Cannes firma

Festival de Cannes 2017: Más allá de la Palma de Oro (II)

Continuamos con el repaso a algunas de las mejores películas que se pudieron ver en esta edición del Festival de Cannes, pero que no estuvieron en la sección oficial a concurso. Todavía habrá tiempo para un tercer artículo con películas de otras secciones. Cannes es un festival realmente inabarcable.

The Florida Project

Una de las grandes triunfadoras de esta edición de la Quincena de Realizadores, a pesar de no haberse llevado premio, ha sido The Florida Project de Sean Baker. El director de la también notable Tangerine ha rodado una película  sobre la gente que se ve abocada a vivir en los moteles baratos que rodean Disney World en Orlando. Una américa olvidada, desamparada y marginal, que vive ajena al éxito capitalista, pero que a la vez es su consecuencia directa.

Sean Baker lo cuenta desde el punto de vista de una niña de seis años y sus amigos. Con la ingenuidad, la imaginación y la inocencia propia de esa edad, imaginarán castillos, reinos especiales, juegos y complicidades, en un entorno en el que todo tiene color, hay tiendas de frutas con forma de naranjas gigantes y los moteles están decorados como castillos o como cohetes espaciales. Sin ningún tipo de guía o figura de referencia irán cometiendo diferentes travesuras, de mayor o menor grado, que Sean Baker narra de manera episódica, sin remarcar demasiado ningún hilo narrativo.

The_Florida_Project-2© Marc Schmidt

En este mundo de colores brillantes y futuros grises, con sus propias normas y leyes, lo más parecido a una autoridad, a un defensor de sus habitantes, es el personaje de un genial Willem Dafoe, gerente del motel donde viven los protagonistas. La cámara de Baker acierta a darle una grandeza que le hace destacar entre toda la decadencia que le rodea. Una decadencia que destaca aún más entre los colores y las risas infantiles.

En una escena los niños juegan encima de un árbol caído pero aún vivo. La niña protagonista dice «este es mi árbol preferido, porque aunque está roto sigue creciendo», una genial metáfora para estos niños que podrían ser hijos de los protagonistas de American Honey de Andrea Arnold, o aquellos personajes cuando eran niños.

The_Florida_Project

Es cierto que a The Florida Project le sobra un poco de metraje y que alguno de los espisodios que Baker utiliza para hacer avanzar la trama resulta un poco artificial; pero eso no impide que sea una película notable, en la que la frescura de los niños no oculta el duro trasfondo que a veces si parece oculto a nuestros ojos fuera de la pantalla. Su plano final, fantástico en su significado remata de manera sobresaliente una película notable.

Wind River

Taylor Sheridan, guionista de Sicario y Comancheria, se pasa a la dirección con esta película que ya fue presentada con éxito en Sundance y que supone su segundo trabajo detrás de las cámaras tras Vile una película indie de terror que pasó absolutamente desapercibida.

Wind River es un neo-western que transcurre en la reserva india de Wyoming y sus helados y nevados parajes. El cadaver de una mujer aparece entre la nieve de las montañas con señales de haber sido violada y de haber muerto congelada intentando escapar de sus agresores. Una mujer joven de FBI (Elizabeth Olsen) es enviada para intentar solucionar el caso y pide ayuda a un cazador que trabaja en la zona (Jeremy Renner). Una estructura convencional para una historia de estas características que es mejor cuando  deja que las cosas se expliquen solas que cuando cae en diálogos explicativos.

Wind River

Otra vez, Sheridan se interesa por otra la otra América, la que tiene menos visibilidad. En Wind River, además de la acción y la investigación también se habla sobre las circunstancias que pueden hacer del día a día una batalla, sobre las comunidades olvidadas que empiezan a olvidarse ellas mismas de sus raíces o sobre la violencia contra las mujeres. Sheridan y su director de fotografía, Ben Richardson, reflejan un paraje tan bello como inhospito, conviertiendo el paraje nevado en un desierto helado física y sentimentalmente.

Con un Jeremy Renner en estado de gracia y una magnífica banda sonora a cargo de Warren Ellis y Nick Cave, Wind River confirma a Taylor Sheridan como alguien a quien tener en cuenta, no como guionista, también como director pues en esta ocasión brilla más en esa faceta.

Tesnota

Merecedora ganadora del premio a mejor director de Un Certain Regard, esta película supone el notable debut en el largometraje de su joven director (26 años) Kantemir Balagov, bajo la producción de Sokurov.

Ambientada en la República de Kabardia-Balkaria, al norte del Cáucaso, parte de la Federación rusa, cuenta la historia de Illana una joven que pertenece a la comunidad judía, pero que tiene una relación con un Cabardiano. Comunidades distintas sólo unidas por compartir lugar y por enemigos comunes. Una noche su hermano es secuestrado y los judíos deciden no acudir a a policía y encargarse ellos mismos de pagar el rescate.

Tesnota 1

Tesnota es rica en planteamientos. Por un lado tenemos un conflicto generacional con una joven que no se conforma con el camino marcado para ella y quiere romper con las normas impuestas. También está el componente racial, con la desconfianza entre las diferentes comunidades y el diferente apoyo que se recibe por parte de los miembros según su «pureza». El del egoísmo, como ante una situación dramática muchos intentan conseguir beneficio a costa del perjudicado, incluso el egoísmo en las relaciones familiares. Incuso, encontramos el de la banalización de la guerra, a propósito de unas imágenes sobre el conflicto checheno que ven una cuadrilla de adolescentes.

Kantemir Balagov rueda en un opresivo formato 4:3 que condensa todo eso y los refleja en el rostro de Illana magníficamente interpretada por Darya Zhovner. La frustración, el dolor y la impotencia traspasan la pantalla en una película con un importante y notable trabajo de puesta en escena, iluminación y sonido. Apunten el nombre, este debut promete mucho.

How to talk to girls at parties

Menuda bizarrada se ha marcado John Cameron Mitchell en su regreso a la dirección. Una película ambientada en la escena punk británica del 77 y que combina una historia de amor adolescente con una invasión extraterrestre. Suena como algo imposible de mezclar, pero sin embargo lo que representa cada una de las partes no podría tener mejor representación.

Basada en una novela gráfica de Neil Gaiman, How to talk to girls at parties rescata lo interesante que hay bajo la capa extravagante de un movimiento rupturista. El rock, los hippies, el punk, el grunge… no son más que movimientos que quisieron romper con lo establecido para avanzar, para evitar ser fagocitados por un pasado que ya no les representa.

Elle Fanning how to talk

Siendo como es una película tan alocada e inclasificable, no todas las escenas funcionan igual de bien, pero se lo perdonamos por su espíritu punk, su alocada irreverencia que envuelve un mensaje mucho más serio, por su magnífica banda sonora y por los geniales protagonistas, el atolondrado Alex Sharp y la sensual Elle Fanning.