No es un tema nuevo. Hace tiempo que se viene comentando, pero ayer, en los corrillos cinéfilos de Twitter, volvió a dar que hablar. Javier Ocaña lanzaba este Tweet por la mañana:
En pleno debate sobre las plataformas y su desdén por el arte en favor del simple contenido, a @PrimeVideoES se le ha ocurrido la gran idea de quitar el nombre del director en la ficha de todas sus películas. ¿Hitchcock? ¿Quién es ese? Vergüenza. pic.twitter.com/oGj4q32YMh
— Javier Ocaña (@ocanajavier) February 23, 2021
No es que fuera el tema del día en Twitter pero sí que armó algo de revuelo entre los sospechosos habituales del Twitter Cine. Es verdad que ocurrió ayer, que es una eternidad en Twitter, pero es un tema del que venimos hablando tiempo y más que tendremos que hablar.
"Empieza por H, apellido del director de 'Rebeca', film de 1940 protagonizado por Laurence Olivier y Joan Fontaine." pic.twitter.com/BVx0rrlMqE
— Víctor Esquirol (@VctorEsquirol) February 23, 2021
Sí, otro pasito más en el empeño de las grandes plataformas de enterrar la autoría del director. En este caso, en Prime Video no consideran que sea importante señalar que el director de la excelentísima Rebeca es el mismísimo maestro del suspense y uno de los mejores directores que ha existido en la historia, Sir Alfred Hitchcock. Por supuesto, hay un apartado con más detalles donde puedes consultarlo, a la perezosa distancia de un click. Porque sí, claro que Amazon tiene esta información -como para no tenerla, recordemos que IMDb pertenece a Amazon- simplemente no considera que deba figurar en un lugar principal.
No es nada nuevo. Hace tiempo que venimos poniendo el grito en el cielo porque los carteles indiquen “una película de Netflix” en lugar del nombre del director. Incluso hablamos de ello con Rebordinos, director del festival de San Sebastián, porque hubo varios carteles con esa fórmula. Nos decía esto:
Aunque no nos guste que pusieran “una película de Netflix” en lugar de “una película de Borja Cobeaga”. A mí tampoco me gustó eso, pero bueno, tenía su sentido, sus estrategias. Fijaros los cambios. ¿Vistéis el anuncio de Diecisiete? Ponía bien claro “Una película dirigida por Daniel Sánchez Arévalo” y en pequeñito en el medio de las tres vallas, «una película Netflix» .Ya han cambiado algo. Ellos mismos se van adaptando y van viendo que en estos momentos, con el cine de calidad, les interesa vender a Scorsesse, a Soderbergh. Estos son negocios muy jóvenes, muy jóvenes.
Rebordinos: «Los americanos tienen un problema, hacen siempre la misma película»
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Quizá hayan cambiado algo, como decía él, cuando les interesa por comunicación, pero al igual que Amazon, ellos tampoco indican el título del director en la vista principal de la ficha. Eso sí, si hay que vender El Irlandés mencionan a Scorsese en la descripción. Pero como dato en la ficha no está.
Es significativo que Scorsese esté en la descripción y no en la ficha. Representa muy bien la situación. Esa película ha sido creada no porque en Netflix creyeran que Scorsese, como gran cineasta que es, les iba a hacer una buena película. Ese proyecto se ha hecho realidad solo porque la compañía tiene interés en promocionar el nombre de Scorsese. Por eso está en la descripción, porque lo que les interesa es vender la idea de que en la plataforma hay películas con buenos directores. Y por eso no está en la ficha, porque la calidad de la película les da igual, como sea y quien la haya dirigido. Por eso ellos, al contrario que otras productoras, sí estaban dispuestos a pagar el carísimo capricho digital del director. Porque no van a entrar a valorar si la calidad de la película mejora lo suficiente como para pagar ese exceso. Se trata solo de cuánto están dispuestos a pagar por la promoción “Scorsese en un original de Neflix”. Podría haberles entregado 3h y media de pantalla en negro y valdría igual siempre que puedan decir que han producido a uno de los grandes.
No es, como digo, una situación nueva, más allá de si la distribución de la ficha de Prime Video ha cambiado o no recientemente, pero sí que es una práctica preocupante. Por supuesto, no es algo achacable a todas las plataformas, igual que no todos los youtubers se van a Andorra. Ahí tenemos el siempre buen ejemplo de Filmin que señala en letras grandes y prioritarias el nombre del autor, además de las listas específicas y cuidadas que pueden hacer sobre algunos determinados cineastas.
Claro, seguramente la diferencia es que ellos pueden presumir de autores más que otros. Así, una plataforma que cabría esperar muy minoritaria, está ocupando un espacio real entre las grandes, sin su enorme capacidad publicitaria. Filmin sigue creciendo cada día.
Fuente: https://www.businessinsider.es/netflix-duplica-usuarios-hbo-prime-video-pisa-talones-750391
El algoritmo no es excusa
Yo no estoy en contra del denostado algoritmo per se. Me parece muy razonable que apliquemos la minería de datos para que el usuario obtenga recomendaciones personalizadas y descubra títulos a los que de otra manera no llegaría. Otra cosa es que el algoritmo sea un sustitutivo del conocimiento. Porque, por ejemplo, Spotify puede recomendarte música o indicar artistas similares a través de automatismos de minería de datos, pero siempre te va a mostrar de forma clara quiénes son estos artistas que te está recomendando. De esta manera, el usuario aprende, va formando un criterio, va sabiendo qué artistas le gustan y cuáles no, incluso cuáles aún no tiene muy claro si son de su gusto y quizá les dé otra oportunidad.
