que el negocio del cine no daba el dinero que daba hace años, o no al menos por los mismos cauces que hace años.

El negocio tradicional del cine está pasando por muchos problemas, y tiene mucho que ver lo que producen los grandes estudios de Hollywood, que han sido la gran generadora de sueños. Ahora cuesta encontrar guiones originales, que aunque no sean sagas o secuelas no se parezcan muchísimo unas y otras. Creo que están en un momento de confusión: El cine ya no da tanto dinero y no saben qué hacer. Intentan repetir fórmulas de éxito pero no acaban de funcionar.

En ese sentido, creo que el futuro del cine pasa por un estatus quo mixto. No nos vamos a olvidar del sistema tradicional de producción, porque las salas son fundamentales, pero creo que el futuro pasará porque los estudios se abran un poco más a las plataformas. De hecho, ya en la actualidad plataformas como Mubi o como Movistar, en este caso en España, tienen una política de estrenar sus películas en festivales, van a salas y luego, pasado un lapso de tiempo, las ponen en sus plataformas. Es una estupenda y barata publicidad para ellos. Y ojo, no todas las películas de plataformas pueden ir a salas, afortunadamente, puesto que las salas se inundarían y hay muchas de esas películas que no tienen ningún interés.

Y comentabas antes precisamente el ejemplo de Brad Pitt y su productora que están buscando en Europa y en América Latina historias diferentes que contar porque ven cierta carencia por parte de los estudios de Hollywood por apostar por proyectos diferentes. Y hay muchos otros ejemplos, como el Emma Stone o el de la propia Jennifer Lawrence, Premio Donostia esta edición del Zinemaldia, entre otros. En ese sentido, ¿cuál es el estado de la industria?

Muchas veces vemos a estrellas que creemos que no tienen mayores inquietudes, pero muchos de ellos quieren producir cine y cine diferente al que mayoritariamente se produce. Y tienen medios económicos para hacerlo. Está pasando y es uno de los nuevos escenarios en la industria del cine. No me extrañaría, por ejemplo, que en un futuro la productora de Brad Pitt produjera un proyecto de Sorogoyen. Creo que la industria está cambiando muy rápido en este sentido y este será uno de los nuevos cauces de financiación para autores medios europeos y de América Latina. Y es que, por ejemplo, ahora mismo producir solos en Argentina es imposible.

«Milei se ha cargado el cine argentino«

La situación en América Latina es especialmente complicada ahora y en Argentina especialmente

En concreto en Argentina, donde han quitado todas las ayudas a la cultura, se está notando una barbaridad. Milei se ha cargado el cine argentino. De hecho, están todos yéndose de Uruguay a producir. El dinero sale, pero de otros países.

Por primera vez, probablemente en toda la historia del Festival desde que existe Work in-progress, no hay ni una película argentina cuando ha solido haber de seis elegibles perfectamente cada año, y dos o tres siempre acaban saliendo. En Argentina esta quedando el cine hecho por multinacionales y el cine muy pequeño, pero la producción media se la han cargado, y por eso intentan salir a países colindantes donde sí encuentran soporte, como Uruguay. Otro ejemplo es el de Brasil con Bolsonaro, que se ha ido al garete la industria. Está empezando a remontar, pero tardará un tiempo. En este sentido, América Latina está muy revuelta. Hay países incipientes, Costa Rica, pero todavía la producción es mínima por ahora, necesitan ayuda al sector y que éste se vaya fortaleciendo poco a poco.

«Estoy en contra del boicot cultural, fundamentalmente porque creo que hay gente que está usando el cine para tender puentes«

Cambiando de tema, nos pareció impecable el comunicado que hicisteis antes del Festival con el tema de Palestina. Sería difícil.

No sólo fue difícil sino que tiene consecuencias.

¿Qué consecuencias tiene?

Hay consecuencias que no se pueden explicar públicamente, pero obviamente hay gente que le ha parecido muy bien y gente que no le ha parecido muy bien. Y obviamente hay un sector muy importante en el mundo del cine que condena el genocidio y un sector muy importante que apoya el Netanyahu. Eso es así. Si no fuera así no se podría mantener el genocidio y no podrían estar haciendo las masacres que están haciendo ante los ojos de todo el mundo.

