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Reseña de Isla de Perros

Isla de perros es una película de Wes Anderson. Esta sencilla frase ya ofrece un montón de información porque Wes Anderson es un cineasta con talento que se apropia de todo lo que toca y lo hace fácilmente identificable como suyo propio. Que una película sea de Wes Anderson quiere decir, entre otras cosas, que vamos a encontrarnos con una paleta de colores pastel; que la banda sonora va a parecer sacada de una caja de música; que van a abundar los planos montados con una simetría obsesiva; que la cámara se moverá en travelling a menudo y habrá algún plano cenital totalmente paralelo al suelo; que un personaje femenino y de desbordante carácter va a tener un papel relevante; que habrá una historia de amor imposible; que el atrezzo tendrá un cierto regusto vintage; que el humor transitará entre lo absurdo, lo ácido y lo naif. Sin embargo, a pesar de tener un estilo tan marcado y tan repetido en su filmografía, Wes Anderson consigue no repetirse, no caer en el cine de fórmula, no dar la sensación de estar buscando sólo la satisfacción de los fans. El cine de Wes Anderson sigue pareciendo auténtico.

¿Por qué? Seguramente porque lo sea, claro. También porque Wes Anderson, dentro de la repetición de elementos comunes, va cambiando el tono y evolucionando. Quizá su evolución se ciña mayormente a un perfeccionamiento de sus características (da la sensación de que cada vez es más meticuloso), pero no hay que desdeñar las influencias externas. Influencias que acaban siendo fagocitadas por la personalidad de Anderson, pero que dejan su regusto en el resultado final, como las especias y la guarnición en una receta de cocina, el ingrediente principal puede ser un solomillo, pero depende de cómo lo sazones o de qué lo acompañes el resultado puede variar muchísimo. Wes Anderson es el solomillo; pero lo podemos servir, como en su anterior película Gran Hotel Budapest, al estilo centroeuropeo con un leve toque de Stephan Zweig o, como en esta ocasión, al estilo oriental con salpicones de Kurosawa.

Para marcar más la diferencia en esta ocasión el director texano ha rodado en Isla de perros una película de animación, de stop-motion en concreto. Aunque, para ser sinceros, la animación está tan presente en el resto de su filmografía, de manera más o menos obvia, y su manera de afrontar el cine de animación está tan cerca de la manera que rueda el cine interpretado por personajes de carne y hueso, que la frontera entre los dos estilos empieza a ser muy difusa. Wes Anderson planifica de la misma manera si graba a una marioneta que si graba a Bill Murray. Simplemente parece que, con su amor por lo vintage, prefiere técnicas de animación a modernos efectos especiales digitales. Así que si tiene que hacer una película protagonizada por perros, no le queda más remedio que rodarla de stop-motion. Sobre la animación en el cine de Wes Anderson se ha extendido Iñaki en este recomendable artículo.

La animación en el cine de Wes Anderson

23/04/2018 - Iñaki Ortiz Gascón

Como ya sabéis, Wes Anderson tiene ya dos películas de animación. De stop motion, en concreto. Pero hay más animación en su cine y quiero dar un breve repaso. Es llamativo que también en la animación, el sello estético de Wes Anderson es muy claro. Sin embargo, como veréis, en sus trabajos de animación ha […] Leer más

Así, como decía, Isla de perros es una película al estilo oriental. Y a Wes Anderson le sienta fenomenal el toque oriental… o al estilo oriental le sientan fenomenal las maneras de Wes Anderson. No sabría decir, el caso es que la conjunción de las dos cosas da como resultado una película deliciosa en todos los sentidos. La música de Desplat (exquisita tras varias películas en las que me daba la impresión de componer con el piloto automático puesto) combina perfectamente con el ritmo y la percusión japonesa; la simetría, la paleta de colores y la luz plana propia de Wes Anderson parecen haber nacido para ser representadas en un grabado de Hokusai; el humor de sus chistes encaja perfectamente si lo recitas a modo de haiku. Es algo tan evidente que parece mentira que no hubiese pasado antes.

Técnicamente hay poco que reprochar a la película. El stop-motion alcanza unas cotas de perfección que yo no recuerdo. En ciertos momentos se combina con animación clásica en 2D de una manera absolutamente natural y fluida. Los subtítulos no se sobreimprimen de cualquier manera, el director ha dado órdenes precisas de cómo se han de proyectar para que no se rompa la simetría visual y no se tape ninguna imagen que él considere importante. El casting de voces es perfecto, brillando de manera especial una más que sexy Scarlett Johanson (que ya nos enamoró en Her) y un entre orgulloso y resignado Bryan Cranston. Por cierto, la decisión de mezclar inglés (o castellano en la desaconsejable versión doblada) con japonés es tan arriesgada como fantástica y encaja como un guante en el guión.

Sin embargo, a pesar de lo extravagante de la propuesta (una película de stop-motion protagonizada por perros, con diálogos en japonés que no se subtitulan y no siempre se traducen literalmente y que mezcla el estilo de Wes Anderson con el estilo oriental), Isla de perros es una película totalmente pegada a la realidad. Quizá, una de las más pegadas al presente de su filmografía. Tampoco es de extrañar, otra de las características de Wes Anderson es que sus películas parecen cuentos y los cuentos no dejan de ser advertencias para niños sobre los peligros del mundo real. Isla de perros no es tan diferente a un resumen de los más destacada de la semana en la vida real: Políticos populistas mintiendo sobre un colectivo al que echan la culpa de todo y una población encolerizada dispuesta a creérselo y echarle la culpa a quienes eran sus amigos mientras los destierran al otro lado de la frontera mientras los grandes medios de comunicación se muestran dóciles y serviles con el poder. En el otro lado una pandilla de perros macho-alfa se llaman Rex (Rey), King (Rey), Duke (Duque) y Boss (Jefe) y ahora que ya no viven en sus familias de clase alta lo añoran y sólo piensan en volver a su estatus anterior y siempre deciden, de manera muy democrática, como es el perro callejero de la manada quién tiene que sacrificarse y hacer el trabajo sucio por ellos. ¿Os suena raro eso? ¿Y os suena raro que esta confluencia de machos alfa se meta en un lío de tanto simular votaciones para decidir cada movimiento? Wes Anderson no da puntada sin hilo.

Como decía al empezar, Isla de perros es una película de Wes Anderson. Si a estas alturas su cine no te ha cautivado, no lo va a hacer ahora. Si al contrario eres fan, vas a encontrar razones para seguir siéndolo. Si aún no conoces a uno de los directores más importantes de su generación ¿a qué estás esperando para ver la película y alinearte en un bando?

Isla de perros

Media Flipesci:
7.8
Título original:
Isle of Dogs
Director:
Wes Anderson
Actores:
Voces: Bryan Cranston, Koyu Rankin, Edward Norton, Liev Schreiber, Greta Gerwig, Bill Murray, Jeff Goldblum, Scarlett Johansson, Tilda Swinton, Harvey Keitel, Frances McDormand, Yoko Ono, Ken Watanabe
Fecha de estreno:
20/04/2018