Continuamos con el repaso a las estructuras de tiempo en el cine de Christopher Nolan mientras esperamos a ver lo que ha hecho con su nueva película, Tenet. En la entrega anterior hablamos del tiempo hacia atrás de Memento y las líneas temporales paralelas de El truco final. En las películas que nos quedan se introduce una variable nueva: la velocidad del tiempo. Si no habéis leído la primera parte, empezad por ahí:

Christopher Nolan: la ilusión del tiempo

28/05/2020 - Iñaki Ortiz Gascón

Se acerca Tenet, el estreno más esperado del verano. La última película de Christopher Nolan con la que el megalómano cineasta pretende levantar él solito toda la cartelera después de la pandemia. Está por ver que pueda estrenarse ya, como está por ver todo ahora mismo, pero está claro que Nolan, al contrario que Warner, […] Leer más

Vamos a pararnos un momento en El caballero oscuro, a pesar de que como el resto de la saga de Batman, su tiempo es el tradicional. Una de las características más significativas de esta película es el uso de montaje secuencia. Varios hilos sostenidos al mismo tiempo que se van intercalando. Algo que ya apuntaba en el clímax de El truco final y que hemos visto en muchas grandes películas. Por ejemplo, son célebres los montajes secuencia del final de cada entrega de El padrino. Coppola lo ha hecho otras veces, como por ejemplo en Drácula. En El caballero oscuro Nolan va un paso más allá y lo aplica de forma más continuada, lo que hace que un recurso ya de por sí intenso se vuelva agotador (en el buen o en el mal sentido, depende del gusto del espectador). Tampoco es el primero que hace una apuesta tan fuerte, véase Magnolia de Paul Thomas Anderson. Pero a lo que vamos. Podemos representar de forma sencilla un montaje secuencia:

Montaje secuencia

La línea roja sería el avance del tiempo que nos marcaría los momentos de cada línea de acción que corresponden al mismo instante. Si sincronizamos los relojes, será el punto en el que marquen la misma hora. Pero el tiempo de Origen no funciona así.

 

Origen

Cuando los personajes de Origen entran en un sueño el tiempo cambia. El planteamiento de la película parte de que el tiempo en los sueños avanza más rápido y unos pocos minutos del mundo real supone más minutos en el sueño. Así, cada línea de tiempo es mucho mayor que la del nivel superior. Nolan usa de nuevo, y de forma muy intensa, el montaje secuencia. Pero aquí no hay sincronización de relojes que valga, pues el tiempo avanza a ritmos distintos en los diferentes niveles. Sin embargo, sí que hay un tiempo compartido. Si tenemos en cuenta un tiempo t en el nivel 0 (la supuesta realidad), podemos determinar un tiempo t’ en el nivel 1 que es distinto pero que sucede al mismo tiempo. Quedaos con esta idea porque la retomaremos más tarde: el tiempo avanza con ritmo distinto pero sí hay simultaneidad.

Una manera de representar esto y que las líneas puedan ser de diferente longitud pero también paralelas, es curvar las líneas. Como dos atletas corriendo por una pista circular, por pistas paralelas pero que cuanto más externas son tienen más longitud.

Montaje secuencia a diferentes velocidades

Así podemos volver a dibujar la línea roja que intersecta las curvas en puntos que suceden simultáneamente aunque internamente tengan valores distintos. Como curiosidad, el radio de cada curva sería kn donde k sería el factor de multiplicación de cada nivel y n sería el número del nivel (siendo 0 el primer nivel, el nivel de la supuesta realidad).

En el sentido dramático esto tiene ventajas. Para un montaje paralelo siempre resulta interesante poder dilatar o contraer el tiempo para que ocurran más sucesos en la línea que el guionista considere más oportuna. El problema es que suele complicar la sincronización y es fácil que al espectador le resulte tramposo. Aquí ese problema no existe ya que esta particularidad viene dada por la premisa. Por otra parte, aumenta la sensación de viaje hacia lo desconocido, hacia un mundo fantástico. En la medida en que se sumergen en la profundidad del sueño, al vivir un tiempo tan largo, la sensación de estar lejos del hogar es enorme.

