Desde que conocimos el proyecto de la Capitalidad cultural, a los donostiarras nos han inundado con mensajes que giraban en torno al concepto de «Cultura para la convivencia«. Un concepto en el que, por lo visto, no creen sus propios organizadores, con Pablo Berástegi al frente como su director general.
Parece broma pero ha ocurrido en @DSS2016: los comisarios de una exposición les denuncian en directo por censura. https://t.co/eLmFjtTqsw
— Juan G. Andrés (@foteropanico) 18 de noviembre de 2016
Ayer amanecíamos con la noticia de que los comisarios de la exposición Sin lugares, sin tiempo. Giltzapekoak: notas sobre la reclusión denunciaban que la Fundación 2016 había censurado una veintena de dibujos, una película y un cuadro. Para dejar constancia de este hecho y a modo de denuncia, los comisarios decidieron colocar papel de estraza en el lugar que deberían haber ocupado las obras.
Pablo Berástegi, junto a Denis Itxaso (Diputado de Cultura, Turismo, Juventud y Deportes), afirmó que la retirada de estas obras estaba relacionada «con el respeto a las víctimas del terrorismo» y que era «plenamente consciente de que, en circunstancias complejas, diferentes valores entran en tensión, en contradicción, en colisión incluso». Tras ser preguntado, insistentemente según las crónicas, cuál era la causa de esa ofensa, aseguró que las obras «no tienen en su contenido nada que pueda herir». Por tanto es la autoría de esas obras el motivo de su retirada. Al parecer esas obras estaban firmadas por presos o expresos de ETA.
Hacen una exposición donde también pinten presos y suprimen los cuadros pintados por presos. Es el nivel de #Donostia2016
— Don Mitxel Erregea (@DonMitxel_VI) 18 de noviembre de 2016
El objetivo de la exposición Sin lugares, sin tiempo. Giltzapekoak: notas sobre la reclusión es reflexionar sobre el papel de la creatividad como forma de sobrellevar la privación de libertad, utilizando el poder del arte para invitar a reflexionar sobre las personas que viven encerradas en cárceles, instituciones psiquiátricas o centros similares. Se han reunido obras realizadas en situaciones de encierro (desde un condenado a muerte por doble asesinato, a enfermos recluidos en psiquiátricos, pasando por presos del franquismo) y también documentos, testimonios y piezas de artistas que, sin ser recluidos, han abordado la cuestión. En este contexto, y mucho más siendo la exposición en San Sebastián, es totalmente lógico la exposición de obras de presos etarras.
@foteropanico @jonpagola @DSS2016 @rherreroburgui me parece algo tan cobarde, pasar de puntillas por temas que escuecen y son nuestros
— Escéptico Confuso (@unesceptico) 18 de noviembre de 2016
Que en la segunda década del S.XXI haya que debatir la conveniencia o no de la provocación en el arte me resulta absolutamente ridículo. Una obra de arte puede herir sensibilidades por muchos motivos, pero censurarlo nos retrotrae a tiempos pretéritos y a decisiones que hoy resultan, o deberían resultar, ridículas. El arte debe provocar. Serenidad, alegría, excitación, furia, reflexión, deseo… provocar. La labor de un exhibidor es escoger el contexto e informar adecuadamente de lo que se va a ver. El espectador es el que elige y opina. Tratar al espectador como si fuese un ser indefenso y sin criterio al que hay que proteger es insultante y está muy lejos de la labor divulgativa y educativa que debe tener un museo o una fundación como la de 2016. Aún así este no es el debate de hoy. Esto no es lo que ha pasado en este caso de censura. Recordemos que, según Pablo Berástegi, «las obras no tienen en su contenido nada que pueda herir».
Totalmente de acuerdo, querido @foteropanico. Es que, si no ¿para qué sirven las diferentes expresiones artísticas? https://t.co/PiZRh6waNn
— Sandra RM (@sandrarm4) 18 de noviembre de 2016
Markel Olano, Diputado General de Guipúzcoa, respaldaba ayer por la tarde la decisión de Pablo Berástegi al 100%, argumentando que “no se puede comunicar cualquier cosa” y que “la libertad de expresión no puede ser ilimitada». Esto nos lleva un debate muy interesante, paralelo al de los límites del humor que se originó con los tweets de Zapata; pero tampoco es el debate de hoy, porque eso no es lo que ha pasado en esta exposición de 2016. El problema, recuerdo, no está en lo que se expresa con esas obras, está en quién lo expresa. Por lo tanto el argumentario de Olano es rotundamente erróneo. Lo que ha dicho Pablo Berástegi, como representante de 2016, no es que no se puede comunicar cualquier cosa. Lo que ha dicho es que cualquier persona no puede comunicarse. Lo cual es muy distinto.
