Venecia 2022: Almas en pena en Inisherin, de Martin McDonagh
Tras su periplo estadounidense rematado con sendos Oscar para Frances McDormand y Sam Rockwell por sus interpretaciones en Tres anuncios en las afueras, el londinense Martin McDonagh vuelve a Europa, esta vez a Irlanda, en compañía de la pareja protagonista de su ópera prima, Escondidos en Brujas, Colin Farrell y Brendan Gleeson, magníficos ambos.
Inisherin es una pequeña isla al lado de Irlanda. Una pequeña comunidad en la que la vida transcurre al margen del resto del mundo. Estamos a principios del siglo XX y aunque de vez en cuando lleguen los sonidos de las explosiones de la guerra civil que se libra justo al otro lado de la franja de agua que la separa de Irlanda, eso son cosas que no les afectan. Una comunidad que McDonagh presenta de forma ágil y divertida en el arranque del film: la hermana de Padraig, el propietario del club, el policía, su hijo, el cura, una anciana misteriosa que actúa cual oráculo, el perro de Colm, el burrito de Padraig… todos ellos perfectamente interpretados por un reparto irreprochable.
Almas en pena en Inisherin habla de una amistad. O más precisamente del final de una amistad. La de Padraig (Colin Farrell) y la de Colm (Brendan Gleeson). De repente este último ha dejado de hablar al primero. Un día decide dejar de acudir a su cita diaria en el pub local para tomar unas pintas y hablar de sus cosas. Este hecho generará un efecto dominó en toda la comunidad que se verá más afectada por este hecho que por la guerra civil que decidirá el futuro de su país.
Padraig es sencillo, un poco simple y feliz con su vida sin complicaciones. Colm es más mayor, violinista aficionado y cumplidos los 60 le han entrado las urgencias por aprovechar el tiempo de vida que le queda. No puede perder el tiempo. Debe crear su legado. Y en sus planes le molesta Padraig.
Almas en pena en Inisherin es un film en continuo movimiento. Sobre todo siguiendo a Padraig por su deambular por la isla intentando encontrar un nuevo sentido a su vida. Por los espectaculares paisajes de la isla, al lado del mar bravío, bajo el cielo gris, por los prados verdes y entre vallados de piedra. Y como es norma en el cine de Martin McDonagh está lleno de ingenio y de humor. Con un tono ligero y jocoso. Aunque a medida que avance la película se vaya volviendo más oscura en una escalada paulatina de agresiones cada vez más agresiva y violenta. Por muy idílico que parezca Inisherin, ésta es una película de Martin McDonagh. Porque en el trasfondo y generalmente fuera de campo ocurren cosas terribles. Y la comedia casi blanca del inicio se acaba convirtiendo en algo muy negro.