Origen tiene puntos en común con El truco final. En ambas, las diferentes líneas narrativas no solo se diferencian por sus particularidades temporales, también son diferentes puntos de vista. Si en la otra eran diarios de diferentes personajes, lo que tenemos aquí el sueño de distintos personajes. Una vez más hablamos de ficciones, relatos, sueños. Y por supuesto, el tema central de la película es la imposibilidad de tener certeza de la realidad fuera de nosotros. Un tema filosófico que nos viene dando quebraderos de cabeza desde la antigua Grecia. Nolan quiere hacernos dudar entre realidad y sueño, retuerce la arquitectura, juega a las figuras de Escher, pero si hay algo que hace quebrar el suelo bajo nuestros pies es la ruptura del tiempo, especialmente en el limbo. El tiempo tal y como lo percibimos es la base de toda nuestra realidad.

 

Interstellar

Nos saltamos El caballero oscuro renace, que no nos aporta nada para lo que nos ocupa.

Hagamos un repaso. Hasta aquí hemos tenido el tiempo marcha atrás, el tiempo en momentos paralelos y el tiempo en niveles paralelos a diferente velocidad. Ahora Nolan necesita dar un salto astronómico. La solución parece evidente: si podemos resumir el planteamiento de la filmografía de Nolan como “el tiempo es relativo”, lo normal es terminar representando precisamente las teorías relativistas. Interstellar no parte de una premisa dramática, no es la adaptación de una novela, no es una idea narrativa. Interstellar es la plasmación de los conceptos de la teoría de la relatividad y sus efectos sobre el espacio-tiempo. En concreto, se sostiene en algunas ideas de uno de los físicos teóricos más importantes de nuestros días, Kip Thorne. Tres años después del estreno le dieron el Nobel por sus trabajos en ondas gravitacionales. Uno de los mayores empeños de la película es ser rigurosa y aunque se toma algunas licencias especulativas bastante osadas, en general cumple bastante bien. Como ejemplo, el trabajo que se hizo para reproducir la imagen del agujero negro incluso sirvió a Thorne para hacer algunas averiguaciones. Viendo la imagen que se consiguió captar hace poco de un agujero negro, lo cierto es que el de la película estaba bastante logrado.

Toda esta base científica le sirve a Nolan para seguir avanzando en su investigación de la narración con tiempo no convencional. El planteamiento es muy similar al de Origen: tenemos varios hilos que se desarrollan en paralelo y en los que el tiempo avanza de un modo distinto. Hay personajes que envejecen mucho más que otros. Lo que viene a ser la conocida paradoja de los gemelos.

Tenemos una diferencia notable con Origen. Antes he dicho que os quedarais con la idea de que, en Origen, a pesar de que la velocidad del tiempo es diferente, existe la simultaneidad. Había un ahora compartido, aunque la velocidad fuera distinta. En Interstellar no existe la simultaneidad. La película se basa firmemente en la física relativista y por tanto en el mundo real, al menos a nivel macroscópico. Y siento daros esta mala noticia pero en el mundo real, la simultaneidad es una ilusión. Es imposible, incorrecto, improcedente, hablar de dos sucesos lejanos en el espacio que sucedan al mismo tiempo. No porque no podamos medirlo sino porque no existe tal concepto. No hay “mismo tiempo”. Todo depende del punto de vista del personaje; perdón, quise decir “del observador”. Dos sucesos que son simultáneos en un marco de referencia no lo son en otro.

El concepto no es nada intuitivo y, por tanto, difícil de plasmar. Sin embargo, Nolan lo consigue con creces. Lo hace llevándonos lejos, haciéndonos experimentar el peso del tiempo en cada parada. Finalmente, con un montaje secuencia que nos contrapone dos lugares astronómicamente distantes del universo, dos vidas separadas. Fuego contra hielo. Estruendo contra silencio. La sensación de desconexión entre ambos momentos es tan palpable que por un momento la idea de que la simultaneidad no existe se vuelve intuitiva. A mi modo de ver, el mayor valor de una película llena de aciertos aunque también de malas decisiones.

