Zinemaldia 2022: Il Boemo de Petr Václav
El director checo Petr Václav compite por primera vez en San Sebastián con un biopic de un compositor de finales del S.XVIII, también checo, llamado Josef Mysliveček, aunque como el apellido era difícl de pronunciar para los italianos le tradujeron el nombre a Giuseppe Venatorini o, más frecuentemente, se referían a él por su apodo, Il Boemo.
Josef Mysliveček vivió justo antes de que los compositores se convirtieran en estrellas y se colocaran en el mismo escalafón que los intérpretes. Un buen compositor era muy apreciado y bien pagado, lo mismo que un buen pintor, pero no dejaban de ser una especie de artesanos mucho peor valorados y pagados que las sopranos o los tenores. Por eso tantos compositores hoy célebres murieron en la pobreza, como Wolfgang Amadeus Mozart, con quien Mysliveček tuvo cierta relación cuándo el primero comenzaba su meteórica carrera. De hecho escribió «Mysliveček fue un hombre cuya presencia provocaba un gran respeto en todos los músicos de las cortes reales. ¡Cómo pudimos haber tenido tan poca cautela y dejado a Mysliveček caer en la ruina! ¡Si era tan cercano a nosotros!«.
La película de Il Boemo, candidata de Chequia para el Oscar, se centra en esta lucha para triunfar y es el típico relato de ascenso y caída de un artista que se olvida de sus orígenes y motivaciones cegado por el éxito y en sus peores momentos recuerda que le impulsó a ser artista. Una película de época que nos lleva por los palacios y teatros de Italia y de Centroeuropa. Fastusosos salones, alambicados carruajes, complejos trajes con telas de raso y máscaras venecianas en las intrigas palaciegas.
También mujeres, muchas mujeres, que a veces usan a Mysliveček y a veces son usadas por Mysliveček en los complicados juegos de ascenso, apariencias y negociaciones. La mujer como objeto de deseo, como musa e inspiración y, también, como símbolo de la tentación y, finalmente, del pecado ya que Mysliveček padece sífilis que le desfigura totalmente la cara. También como portadora de la redención, y la penitencia, pues es el amor verdadero el que le sirve al músico para recuperar la vocación y recordar cuál es la auténtica motivación para escribir música. Cuál es la diferencia entre el artesano y el artista.
No solo el relato tiene una estructura clásica y unos referentes igual de clásicos, también la puesta en escena sigue esos derroteros. Rodada con buena factura técnica, Il Boemo tiene un buen diseño de producción y una factura sólida. Sin nada que destaque por brillante, pero tampoco por deficiente (aunque un actor con más carisma que Vojtech Dyk hubiera hecho más creíble las pasiones que levantaba Il Divo entre las mujeres). La música, seguramente, sea el mayor atractivo para los amantes de ese periodo musical porque, además, quizá les sirva para conocer a un músico que fue importante en su momento, con el que Mozart fue comparado en sus inicios, pero no excesivamente conocido en nuestros días y de quién no se han grabado, por lo visto, muchas piezas.