Crónicas desde el Festival de cine de San Sebastián
Con las tres películas de hoy completamos todos los títulos a concurso en el Festival. Queda la serie de Amenabar (que no veré en un festival de cine) y Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón, que clausurará fuera de concurso y comentaremos por aquí antes.
Los ojos de Tammy Faye
Los ojos de Tammy Faye, la última película del director de La gran enfermedad del amor es uno de esos proyectos que parecen preparados para lograr un Oscar a mejor actor o actriz. En este caso para Jessica Chastain, una magnífica actriz que logra mejorar cualquier película solo con su presencia, pero que no hay sabido elegir bien sus papeles en los últimos años. Para esta película se ha puesto prótesis, ha imitado la voz y los gestos de una persona famosa (por lo menos en Estados Unidos) y ha mostrado que, además de una estupenda actriz, también sabe cantar.
Para poder mostrar todo su catálogo de virtudes Jessica Chastain ha escogido una película que gira en torno a su personaje, el de Tammy Faye. La historia de Tammy Faye Bakker y su marido Jim Bakker no es muy conocida en estas latitudes; pero fue un auténtico bombazo al otro lado del charco. Tammy Faye y Jim eran conocidos como los Barbie y Ken de los telepredicadores y construyeron un imperio que llegó a facturar más de 120 millones de dólares al año. Por supuesto luego llegó la caída y eso es lo que recoge la película, el ascenso y caída de estas dos celebridades. En un tono amable, sin adentrarse demasiado en el drama y teñido de ciertos momentos que oscilan entre la parodia y la recreación fiel de un cierto tipo de personajes que pueden resultar ridículos a nuestros ojos.
Por el camino la película irá mostrando las diferentes capas de Tammy Faye, desde sus orígenes a sus miedos pasando por sus contradicciones y adicciones. Nada demasiado profundo y muy en la línea de lo que se espera de estos relatos. Su personaje es un caramelo de excentricidades y terrenos grises que Jessica Chastain degusta y aprovecha a pesar de las prótesis que deforman su cara mucho más allá de la parodia. Sin embargo su marido Jim queda muy difuso, apenas bocetado y la interpretación de Andrew Garfield tampoco ayuda a darle cuerpo.
El último tramo de la película, el que corresponde a la vida de Tammy Faye después de la caída, es el único que ofrece algo más allá del tratamiento típico de la historia de ascenso caída y redención. En el que Jessica Chastain puede volar más libre también, alejada de los tics reales de un personaje excesivo, y con un final que conecta la película con el espíritu de la sociedad americana.
La abuela
La abuela, la esperadísima nueva película de Paco Plaza con guion de Carlos Vermut, por fin se ha estrenado en San Sebastián. Curiosamente está protagonizada por Almudena Amor, una actriz hasta hace una semana desconocida ya que solo ha participado en dos películas: El buen patrón y La abuela, las dos vistas en esta edición del Festival de San Sebastián.
La abuela es una película de terror que gira en torno al concepto de envejecer. No solo uno mismo, también a la dureza que supone que envejezca tu familia, tanto el dolor personal como los trastornos cotidianos. Se nota la mano de Vermut en el guion, en el ritmo, en los diálogos; pero no en la originalidad. No hay sorpresas, no hay giros, lo que va a pasar lo anuncian desde la primera escena y la tensión es más por saber lo que va a llegar que porque no sepamos de dónde viene el peligro. Paco Plaza rueda con un estilazo espectacular que bebe bastante del giallo, impecable, aunque quizá más centrado en potenciar la atmósfera de terror que en el drama familiar y personal, aunque como la historia es tan evidente, el terror no es excesivo. Quizá se quede a medio camino de las dos opciones, pero en cualquier caso es una película con suficientes argumentos como para ir a verla al cine.
Aquí os dejo con la crítica a fondo de Iñaki
La abuela: para verte mejor
23/09/2021 - Iñaki Ortiz Gascón6.5 Paco Plaza vuelve a utilizar el mismo mecanismo de Verónica: tomar un drama personal, familiar, y convertirlo en una historia de terror. Por otra parte, es un recurso muy habitual en el género, con más o menos explicitud. Más allá de los sustos, las puertas chirriantes y la magia negra, o que tenemos aquí […] Leer más
Quién lo impide
El universo de Jonás Trueba está muy definido. Lo conocemos a través de sus películas y sus entrevistas. A veces parece que su vida transcurre en una película de la nouvelle vague. Este proyecto, que nació hace cinco años y que pudimos ver parcialmente en Tabakalera hace dos, trata de ser un retrato de la juventud de hoy en día. O quizá solo de un pequeño tipo de juventud que, sospecho, se parece más a la juventud de Jonás Trueba que a la de la mayoría de jóvenes de hoy en día. Por poner un ejemplo: estos jóvenes no perrean, ni escuchan trap. Pero si tocan la guitarra, llevan camisetas de Joy Division y ven películas Rita Azevedo Gomes en la filmoteca.
Aceptando eso como premisa, Quién lo impide tiene momentos brillantes, sobre todo en su segunda parte y otros muchos que sobran, sobre todo en la tercera. Lo de las partes no es un decir, es literal. La película tiene dos intermedios y tres partes. Luego cada parte está dividida en capítulos. Jonás Trueba juega con la ficción y la no ficción, alterna escenas en la que los jóvenes hablan con él con otras en las que interpretan historias de ficción. Este juego de ficción y realidad, tan complicado, en ocasiones es muy satisfactorio, en otras resulta algo confuso. El paso del tiempo, verles cambiar físicamente e incluso reaccionar a grabaciones propias anteriores también regala grandes momentos, sin embargo la duración de la película es a todas luces excesiva. Es como si en la película estuvieran muy marcadas a la vez los pros y las contras de cada decisión. Cada espectador verá que lado de la balanza le pesa más.
Quién lo impide, que toma su nombre de una canción de Rafael Berrio, es un proyecto ambicioso, quizá algo difuso, que igual necesitaba otro formato que permitiera más material o un recorte mayor para ser una película. Supongo que cuando llevas tanto tiempo con un proyecto, con la misma gente, sin tener claro qué es lo que pretendes hacer con ese material es complicado descartar material y es fácil perder la perspectiva. Interesante, pero imperfecto.
El videoblog de Iñaki
En el videoblog de hoy Iñaki habla sobre hacerse mayor, un tema que aparece tanto en La abuela de Paco Plaza como en Vortex de Gaspar Noe.