Nosotros somos conscientes de que cuando tomas la decisión de posicionarte ésta tiene consecuencias, pero creemos que las consecuencias más graves es que están muriendo miles y miles de personas en Palestina ante los ojos de todo el mundo, masacradas de la manera más cobarde. Y nosotros tenemos las cosas claras: Condenamos a Hamas. Es decir, yo puedo entender la resistencia armada Palestina contra el genocidio, pero no la de Hamás que secuestra y asesina a inocentes. Es decir, exactamente por los motivos que estamos contra Netanyahu, estamos contra Hamás. Lo que pasa es que la capacidad, la maquinaria de matar de Hamás es mucho más pequeña. Pero son dos caras de lo mismo.

Por otro lado, yo estoy en contra del boicot cultural, fundamentalmente porque creo que hay gente que está usando el cine para tender puentes. Hay gente que está usando el cine para ir en contra del propio Netanyahu y hay gente en Israel que simplemente está usando el cine para contar sus historias y sobrevivir humanamente. Es decir, boicot a todos los israelíes, ¿por qué? Nosotros tenemos un amigo israelí del Festival que en estos momentos entra y sale de la cárcel por manifestarse contra él. Es decir, que no todo el mundo está con Netanyahu y creo que hay que darle aire a eso y hay que tender puentes. Obviamente nosotros nunca vamos a poner una película que esté a favor de Netanyahu o a favor de Putin, pero este año había una película rusa programada.

Foto: Rubén Plaza.

No comparto en absoluto con carácter general la política de cancelación, creo que a las ideas hay que contestar con ideas, aunque sean muy peligrosas, y a los hechos con hechos. El problema está que la comunidad internacional no ha intervenido en Israel, porque con lo que está pasando, y soy muy pacifista, pero quizá los ejércitos europeos deberían de haber entrado allí y haber parado esto. Pero mientras Estados Unidos le esté apoyando. Y con el tema de cancelación, de que no metas ninguna película israelí o rusa, sea la que sea, como regla, a mí me da la risa. ¿Y de Estados Unidos? Probablemente sea el mayor estado terrorista que hay en el mundo, el que haya realizado más actos de terrorismo en el mundo en las últimas décadas, pero ponemos películas de Estados Unidos sin problema. Me dicen de no poner la película de Panahi, que es un canto contra la dictadura islámica porque es iraní, pero ¿ponemos la mayor parte de China? Si sigo enumerando no hay festival.

El boicot económico es muy complejo, pero es que el cultural me parece un disparate.  Aquí ha habido muchas manifestaciones estos días, perfectamente legítimas, y de hecho hemos participado en varias de ellas, pacíficas, mostrando lo que siente la gente, y para mí ha sido un ejemplo. Pero al mismo tiempo, un día, una manifestación más pequeñita en el puente el lema era «Hay que arrasar Israel» de un colectivo que venía de Madrid. Y con eso, ¿qué me quieres plantear? ¿Que hay que arrasar con las personas que viven en Israel? ¿Que hay que acabar con los judíos? Una persona de una de esas asociaciones, de las que no se han manifestado con normalidad, me dijo en mi despacho yo no entendía que si el pueblo judío era perseguido sería por algo. A esa persona le eché de mi despacho porque era un fascista. Es un hombre que cree que por ser judío eres culpable de algo que no es, que es lo mismo que piensa Netanyahu que por ser palestino.

«El Festival no censuró nada«

Precisamente en relación a cancelar o censurar, hubo momentos tensos en la rueda de prensa de Jennifer Lawrence este año, porque se cortó a un periodista mientras formulaba una pregunta en relación a Gaza.

Voy a explicar lo que ha ocurrido, porque se han dicho diferentes cosas que no son verdad. He oído que se ha dicho que el festival censuró un tema en la rueda de prensa, y en absoluto, el Festival no censuró nada. Pasó lo que suele pasar muchas veces, que el invitado marcó unas condiciones, y fue en este caso el entorno de Jennifer Lawrence, ni el Festival ni Mubi como también se ha dicho -y que era totalmente ajeno a todo lo relativo a esta polémica-, quien pidió que no se le formularan preguntas a la actriz que no tuvieran que ver con la película o su carrera profesional como actriz. Es decir, el Festival no ha censurado nada. El problema llega cuando se le formulan tres preguntas en relación a Gaza y en la tercera la actriz decide sí contestar. Pero en todo momento fue una decisión del entorno de la actriz, por un lado pedir que no se hicieran preguntas que no fueran sobre cine y, por otro, responder llegado un momento. El Festival estamos encantados de que hablen y lo hagan de todo lo que quieran.

Pero en este caso la directriz era previa, que no se podía preguntar. Una cosa es que preguntes y te digan que no quiere responder a esa pregunta, y otra es que se corte a un periodista mientras está formulando una pregunta.