¿Algoritmo? Claro, estamos en 2021, lo lógico es usar todas las herramientas que nos ofrece la tecnología, pero eso no significa tratarnos como unos bebés pasivos que ven cómo se acerca una papilla de vaya usted a saber qué ingredientes. Dependiendo de si lloramos o reímos, recibiremos más de eso o de otra cosa. El algoritmo no es excusa para que no haya un trabajo humano de curaduría. Hacer listas con recomendaciones, promocionar a los artistas. Que un chaval que disfruta viendo una de Indiana Jones, sepa, para la próxima, que es de un tal Spielberg. Compartir conocimiento, no solo contenidos.
No diga cine, diga “contenidos”
Hace unos días Scorsese volvía a poner el dedo en la llaga y hacía especial mención a esa obsesión de las plataformas por hablar en genérico de “contenidos”.
El arte del cine está siendo sistemáticamente devaluado, marginado, degradado y reducido a su mínimo común denominador: el ‘contenido’
Ya hace un tiempo, David Fincher ironizaba sobre el concepto de «contenido» en relación a su contrato con Netflix.
Estoy aquí para entregarles ‘contenido’, sea lo que sea que signifique esa palabra, que pueda atraerlos a los espectadores, en mi pequeña esfera de influencia.
(La entrevista original en francés)
Lo cierto es que los dos han trabajado con dinero de Netflix. Estas plataformas hablan de contenidos, porque realmente solo tienen interés en rellenar su catálogo con “algo”, lo que sea, que mantenga a los usuarios pagando la mensualidad. Una película, un telefilm (ahora lo llaman “originals”), una serie o un monólogo de Dani Rovira. Netflix es la nueva tele, y se trata de rellenar. No tiene nada de malo, el espacio de la tele lo empieza a ocupar Netflix como lo empieza a ocupar Twitch. El problema es que Netflix o Amazon tienen un pie en el ocio televisivo y otro en la producción y exhibición cinematográfica. Tienen una ambición de querer ser algo más y eso hace que a veces algunas películas importantes sean de su propiedad. Es preocupante que las traten simplemente como contenidos, que las devaluen, que las conviertan en mercancía. Un ejemplo anecdótico, o no tanto, de la situación es que se vaya a editar un pack en DVD con todas las películas de un cineasta pero falte justo la que es propiedad de Netflix:
Pack Bong Joon-ho en Reino Unido, con todos sus largometrajes excepto #Okja
La ilustración es? pic.twitter.com/gwfyIDjNsj— CineAsia Online (@cineasia_online) February 23, 2021
La situación recuerda bastante al block booking de los años 40. De esto ya hemos hablado anteriormente. Los estudios vendiendo películas al peso. No importaba quien las dirigiera. Póngame kilo y medio de westerns. Los cines tenían que comprar el pack y comerse lo que hubiera. Ahora pasa un poco lo mismo. Contratas la plataforma que más te convenga y te dedicas a hurgar entre el relleno para encontrar algo decente.
Si Netflix y Prime Video no señalan el director es porque no quieren. Sus portales están bien pensados en función de sus intereses. Y hay que plantearse por qué no les interesa ponerlo, o mejor dicho, por qué les interesa obviarlo. Seguramente es más fácil para el continuo fluir de contenidos, que no sepamos demasiado sobre el autor, dado que en gran parte del catálogo, el autor no es un punto a favor. Es mejor no dar herramientas para que el espectador crezca porque si crece, es probable que la plataforma se le quede pequeña. Es mejor que el espectador no distinga el grano de la paja. El objetivo es que salte constantemente de un contenido a otro. Cuenta atrás para el siguiente capítulo, atracón de una serie antes de que te des cuenta de que tampoco te interesa demasiado. Empieza a ver rápidamente esta película que te mostramos en el índice. No importa si la dejas a los 20 minutos, tenemos otro contenido para ti y contaremos los dos como dos visionados. Consumo compulsivo.
Está pasando un poco lo mismo en Youtube, donde los creadores de contenido están bastante irritados por los cambios en el algoritmo que se produjeron en verano. En resumen, sería más aleatoriedad a la hora de proponer vídeos y por tanto, una mezcla más homogénea entre contenidos de calidad -entiéndase por calidad el valor que le pueda dar cada cual a cada autor de youtube- y contenidos de relleno. Se trata de que el usuario vea la mayor cantidad de vídeos posible para que puedan aparecer suficientes anuncios.
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El autor también olvidado en la pantalla grande
Nadie sabe quiénes son los Russo y son los directores de Vengadores: Endgame, uno de los mayores taquillazos de la historia. Y no solo no hemos oído hablar de ellos, es que a nadie le importa quiénes son, ni siquiera después de oír su nombre. No interesa cuál será su próxima película. Interesa cuál será la próxima película de Marvel. La marca, la productora, la plataforma. Todo está por encima del autor. Y en parte es así porque esa película no habría sido muy diferente si la hubiera dirigido cualquier otro. Como en las series, donde tampoco es el director el nombre importante, en esta y otras superproducciones está todo tan atado que el director solo tiene que hacer un trabajo correcto de oficio, muy controlado.
Con este percal, tiene algo de sentido que Disney quiera pasarse al streaming por completo. Si le sale las cuentas lo hará. Por mucho que se nos venda que la pantalla grande está para ver espectáculos pirotécnicos, no es verdad. La pantalla grande es para ver cine, cine apasionante, cine del que se queda en la retina. Para todas esas películas creadas por un comité de marketing, quizá no es tan descabellado derivarlas a la pequeña pantalla. No hará falta poner a los hermanos Russo en la ficha técnica.