A diferencia de la primera temporada, en esta segunda entrega solo ha habido ocho cortos en “Love, Death & Robots”. Sin duda, un acierto, pues entre los 18 cortos de la primera entrega había bastante relleno, mucha historia de monstruos persiguiendo a gente. De hecho, cuando hablé por aquí de la primera temporada, lo hice solo sobre los que me parecieron más interesantes. Esta vez los más flojos tienen ya un cierto nivel, mientras que los mejores están más o menos al nivel de los mejores de la primera temporada. No solo ha habido un recorte de cantidad sino también una buena selección de calidad.

Los 4 cortos imprescindibles de ‘Love, Death & Robots’

07/04/2019 - Iñaki Ortiz Gascón

Vi los 18 cortos de Love, Death & Robots nada más salir. Lo estaba deseando: ciencia ficción, una serie de David Fincher. Me imaginaba una experiencia similar a cuando salieron los estupendos cortos de animación de Animatrix, con cierta profundidad en temas de ciencia ficción. Estaba deseoso no solo de verlos sino de escribir un […] Leer más

Tim Miller es el creador de la serie. Tanto en la primera temporada como en esta el director de Deadpool se ha reservado un capítulo para él mismo. Miller es también uno de los fundadores de Blur Studio, un estudio de animación que es responsable de algunos  capítulos. Ya en la temporada pasada era el estudio que más capítulos tenía, pero este año la proporción es mucho mayor: tiene tres capítulos en vez de cuatro pero sobre un número total mucho menor. Y este año es el único estudio que repite. A lo que quiero llegar con esto es que las características de Blur Studio este año pesan más sobre el conjunto. Básicamente tiene una animación de estilo muy realista, en ocasiones asombrosamente fotorrealista, alejada de otros estilos más libres. Blur Studio se dedica a hacer animaciones 3D para películas de imagen real o para videojuegos, por lo que varios de los cortos de esta temporada tienen ese toque de videojuego de última generación. Muy realista, muy buena factura, aunque algo conservador.

Sin más preámbulos, vamos los episodios, que ordenaré según mis preferencias, de peor a mejor:

8- Servicio al cliente automatizado

Episodio 1

En mi opinión, el corto menos interesante de la temporada, a pesar de ser el que inaugura y suele servir de portada al conjunto. También es verdad que es más atractivo como imagen que como contenido. En el guión repite John Scalzi, que ya escribió el corto de los tres robots en la primera temporada. Como en aquel caso, tira de una serie de clichés facilones de historietas de robots para llegar a un resultado ligero, con guasa y fardón, que es ideal para un trailer porque promete más de lo que da. Otra vez una rebelión de las máquinas, con una vaga crítica a la domótica y, en general, a nuestra dependencia de la tecnología, que está bastante sobadita. Con acción divertida y un toque gamberrillo. Es a Pixar lo que Pepsi a Coca-Cola.

Ahora bien, no deja de ser un guión entretenido y, a diferencia de su corto del año pasado, este tiene una estética mucho más llamativa. De esto tiene la culpa el colectivo francés Meat Dept (Kevin Dan Ver Meiren, David Nicolas, Laurent Nicolas). ¿Quién es esta gente? Pues hace poco han presentado un corto en Sundace, Agujeros negros, que veréis que comparte ese gusto por los objetos realistas y los caretos estrambóticos. Digo que lo veréis porque tenéis la suerte de que está en Youtube.  Y también han hecho un videoclip estupendo para Mr. Oizo (Quentin Dupieux, para los cinéfilos) que también está en Youtube:

En definitiva, la animación compensa un guión que de otro modo pasaría muy desapercibido. Si este es el peor corto de esta temporada no está mal el nivel.

 

7- Por toda la casa

Episodio 6

Una pequeña tontería que no va muy lejos. Un corto de terror navideño que haría las delicias de Tim Burton. Es con diferencia el más corto de todos los episidios. 7 minutos frente a los 11-18 que rondan el resto.  Se acaba antes de que le puedas sacar pegas, algo que no se puede decir de muchas películas actuales. Una idea sencilla, no demasiado original, en la línea del corto Rare Exports Inc. con un toque de Pesadilla antes de Navidad. El director, Elliot Dear, ya había hecho algún corto navideño para BBC. Ni deja poso ni molesta.

 

6- Cobijo

Episodio 7

Cobijo es la adaptación de un relato del prolífico Harllan Ellison, un autor con muchos premios de ciencia ficción, que también escribió para Star Trek y que es el autor de No tengo boca pero quiero gritar (tanto el relato como el videojuego de los 90). La verdad es que tampoco es que aquí destaque por la historia. Es un corto de situación, de acción de terror que tiene mucho de pesadilla. Un viajero espacial se refugia de una batalla en una cápsula de supervivencia y allí tiene a su peor enemigo.

