Crónica del concierto de Chick Corea y Steve Gadd en el Kursaal

Casi lleno para ver a Chick Corea y Steve Gadd en el Kursaal, aunque con trampa, eso si. A última hora se cambió el lugar del concierto del Auditorio a la sala de cámara, con, aproximadamente, un tercio de aforo. Más allá de la pena que supone que fuera del jazzaldia no haya interés por este tipo de conciertos, fue una buena decisión. El cubo grande puede quedar muy desangelado si no tiene público suficiente. Sobre todo en conciertos como este en el que, quizá para aumentar la cercanía del público, las luces del patio de butacas no se llegaron a apagar. Podíamos ver las caras de nuestros vecinos con la misma claridad con la que veíamos a los músicos o ellos nos veían a nosotros.

El pianista Chik Corea y el batería Steve Gadd se conocen desde los años 60. En los 70 el batería colaboró con Return To Forever, ese icono del Jazz Fusion que lideraba el pianista Massachusetts. No habían vuelto a trabajar juntos hasta la reciente grabación de Chinese Butterfly, un disco que verá la luz en breve. En estas décadas los dos han alcanzado la categoría de leyendas. El batería con una carrera que alterna jazz con pop y rock (de Jim Hall a Eric Clapton o Paul McCartney) y el pianista tocando todos los palos del jazz.

Chick Corea Steve Gadd tour

El concierto discurrió entre un ir y venir entre el pasado y el futuro. El pasado en canciones como My Spanish Heart, Chick’s Chums, Return Forever o A Spanish Song, esta última introducida por una composición de Domenico Scarlatti (1685-1757), figura clave del barroco en España. El futuro en composiciones como Serenity, que irá incluida en Chinese Buterfly, y que fue uno de los mejores momentos de la noche. Curioso contraste que la canción más nueva de la noche fuese la más acústica e intimista de una velada en la que los sintetizadores y la electricidad tuvieron mucho protagonismo

Chick Corea mostraba su versatilidad saltando de piano clásico a eléctrico y Steve Gadd brillaba de la misma manera con las baquetas que con las escobillas, sin que eso significase ocultar a sus compañeros de formación o perderse en interminables solos. El grupo sonó compacto con un Luisito Quintero que estuvo sobresaliente a la percusión y que, unido al contrabajista Carlitos del Puerto, impregnó de ritmos latinos la música que interpretaron. El guitarrista Lionel Loueké demostró que es capaz de lograr que su seis cuerdas suenen de mil maneras distintas, y no siempre como esperaríamos de una guitarra. Steve Wilson, al saxo y flauta, pasó más desapercibido.

Para el final dejaron Spain, precedida de un fragmento del Concierto de Aranjuez, que fue acompañada por un público total y absolutamente entregado a los músicos. Gran velada.


Músicos: Chick Corea (teclados), Steve Gadd (batería), Lionel Loueké (guitarra, voz), Carlitos del Puerto (contrabajo, bajo eléctrico), Luisito Quintero (percusión), Steve Wilson (saxo alto. saxo soprano, flauta)
Lugar: Sala de Cámara del Kursaal. San Seabstián – Asistencia: alrededor de 600 personas

Fotografía de cabecera: Juan G. Andrés.