Bueno, pues probablemente pudo ser un error el cortarle, pero era simplemente por protegerle a ella de lo que había pedido su entorno, pero luego ella misma, a pesar de lo dicho, acabó respondiendo.

Y yo creo que está en su derecho de pedir que no se le pida hablar de y posicionarse en todo. Puedes no querer responder sobre un tema concreto por ser de algo que afecta a tu intimidad, o porque no tenga las ideas claras sobre ese tema concreto o porque eso puede tener consecuencias negativas para su carrera. Creo que está en su derecho.

Patrocinios privados: «Nos falta un seguro. Hay margen de mejora»

Cambiando de tema, uno de los logros de esta dirección ha sido introducir el patrocinio privado en el Festival. Dado que uno de los principales problemas que mencionas es el de la financiación, que se necesitaría incrementarla, pero que las instituciones no siempre tienen margen para hacerlo, ¿hay posibilidad de sumar más patrocinadores privados?

Pues hay que intentarlo porque si no va a ser difícil crecer. Las instituciones probablemente no van a poder poner mucho más dinero. Para mí lo importante es mantener los que tenemos, que están muy bien. Tenemos la televisión pública española, la vasca que desde hace desde el año pasado entra con mucha fuerza en el Festival y con apoyo económico y ayudándonos en cosas como organizando la fiesta del Cine Vasco. Tenemos la plataforma que queremos tener, que es Movistar, porque es la plataforma que más se acerca al concepto que defendemos de cine por tener presente los estrenos en salas. Tenemos un coche maravilloso que es Audi. Tenemos a Kutxabank, que es nuestra entidad financiera más natural que lleva años y años apoyándonos. Entonces estamos muy fuertes. ¿Qué pasa con los patrocinios? Que claro, los grandes te cierran el sector. En ese sentido nos falta un seguro. Estamos en ello y hay margen de mejora.

Respecto a la persona que te va a suceder en el cargo, nos sorprendió el cambio en el anuncio, que en principio se iba a anunciar con esta edición pero que se ha pospuesto a, en principio, comienzo del año que viene. No sabemos si ha sido debido a algún problema.

No, no hay ningún problema. Es tan simple como que los tiempos del Consejo son complejos, por las dificultades organizativas que supone reunirse a la vez 16 personas con esas responsabilidades. Y se ha ido retrasando por cuestione organizativas de agenda, entre otras la mía, que a mi a partir de junio me era imposible. Pero la idea es reunirnos pronto para hablar precisamente del proceso. Yo lo que estoy pidiendo es que la persona que sea esté para finales de enero, porque me gustaría presentar a la nueva directora o director en los festivales de Berlín y en Cannes a toda la industria.

«No es lo mismo irte a Berlín a dirigir Berlín que venir a San Sebastián con toda nuestra historia, nuestra idiosincrasia«

Nos has comentado en numerosas ocasiones que tu idea era que la persona que se sucediera en el cargo fuera mujer, pero últimamente lo estás dejando más abierto.

Estamos abiertos a ello pero de facto no ha cambiado nada. Es decir, yo lo he dicho claro: En el festival hay dos personas preparadas para coger la dirección si así lo decide el Consejo de Administración. Y son mujeres. Imagínate que a mí hace diez días me dio un ictus o me rompo una pierna, tenía que haber alguien que inmediatamente me pudiera sustituir y hacer el Festival. Yo he preparado gente para eso. A partir de ahí hay que ver. Ahora probablemente sea un proceso abierto y quien decide es el Consejo y tampoco sabemos quién se va a presentar. No hay muchas posibilidades de gente que se pueda presentar de fuera porque es un tipo de puesto que no creo que nadie venga del extranjero aquí, por las características que tiene España y que tiene Euskadi en concreto. No es lo mismo irte a Berlín a dirigir Berlín que venir a San Sebastián con toda nuestra historia, nuestra idiosincrasia.

Y a mí sí me gustaría que fuera mujer, porque los tiempos han cambiado. En Berlin ya está Tricia Tuttle, pero hasta ahora en los grandes festivales era muy difícil que hubiera mujeres dirigiendo. Y afortunadamente en estos momentos hay mujeres preparadas para dirigir el Festival. Igual que hay hombres preparados, claro.

A ver quién se presenta, porque habrá unas condiciones. No se puede presentar cualquiera. Y con todo el cariño del mundo, el que lleva un cineclub no tiene la preparación suficiente para llevar un festival como éste. hay unas características que serán complicadas.