Hablando claro: lo que ha hecho DSS2016 se llama discriminación. Considera que hay un grupo de personas que no tienen el derecho de exponer sus obras por ser quienes son, no por lo que expresan esas obras.
@julenrobles mojigato, ridículo, y atenta contra el principio de reinserción. Y empodera un circo mediático espurio @foteropanico @DSS2016
— Rogidro (@Dricius) 18 de noviembre de 2016
Ahora voy a mostrar parte del ideario de DSS2016 que la propia fundación cita en su presentación del proyecto.
Convivir es ese espacio que surge de la suma entre tú y yo. Es aprender a vivir juntos. relacionarnos y comprender otros puntos de vista aunque no los compartamos. Convivir es unirnos para realizar proyectos comunes en beneficio de todos.
Perdón por la obviedad pero convivir significa vivir con.
Con personas de una ideología, credo, etnia, gusto, humor, estrato social u origen cultural diferente al tuyo.
Con culpables, víctimas y viceversa. Con izquierdistas, anarquistas, independentistas, nacionalistas, socialistas, feministas, animalistas, capitalistas o miembros de cualquier otro -ismo.
Con todas aquellas personas que, en resumen, podríamos catalogar como los otros. Convivir es vivir con. La capacidad, la habilidad, para compartir un espacio físico y mental en armonía, superar los conflictos y formar juntos una comunidad. Un proyecto de vida en común.
A veces no sabemos, no somos capaces, no estamos preparados para convivir. En ese momento, la cultura es una herramienta para hacerlo más fácil.
Nuestro proyecto promueve la cultura para convivir. Para conseguirlo, queremos hacer de la convivencia un reto colectivo en el que implicar a toda la ciudadanía.
Esa es la esencia de DSS2016 y tú eres parte fundamental.
Desde el momento en que DSS2016 quita la posibilidad de expresarse a un colectivo, está faltando a sus principios.
Desde el momento en que DSS2016 retira una pieza de una exposición por quién la firma, está prescindiendo de usar la cultura como herramienta para hacer más fácil la convivencia, que se supone es el objetivo.
Desde el momento en que DSS2016 tiene miedo de las reacciones de unos frente a otros es que tiene miedo del reto colectivo en el que ellos han querido implicar a toda la ciudadanía. Esa ciudadanía en la que ellos mismos incluyen, entre un montón de grupos, a «culpables, víctimas y viceversa».
Vaya! Parece que lo de los puentes de la convivencia de @DSS2016 era solo una metáfora vacía. https://t.co/XJbiKKO9ql
— Iñaki Ortiz (@iortizgascon) 18 de noviembre de 2016
DSS2016 nos ha mentido. Nos ha tomado el pelo. Leer a Denis Itxaso declarar que «haber expuesto esos trabajos podría ser contrario a los objetivos de la capitalidad» me hace pensar que Denis Itxaso, como el resto de responsables de la capitalidad, tenían unos objetivos muy distintos que los que nos han comunicado a la ciudadanía, que los que expusieron al presentar el proyecto, que los que han utilizado para justificar el dineral invertido en proyectos como La milla de la paz.
@sandrarm4 creo que lo más lógico con el espíritu de @DSS2016 es que Berastegui dimitiera ?. Y así cerraríamos el círculo @foteropanico
— Carlos Elorza (@Carlos_Elorza) 18 de noviembre de 2016
Queda poco para que acabe la capitalidad cultural, para que en 2017 sean Aarhus (Dinamarca) y Pafos (Chipre) las que tomen el relevo de Wroclaw y San Sebastián. Más allá del debate sobre la calidad, el impacto, la participación o el coste de la Capitalidad en San Sebastián, la Fundación 2016 queda totalmente manchada por esta decisión de censurar unas obras. Por traicionar los principios de la entidad que dirige, por caer en las prácticas que debería ayudar a eliminar, por tomarnos el pelo vendiendo unos conceptos (con dinero público) en los que no creen. Alguien debería responder por ello.
Arte para evadirse del infierno. Por encima de la censura de @DSS2016 insisto en que es una interesante iniciativa. https://t.co/Ljb7IorHP1
— Juan G. Andrés (@foteropanico) 18 de noviembre de 2016