La extrema distancia en el espacio-tiempo representada por el contraste entre el fuego y el hielo

Como en los anteriores ejemplos, la realidad depende del observador, de sus circunstancias, de su experiencia, de su momento en el viaje del héroe. Como el relato que se tatúa el protagonista de Memento, como los diarios de El truco final, como los sueños de cada personaje en Origen. El tiempo que viven los protagonistas depende de cómo han interactuado ellos con el universo. Y por encima de todas estas visiones relativas, la certeza de que no hay un tiempo absoluto ni por tanto una percepción colectiva absoluta. Para colmo, la película está rematada con una doble paradoja temporal que, como en Memento, nos hace plantearnos si la causa precede al efecto. Es una doble paradoja porque:

  1. La supervivencia de la humanidad es necesaria para que una civilización futura cree el teseracto, y este es necesario para la supervivencia de la humanidad.
  2. El fantasma con el que interactúa Cooper y que casi le impide partir es su yo del futuro.

Si os interesa que otro día hablemos sobre paradojas temporales dejadlo en los comentarios.

 

Dunkerque

Dunkerque tiene, en esencia, un planteamiento similar a las anteriormente comentadas. Aquí hay tres líneas paralelas que avanzan a diferente velocidad. Se nos cuenta la última semana de los soldados que esperan en tierra, el último día de un barco que se acerca a ayudar en el rescate, y la última hora de un piloto que también está en camino. Contadas en paralelo y confluyendo en un punto hacia el final de la película. Tierra, mar y aire.

Como El truco final, se trata de tres líneas que se inician en diferentes momentos del tiempo, también con puntos de vista diferentes, pues en cada línea seguimos a un personaje. La diferencia con aquella es que estas líneas confluyen al final porque se alcanzan debido a su diferente ritmo. Como en Origen e Interstellar hay diferentes velocidades, que aquí no vienen dadas por ninguna particularidad física de la trama sino que simplemente es una elección formal. Se trata de la velocidad de la narración, nada más. Aunque, en cierto modo, de una manera no física sino narrativa, aquí, como en Interstellar, también influye la velocidad. A pie, en barco y en avión. Cuanto más rápido es el transporte el tiempo cinematográfico va más lento. Una hora de avión equivale a una semana a pie. Esto es algo bastante razonable según los esquemas narrativos tradicionales porque las elipsis son mayores cuando las hitos son menos abundantes. La novedad aquí es que Nolan lo empasta en un solo montaje paralelo.

https://www.reddit.com/r/Dunkirk/comments/6oqgl5/spoilers_i_made_a_little_diagram_depicting_the/

Las líneas convergen en un punto al final y se pueden representar como curvas.

El objetivo de esta estructura es conseguir la misma sensación dramática en las tres líneas. La tensión al mismo nivel aunque tengan duraciones diferentes. Nolan mezcla situaciones compatibles como, por ejemplo, dos ahogamientos, para ofrecer una sensación de continuidad dramática. También hay momentos en los que estas realidades se intersectan. En este caso sí hay simultaneidad. En este sentido de empaste dramático funciona bien, pero quizá es la película en la que el juego temporal es menos derivado de su planteamiento. También creo que hay una diferencia de interés bastante grande entre las tres líneas, pero eso ya forma parte de mi valoración de Dunkerque.

En las otras películas que he analizado aquí, el uso del tiempo nos ofrecía una reflexión sobre la ilusión de la realidad. De hecho, así he querido titular estos dos artículos. En esto Dunkerque tampoco funciona como las otras. Por la misma razón que comentaba antes: su visión del tiempo no viene dada por la trama, es solo formal. Es solo una forma de contar la película. No pone en duda ninguna concepción de nuestra realidad. Aunque sigue teniendo esa idea de hacernos percibir el tiempo de un modo distinto. También habría, como en las otras, una parte de cuestionar el relato. Su comienzo ya nos plantea la propaganda de guerra que expulsa el enemigo. Y el propio motor de la historia tiene mucho que ver con darle la vuelta a una derrota, implicando al pueblo británico. Es una pena que no aborde la substancia de este “relato político” que tan bien casaría con sus planteamientos. Me temo que le puede el fervor patriótico y él mismo es víctima de la propaganda.

Las Variaciones Enigma de Elgar en ‘Dunkerque’

03/08/2017 - Iñaki Ortiz Gascón

Vamos a hablar de la banda sonora de Dunkerque, última colaboración entre Christopher Nolan y Hans Zimmer. Mi valoración ya la expresé en mi crítica; ahora vamos a hablar de otra cosa, la influencia importante de las Variaciones Enigma de Edward Elgar. En Spotify las dos últimas piezas (créditos y anterior) directamente vienen co-firmadas por Elgar. […] Leer más