Le lion est mort ce soir

La última película de Nobuhiro Suwa, Le lion est mort ce soir, es un delicioso homenaje al cine, a la fantasía y a los recuerdos. Proyectado el mismo día que The disaster artist, curiosamente, esta también arranca en un rodaje y gira, a su manera, en torno al rodaje de una, o dos, películas de cine.

Jean-Pierre Léaud interpreta un personaje que no deja de ser una versión de sí mismo. Es un actor veterano que durante la pausa de un rodaje aprovecha para visitar en las cercanías la casa de un antiguo amor, una mujer ya fallecida. Allí conoce a unos niños que quieren rodar una película de fantasmas y se ve envuelto en su rodaje. Mientras rueda la película tiene encuentros con el fantasma de su antiguo amor.

Con estos elementos Suwa mezcla lo fantástico con lo terrenal, lo profundo con la ingenuidad, el pasado con el futuro. Como en La muerte de Louis XIV la elección de Jean Pierre Leaud como protagonista parece una decisión metacinematográfica. No sólo su papel, sino el mismo, su papel como imagen de la Nouvelle vague, representa el pasado, la leyenda, los recuerdos. Un fantasma que no puede morir, porque la muerte es, en definitia, el eje de la película. Los niños se enfrentan a los fantasmas queriendo aniquilarlos, el protagonista se acerca a ellos en calma, degustando sus recuerdos y el placer del reencuentro. El cine como herramienta para no morir, para dejar un mensaje que nos perdure. Para no cerrar los ojos y negarse a desaparecer.

Iñaki la desarrolla más aquí.

Beyond words

La película de la polaca Urszula Antoniak es la que menos me ha gustado de competición en esta edición. Visualmente muy cuidada, un ejercicio de estilo trabajadisimo en un elegante blanco y negro que juega con los reflejos y las transparencias. Aunque me pregunto ¿para qué? La historia mezcla conceptos sobre las raices, la inmigración y la integración tratando de combinar simbolismos y realidad, pero se pierde entre la frialdad de su protesta y un final bastante descontrolado. El estilo tiene que ser puesto al servicio de la historia, es entonces cuando adquiere el sentido. Lo demás es mero lucimiento, y esta película me parece exactamente eso.