«Mi tiempo en el festival se está terminando y vendrá otra persona«

¿Cuáles son las condiciones que crees que debe cumplir esa persona?

Desde mi punto de vista, tiene que haber tenido una experiencia mínima en festivales de la máxima categoría, tienes que conocer lo que es el entramado de un festival como este. También me parece importante, no digo imprescindible, pero sí importante, que tenga una pata en Euskadi. Creo que somos un país complejo, que salimos de una época de violencia, que todavía hay muchas cosas muy tensionadas. Tenemos que ver las polémicas que tenemos cada vez que hay una película que trata la época de ETA, nuestra época reciente o trata las torturas. Entonces, creo que para el que esté aquí que sea de aquí le va a ayudar. A mí me ha ayudado. Y por supuesto debe saber inglés, obviamente, y francés y euskera muy recomendable.

Mi tiempo en el festival se está terminando y vendrá otra persona. Como llegué yo con toda normalidad y seguro que se acierta con la persona que viene porque va a cumplir seguro una serie de características.

Que sea una dirección u otra cambia mucho el recorrido del Festival, se vio con el cambio de la anterior a esta.

Sí, cambia mucho, también porque los tiempos son diferentes. Es decir, igual Mikel estaría ahora haciendo cosas que hemos hecho nosotros ahora. Pero quizá en una de las cosas donde más se ve reflejada la personalidad de la persona es en la forma de relacionarse con los diferentes agentes, con cómo comunica. Pero a la vez estás muy determinado por la época. Es decir, nosotros no es que hiciéramos lo de industria porque somos muy listos, Lucía Olaciregui, una de las actuales subdirectoras del Zinemaldia– y yo nos recorrimos el mundo hablando con gente del mundo del cine que ya conocíamos y otros que no conocíamos. Y ahí es cuando dijimos que o nos metemos en el tema industria o estamos muertos, y que necesitábamos recuperar el cine español que en aquel momento estaba alejado. Hoy en día el cine español quiere estar en San Sebastián, de hecho lo difícil es decir que no, que no te puedes hacer idea lo difícil que es decir que no.

Hay una cosa muy buena que tiene el Festival, y es que es muy profesional. El director va a marcar una línea y va a marcar una manera de comunicar. Pero el festival, lo que es el día a día, se hace solo, porque hay gente muy potente en cada una de las funciones. De hecho, una cosa que nos felicitan en general los que vienen es que es uno de los festivales del mundo mejor organizados. Y eso no es mérito mío, es mérito de los que ya estaban. Algo habremos contribuido, pero es que es un festival que tiene una estructura que funciona muy bien.

«Nos felicitan en general los que vienen es que es uno de los festivales del mundo mejor organizados«

Y en ese sentido, ¿cuál es tu forma de afrontar esta última edición? ¿Cuáles son los retos de cara a la próxima edición?

La que viene en principio la planteamos exactamente igual pero con una característica clara: Voy a intentar que esa persona sea mi sombra a partir de febrero.

Otra cuestión importante: No tomaré ninguna decisión estructural de cambio importante sin que esa persona esté de acuerdo. Por ejemplo, no voy a contratar a alguien para el Comité de selección nuevo si lo necesitara sin que esa persona esté de acuerdo, porque en mi caso es para un año mientras que para esa persona puede ser para mucho tiempo. Entonces sí que va a ser una edición un poco determinada por las opiniones y la línea que quiera seguir la persona nueva, pero por lo demás será una edición normal

¿Lo que tienes en mente es co-dirigirlo o ir de la mano?

Dirigirlo lo dirigiré yo, pero sí me gustaría que la persona que saliera elegida estuviera el próximo año pegada a mí, para poderle presentar a todo el mundo, y yo lo que debo hacer es no hacer cambios estructurales sin que a esa persona le parezcan bien.

Es decir, creo que será bastante continuista, pero llevamos ya unos años muy continuistas y uno de los motivos por los que yo creo que es bueno el cambio para el festival es que yo ya no voy a cambiar nada. Yo puedo gestionarlo mejor o peor, pero lo que yo quería hacer ya lo hice porque ahora soy incapaz de volver a repensar el Festival. Todos los años lo repiensas de alguna manera, pero ese nivel grande de decir oye, tenemos que ir por aquí, hay que crear un foro de coproducción nuevo, que son cosas que cuestan mucho esfuerzo económico, mental, humano, etcétera. Eso ya no lo voy a hacer. Ese es uno de los motivos por los que yo creo que me tengo que ir. Creo que nosotros llegamos, cogimos un festival, le dimos la vuelta como un calcetín a muchísimas cosas, pero ya lo hemos hecho, lo hemos dejado donde creíamos que debíamos y ahora que venga alguien capaz de volver a darle la vuelta y mejorar lo que hay.

