Ricardo FernándezReseña de Spider-Man: Lejos de Casa
Las tres últimas películas de Spider-Man -las dos de la línea oficial del MCU y la de animación del multiverso- han apostado por potenciar el aspecto adolescente del personaje. Todo un acierto. En un momento en que las películas de superhéroes inundan el calendario de estrenos cinematográficos encontrar la seña de identidad que diferencie al personaje del resto es un punto fundamental. Además, la juventud de Spider-Man, su torpeza incluso, definieron al superhéroe arácnido desde sus comienzos en papel hace casi seis décadas (luego evolucionó y no siempre a mejor) así que tiene sentido volver a apostar por algo que ya se sabe que funcionó. Claro que la sociedad de 1962 -año de nacimiento de Spider-Man- y la de 2019 no se parecen mucho y esa juventud, esa adolescencia, hay que actualizarla. Lo básico no ha cambiado mucho, Peter está enamorado de Mary Jane y abrumado por la responsabilidad; pero las relaciones amorosas si que han cambiado, así como los roles chico/chica (aunque MJ ya era muy moderna entonces), la manera de comunicarse y, por supuesto, la forma de ser y actuar de los adultos.
Tu amigo y vecino Spiderman ha vuelto al barrio
07/08/2017 - Ricardo Fernández8 Reseña de Spider-man: Homecoming Vaya por delante que soy fan de las películas de superhéroes. Desde siempre. En realidad soy fan de los superhéroes. He crecido comprando cada mes un ‘tebeo’ de mis superhéroes favoritos y leyéndolos y releyéndolos hasta que las portadas perdían color de tanto manosearlas. Vamos, que desde hace más de […] Leer más
Con todo esto muy claro, Spider-Man: Lejos de casa tiene dos vertientes: la de la comedia romántica y la del cine de aventuras. Ninguna de las dos sin demasiadas pretensiones más allá del entretenimiento puro y duro. El punto trascendente, sin pasarse, lo pone el recuerdo de Tony Stark (a estas alturas supongo que ya se puede decir que murió en Vengadores: Endgame sin que sea un spoiler para nadie) junto con la losa del aprendizaje y la responsabilidad de sus poderes. Hay pequeños apuntes sobre lo que puede suponer el mal uso de la tecnología y la necesidad de creer en algo de la sociedad, pero esta no es una película que quiera profundizar en eso. La idea es más simple que todo eso: ¿puede Peter Parker disfrutar de sus vacaciones e intentar ligar con MJ sin que tenga que salvar el mundo otra vez? Pero con la naturalidad y la actitud del quinceañero que quiere salir con su cuadrilla y ver a la chica que le gusta pero sus padres le advierten “no puedes salir de casa hasta que recojas la cocina y tu cuarto”. Sólo que el trepamuros tiene deberes algo más peligrosos que no impiden que Lejos de Casa sea una película que busque, sobre todo, la risa y la diversión de un público mayoritariamente adolescente.
Si algo tiene claro Disney es que el carisma de sus intérpretes es algo fundamental para que sus películas funcionen y a Tom Holland el carisma le sobra. Estamos hablando de un gran actor que, además, lo tiene todo para ser una súper estrella, dos conceptos que no siempre van de la mano. De la anterior entrega repiten con nota Marisa Tomei, Jon Favreau y Zendaya, a los que se une Jake Gyllenhaal dando vida a Mysterio, un personaje que en los cómics es uno de los villanos clásicos y que en la película se presenta como aliado y casi una figura paterna para Peter. Un reparto súper solvente que sabe aprovechar sus momentos y sacar partido a su vis cómica. Por su parte, Jon Watts, su director, también aprovecha su oportunidad de lucirse visualmente con las peleas de Spidey y saca partido de las características del villano de turno creando unos mundos de fantasía y ficción muy vistosos sin llegar a alargarse demasiado (resulta doloroso ver cómo se destruyen Venecia o Praga).
Dentro del universo MCU, Spider-Man ha encontrado su sitio: él es el superhéroe más terrenal el de los problemas más mundanos. También es el más adolescente y sus películas están destinadas, precisamente, a un público más adolescente. No se apoya en la nostalgia como Guardianes de la Galaxia, no es tan irreverente como Deadpool, tan místico como El Doctor Extraño, ni libra batallas en otras Galaxias como La Capitana Marvel. Peter Parker es nuestro amigo y vecino Spider-Man.