En realidad, el planteamiento básico no es muy distinto de Servicio al cliente automatizado: un robot que funciona mal y se vuelve contra el humano. La diferencia es que este respira ciencia ficción y terror. Solo las primeras imágenes de la batalla ya son evocadoras. El entorno de supervivencia, las imágenes de pesadilla claustrofóbica. Y está planteado de una manera sencilla y directa. Es uno de los episodios de Blur Studio, y es un ejemplo claro de animación realista, cercana a los videojuegos. Miller, que como ya he dicho es fundador de Blur Studio además del creador de la serie, ha elegido para la dirección a alguien de confianza, Alex Beaty, que trabajó en el apartado de animación de su Deadpool.

 

5- Nieve en el desierto

Episodio 4

De todos los cortos de este año quizá este sea el que tiene un universo de ciencia ficción más elaborado. También es uno de los dos más largos, con 18 minutos. No cuesta pensar en una versión para largometraje. Es una historia corta de Neal Asher un autor especialista en construir universo, contexto. Está en algún lugar perdido entre el space opera, el postcyberpunk y el transhumanismo. Inmortalidad, prótesis, evolución. Ideas ambiciosas enmarcadas en un entorno de escasez que puede remitir a paisajes postapocalípticos tipo Mad Max. Derroche de violencia y, más allá de las ideas elevadas, mucho de soledad, marginación del diferente y necesidad de amor para el espectador adolescente devorador de ciencia ficción. Amor, muerte y robots, digamos que encaja perfectamente en la premisa de la serie.

El equipo de directores, Leon Berelle, Dominique Boidin, Remi Kozyra, Maxime Luere; y el estudio francés, Unit Image, repiten en esta temporada. En la anterior se encargaron de Beyond the Aquila Rift, que era uno de los cuatro que seleccioné como más interesantes, a pesar de ponerle unas cuantas pegas de tono. Aquel también era una ambiciosa historia de ciencia ficción espacial con grandes temas filosóficos. Y como aquel, destacaba por su hiperrealismo gráfico. Si antes he comentado que los cortos de Blur Studio tenían un corte realista, este incluso los supera con algunas imágenes asombrosamente detallistas. Esto hace que esta temporada, el realismo sea definitivamente la tendencia más marcada.

 

4- Respuesta evolutiva

Episodio 3

Junto con el que acabo de comentar, este es el episodio más largo y con más desarrollo argumental. Su estética es fácilmente identificable con el universo de Blade Runner y eso, claro, no sorprende pero siempre funciona. La lluvia, el toque noir de ciencia ficción, los coches voladores, los edificios. Todo. Está dirigida por Jennifer Yuh Nelson quien ha participado en toda la temporada como supervisora. Es otro de los episodios de Blur Studios, con un estilo realista.

Es una adaptación de un relato de Paolo Bacigalupi, el autor de una de las novelas postcyberpunks más importantes, La chica mecánica. Si aquella novela era un retrato de los problemas de energía del planeta, aquí se centra en la superpoblación y en el control de natalidad. En la medida que vivimos más hay que reducir los nacimientos, y en el extremo de la metáfora de esta historia, la inmortalidad implica el fin de los nacimientos. También tiene una lectura más cotidiana acerca de la paternidad frente a la vida de ocio, una decisión que antes no se tomaba pero que ahora supone decidir entre dos tipos de vida. Un tema interesante que vuelve a confirmar a Bacigalupi como un cronista de los grandes temas que definen nuestro tiempo, desde la ciencia ficción.

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3- El gigante ahogado

Episodio 8

Tim Miller, el creador de la serie, se reserva un capítulo como ya hizo en la primera temporada con La edad de hielo. Y en ambos casos, se queda con una de las premisas más originales. Eso sí, mientras la anterior fue una historia que era sobre todo eso, una premisa original, pero le faltaba chicha, ahora ha adaptado un relato del mismísimo J.G. Ballard, el autor de Crash y El imperio del sol y otras muchas obras importantes. Una historia que tiene varias lecturas sobre el comportamiento de la sociedad.

Un gigante aparece muerto en una playa y se convierte en una atracción. Se reflexiona así sobre como reaccionamos ante los eventos notables. Algo noble y regio se trivializa, se vandaliza, se corrompe. Como cuando se convierte arte en turismo. También hay una idea acerca del recuerdo del relato, de cómo lo digno se vulgariza y se guarda en la memoria restándole importancia. Pienso en algunos movimientos sociales a los que el tiempo les quiere restar el valor conceptual que tuvieron. Reducir el significado del gigante a su carne. También se puede leer esta historia como si la realidad siempre ha sido la de una ballena varada en la orilla y la dignidad que quiere transmitir el narrador es una imagen poética.

