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Un hombre muere y resucita. Cambia de personaje. Muere de nuevo. Es un extra de cine. Dos curvas catenarias nos llevan de ese mundo de ficción a un trabajo tranquilo en un teleférico. Le explicará a un compañero que con el sueldo de extra no es suficiente y que necesita este para vivir. Además, le gusta la sensación de flotar. Aquí tenemos ya dos claves. Flotar, estar desconectado, escapar de tierra firme. Y por otro lado, podríamos entender que el trabajo de extra es más por placer que por dinero. ¿Por qué este hombre quiere vivir las vidas de otros? ¿Qué es lo que hace que esos fragmentos de vida que se inician con acción y terminan con un corten no sean reales? Y lo más importante, ¿por qué no es el protagonista de su propia vida? Muchas preguntas interesantes en esta ópera prima escrita, dirigida y montada (las tres fases clave) a seis manos por tres cineastas japoneses: Masahiko Sato, Yataro Seki, Kentaro Hirase.

Roleless habla sobre una persona huyendo de su propia vida pero también reflexiona sobre lo que conforma nuestra identidad. El personaje va tomando papeles en situaciones fugaces. Lo que determina su realidad en ese momento es la información de la escena y lo que se espera de él en los siguientes minutos. No es demasiado distinto a la situación de un amnésico al que le van indicando las claves de su pasado, cuál es su rol en el mundo. Con esta comparativa la película consigue hacernos reflexionar sobre qué es lo que nos hace ser nosotros mismos y qué es lo que convierte a la situación que vivimos en algo real. En gran parte es la memoria. En el artículo sobre Christopher Nolan y la flecha del tiempo hablaba sobre como la memoria es un elemento esencial de nuestra construcción de la continuidad. Nuestra manera de darle sentido a todo. Cada vez que el director grita acción, el actor podría ser un amnésico despertando en esta ficción. Esta doble premisa, entre el problema de memoria y las pequeñas vidas ficticias, nos deja un personaje extremadamente prisionero del presente, como el de Memento. Y no hay razón para que esas escenas de ficción sean menos reales que la vida, si solo se vive el presente, de forma extrema. Si no existe lo anterior al “acción” y no lo siguiente al “corten”. Sobre todo si no queremos que exista.

Los directores juegan muy bien con esta dualidad de la realidad y la ficción, mezclando ambas, sin mostrar las cámaras, sin respetar los cortes, como si estuviéramos viendo algo más parecido al resultado final que a la rutina entrecortada de un rodaje. El personaje corre de un plano a otro, como si el rodaje se construyese en tiempo real. Con esto se consigue también enfatizar en el vacío de su propia vida, como cuando tiene una escena de pareja frente al lavabo hasta que se corta y ya no hay nada. Funciona especialmente bien la escena en que los dos extras hablan sobre el reloj del protagonista: cómo cambiar la actitud, cómo se construye de la nada una falsa amistad que dura un minuto, por exigencias del guión. Y es que eso es lo que quiere nuestro antihéroe, abandonar el control de una vida que no le está funcionando, para participar en otra de la que no es protagonista, para hacer lo que toque, por exigencias del guión.

Añadido a todo esto hay una trama de misterio familiar, de ir descubriendo lo que ocurrió en el pasado, que podría haber servido para otra película entera. Quizá es algo excesiva la condensación de temas, en una película de hora y media que además tiene un ritmo relajado. En cualquier caso, los directores demuestran una elegante capacidad de sorprender de forma visual al tiempo que conectan ideas para provocar reflexiones emocionales y filosóficas. El espectador puede optar por pensar sobre los ladrillos de la identidad y la realidad, o puede reflexionar sobre la rutina, sobre asumir el pasado, sobre sentirse un personaje secundario en su propia vida. O por ambas. Lo mismo que pasaba en La montaña, también en este festival, que tenía lecturas a varios niveles. O también puede el espectador obviar ambas y quedarse con un drama que tiene intriga. Muy bien, veremos la segunda película.

Miyamatsu to Yamashita (Roleless)

Media Flipesci:
7
Título original:
Director:
Masahiko Sato, Yutaro Seki, Kentaro Hirase
Actores:
Teruyuki Kagawa, Noriko Nakagoshi, Kanji Tsuda