Reseña de No intenso agora
No deja de ser curioso que un género como el de cine de no ficción (casi todos sus auotres prefieren esta nomenclatura a la de cine documental) tan apegado por su propia definición a la realidad, esté ofreciéndonos los últimos años algunos de los momentos cinematográficos más personales, atrevidos y autorales que podemos encontrar. Por ejemplo esta interesantísima No intenso agora, del brasileño Joao Moreira Salles que habla del pasado y del presente, de su vida y del mundo, de la historia y del cine, de la vida y el arte, de lo que fue y de lo que no fue, en una de las mejores películas de este año.
Joao Moreira Salles no ha rodado ni una sola escena para esta película compuesta integramente por imágenes de archivo, un auténtico found footage, en su mayor parte de cine amateur y las grabaciones que hizo su madre cuando viajó a China en los años 60, en plena revolución cultural. Su aportación es el montaje, la forma de mostrarla y su voz en off explicando lo que ve en esas imágenes. No duda en parar la imagen o repetirla varias veces para que podemos apreciar y volver a mirar con otros ojos lo que habíamos visto previamene.
El “intenso ahora” al que hace referencia el título de la película son las revueltas del 68 a lo largo del mundo, y cuyo exponente más famoso fue el mayo parisino. Pero es una visión distinta a la que habitualmente se ofrece de aquellos días en que París puso en jaque al poder establecido. Joao Moreira Salles con un estilo metacinematográfico -que me recuerda a lo que hace Emmanuel Carrére en sus libros- salta de lo personal a lo público, de lo local a lo global, de la anécdota a la tesis. El suyo es un ensayo de pena actualidad sobre la revolución y los revolucionarios en su concepto más general.
Pero si eso ya sería admirable, Joao Moreira no se queda ahí. No intenso agora tambien es un tratado sobre la figura del documentalista, sobre las maneras de grabar, sobre el tratamiento del punto de vista en las grabaciones. Sobre el cine, en definitiva. No pude evitar pensar en nuestra conversación con Carlos Muguiro (director de la escuela de cine de Tabakalera) en la que hablaba de la importancia de las grabaciones caseras, de esos archivos audiovisuales que casi todos tenemos en nuestras casas.
Hay una idea que menciona Joao Moreira en la película, algo parecido a “la inevitable excitación tras el choque con lo desconocido”. Algo así me hizo sentir esta película, una sensación de excitación tras descubrir otra forma de mirar las imágenes que ya conocía. Una película que sólo puedo recomendar vivamente.