«Dirigir el Festival ha sido una época preciosa, apasionante, muy bonito«

Nos comentas que ya lleva unos años continuistas el Festival, ¿no has pensado entonces en dejarlo antes para, precisamente, dejar que viniera una nueva persona con ganas de darle la vuelta de nuevo como comentas?

Lo cierto es que hice un intento de irme justo después de la pandemia pero me convencieron de que no era el momento, por aquello de encontrar un momento de estabilidad para hacerlo. Pero la verdad es que creo que esa estabilidad en realidad nunca va a llegar. Siempre estaremos peleando por el dinero, por ejemplo.

«En la Semana de Terror es probablemente donde más he disfrutado y donde más era José Luis Rebordinos»

Creo que dirigir el Festival ha sido una época preciosa, apasionante, muy bonito. Un reto profesional increíble que me ha permitido conocer medio mundo, que me ha permitido conocer a muchísima gente maravillosa, que me ha dado muchísimo, y que también me ha quitado mucho, pero está claro que me ha dado más porque si no me hubiera ido. No me quejo, me podía haber ido pero me he quedado porque me ha compensado. hay gente que se queja mucho, pero creo que si no estás a gusto, pues vete. En puestos de este grado de especialización se supone que si tienes un nivel no vas a tener un problema para buscar otro trabajo. Es decir, que si te quedas es porque te interesa. También es cierto que es un trabajo duro, a mí me ha desgastado muchísimo en muchas cosas, me ha quitado salud. Yo cuando llegué a este festival era una persona sana y saludable. También han influido los años, claro. Pero hoy soy diabético e hipertenso. El grado de estrés que vives es muy grande: Te juegas la vida en nueve días.

Creo que cada cosa tiene su momento en la vida de las personas y en la vida de las instituciones. Diego marcó el Festival, yo he marcado otra etapa y ahora toca otra. Pero no soy nada nostálgico. Yo me fui de la Semana de Terror, que probablemente es donde más he disfrutado y donde más era José Luis Rebordinos. Era la consecución de todo lo que yo pensaba que había que hacer, de por qué yo estaba en el cine, estaba ahí y lo dejé sin ninguna nostalgia. Somos muy poquita cosa en la historia del Festival.

«Hay algo que nunca he contado, y es que el segundo año como director estuve a punto de irme«

Me hace mucha gracia cuando la gente te pregunta cómo quieres que te recuerden. No me interesa que me recuerde nadie, sinceramente. Es decir, quiero que me recuerde la gente a la que quiero, y quiero al público de San Sebastián. Pero yo creo que tú eres un instrumento de algo más importante que tú. Haces tu trabajo. Semana de terror. Yo me marché y ya está. Del ciclo Nosferatu fui una de las personas que lo creó, y me marché. Estudié la creación del Festival de Derechos Humanos. Ya está. Ahora hay otra persona, JosemiBeltrán , responsable de la unidad de cine del Ayuntamiento de San Sebastián- que gestiona eso y seguro que lo ha hecho evolucionar.

En cuanto a pensar si dejarlo antes, hay algo que nunca he contado, y es que el segundo año como director estuve a punto de irme porque lo pasé muy mal, me abrumó todo lo que era.  Y sobre todo porque yo siempre he trabajado en el mundo del cine por placer. Evidentemente me tengo que ganar la vida, pero también por placer, porque me gusta, porque es una de mis pasiones. Entonces de pronto empecé a ver que aquello no iba a ser muy placentero precisamente. Pero bueno, aguanté un poquito más y luego ya muy a gusto. Y ahora , después de la pandemia, me parece un buen momento. 

XXI Semana de Terror de San Sebastián.

¿Te sorprendió la dimensión del proyecto a pesar de haber estado mano a mano con Mikel Olaciregui?

Sí. Por eso me parece importante que la persona que venga conozca el Festival, además que es mucho más grande ahora que entonces y a mí ya me pareció mucho más grande de que lo que yo creía. Los comités de dirección de un festival como el nuestro son más un comité de dirección artística. Es decir, sí que tienes obviamente acceso a todo, pero yo no conocía por dentro las tripas económicas del Festival, no conocía muchas cosas. Cuando te sientas en la mesa de director ves que hay muchas más cosas. Y el Festival ha crecido mucho en muchas direcciones. Ahora abarcamos mucho y es muy importante que se conozca todo.