Este es otro corto de Blur Studio de corte realista. Sobre todo los objetos inanimados (los coches, el paisaje) son asombrosamente fotorrealistas. La estética no parece de ciencia ficción, es muy cotidiana, natural. Los personajes sin embargo no están tan logrados. Sobre todo fallan sus movimientos, que son algo torpes. Lo que funciona muy bien es el gigante -quizá porque no se mueve- consiguiendo la imagen impactante cargada de cierta poesía. Magia. Una historia original y casi abstracta, como otros trabajos de Ballard. Una ejecución elegante y sutil.

2- La hierba alta

Episodio 5

 

La civilización frente a lo salvaje. El orden frente al caos. El rumbo de una vida frente a la deriva. Viajar frente a estar perdido. El horror que acecha más allá de la ventanilla. La hierba alta es una pesadilla en toda regla, de las que te despiertas jadeando, no tanto por el horror de las criaturas que habitan lo desconocido sino por todo el peso psicológico que tiene el sueño.

Esta es una historia escrita por Joe R. Lasdale, un tipo curioso que se mueve por materiales de serie B, pulp, terror y todo tipo de excentricidades, como la novela de Bubba Ho-Tep de la que Don Coscarelli hizo una extraña película o la sólida Cold in July que fue llevada al cine por Jim Mickle. Tiene una influencia clarísima del universo de H.P. Lovecraft. No es casualidad que el protagonista se le parezca físicamente al escritor. Lo extraño, lo desconocido que acecha en lo salvaje, la forma novelesca con la que se presenta el tren. La premisa recuerda también un poco a Howl de Paul Hyett.

Simon Otto, el director, curtido animador, decide darle un efecto vintage a sus imágenes. Es un 3D que pretende estar casi pintado al óleo, subrayando así el estilo de novela clásica. Como si fueran las ilustraciones que acompañan un texto de Lovecraft. Los movimientos tienen algo de artificial, casi como el stop motion, con un ratio de fotogramas por segundo bajo, como para confirmarlo como una sucesión de ilustraciones. Esto hace también que contrasten los derroches de terror a través de las criaturas salvajes, mucho más expresivas de lo que daría a entender el toque clásico del comienzo.

Abandonar la seguridad y la comodidad del camino marcado, de la luz, de lo civilizado, de lo ordenado. Darse un pequeño paseo por la hierba alta es un descenso a los infiernos. Las criaturas son almas perdidas que nunca debieron bajarse del tren. Seres que tomaron decisiones equivocadas. Ese paseo es alejarse del camino a un nivel psicológico. Alejarse porque siempre hay una tentación morbosa, una curiosidad peligrosa. Un aventura, un delito, caer en las drogas…

La hierba alta nos oculta, nos pierde, nos impide ver. Es casi un miedo ancestral, pues es un terreno en el que el ser humano puede encontrarse vulnerable ante peligros como serpientes. El corto crea una atmósfera agobiante con una estética de terror gótico a la luz de la luna llena, de pura pesadilla, jugando con varios arquetipos del terror. El tren, la noche, las criaturas. La inhóspita y salvaje hierba alta.

 

1- Hielo

Episodio 2

Uno de los capítulos que más me impresionó en la primera temporada fue el de Zima Blue. Ahora, su director Robert Valley y el estudio Passion Animation Studios, vuelven a conseguir otro corto estupendo. No tiene una historia tan interesante como aquella que era de Alistair Reynolds. Esta es de un escritor más modesto, Rich Larson, con una premisa y ejecución que pueden recordar a la superación personal de Gattaca. La voluntad sobre la condición física. También es un relato iniciático de adolescencia y aceptación en el grupo.

La historia no está mal pero lo que verdaderamente impacta es la animación, con un estilo muy personal, muy parecido al de Zima Blue. Muy lejos del realismo general de esta temporada, tenemos dibujos estilizados, poderosos. El contexto es apabullante con esos paisajes gigantescos, el viento gélido sin dar tregua, las grandes máquinas funcionando como criaturas solitarias. En pocos segundos te ha sumergido, lo quieras o no, en un universo oscuro, frío y épico.

Destacan los movimientos gráciles de los personajes modificados genéticamente, frente a la frustrada torpeza de quien no se siente a la altura. Como suele suceder, siendo un estilo mucho más libre se consigue un dinamismo mucho más fluido que el de aquellos cortos que pretenden imitar los movimientos realistas. La cámara tiene un movimiento firme y atrevido, afianzando así la sensación de profundidad y perspectiva. Los encuadres son mucho más audaces que en el resto de los episodios, en los que son más bien académicos. Un corto lleno de imágenes evocadoras que te deja con ganas de más.