Canción dulce, de Leila Slimani

“El bebé ha muerto”. El comienzo de esta novela no podría ser más trágico. Lo que rodea a esa triste imagen es aún más escalofriante. En apenas cuatro páginas se describe el brutal resultado de un crimen espeluznante, uno de esos actos que no se pueden entender.

Un final desvelado antes incluso de que la historia comience realmente es algo que, en estos días en de análisis rápidos y simplistas en que se acostumbran a sacar los hechos, las frases o las imágenes de contexto, podría dar a pensar que ya lo sabemos todo. Pero como suele decirse, el diablo está en los detalles.

 

La novela en cuestión es Canción dulce, de Leila Slimani, que ganó el Premio Goncourt 2016 y ha sido publicada en España por Cabaret Voltarie en una edición muy cuidada desde la maquetación y presentación a la traducción. Canción dulce gira en torno a un matrimonio de clase media con dos niños pequeños. Myriam, la mujer, veía la maternidad de una forma idealizada. A la hora de la verdad, cuando su vida es absorbida por la dedicación a los niños, echa de menos conversaciones de adultos que no giren en torno a los hijos, echa de menos tener tiempo para poder arreglarse antes de salir a la calle, echa de menos su profesión de abogada. Paul, su marido, asciende y asciende en su glamurosa carrera de productor musical y, aunque no lo entiende muy bien, acepta contratar una niñera cuando Myriam decide aceptar una oferta de trabajo en un bufete de abogados.

Canción dulce

Louise es la elegida. Una menuda mujer de unos cuarenta años, con buenas referencias, que conecta con los niños, a la primera. Además ordena la casa, cocina y siempre está dispuesta para cubrir un imprevisto.Oro molido. En poco tiempo se hace imprescindible para la joven y moderna pareja que apenas entiende como podían vivir antes de Louise, la niñera sirvienta.

Sin grandes aspavientos, de una manera a la vez pausada y contundente, Leila Slimani va contando como evolucionan las relaciones entre los los personajes y dibuja al mismo tiempo el perfil de cada uno de ellos con una precisión casi quirúrgica mostrando sus pensamientos, miedos, sentimientos y contradicciones en una perfecta mezcla de thriller, novela psicológica y relato social. Temas como la maternidad, la búsqueda de la propia identidad o el miedo a la soledad sobrevuelan la trama principal.

Myriam y Paul son perfectos ejemplos de una sociedad bienintencionada que se siente incómoda cuando se da cuenta de que las separaciones de clase siguen presentes. Una élite burguesa y complaciente que trata de disimularlo y autoengañarse. No en vano los padres de Paul no dejan de hablar con romanticismo de su mayo del 68 criticando el acomodamiento de sus hijos sin percatarse de que ellos están igual de aburguesados. Mejor juzgar a los demás y autoengañarse que poner en peligro la propia comodidad. Una comodidad sustentada en personas como Louise, su empleada, de cuya vida personal ni saben ni quieren saber nada. Una empleada que les necesita tanto es necesitada por sus patrones, creando una relación ambigua y enfermiza.

PAR11 PARÍS (FRANCIA) 03/11/2016.- La escritora marroquí Leila Slimani posa con su libro "Chanson douce" en el restaurante Drouant en París (Francia) tras ganar el Premio Goncourt hoy, 3 de noviembre de 2016. EFE/Christophe Petit Tesson

Leila Slimani posa con su libro «Chanson douce» tras ganar el Premio Goncourt  EFE/Christophe Petit Tesson

Canción dulce está perfectamente construida y escrita. En cada página está presente la sensación de que bajo la apariencia frágil de Louise se esconde una bomba de relojería. La soledad, la incomprensión, las contradicciones, los prejuicios de clase, la desesperanza y la frustración no hacen más que hacer fuerza en el detonador de la locura y alimentar el deposito del odio. Con frases cortas y un estilo sobrio,fluido y sin adornos, Leila Slimiani juega con las elipsis y los saltos en el tiempo, convirtiendo cada suceso relatado en una pieza del engranaje que nos lleva al trágico desenlace que ya conocemos. Esta asepsia clínica a la hora de contar la historia -se nota el pasado como periodista de la autora- prescindiendo de subrayados o dramatizaciones, contribuye a hacerla aún más perturbadora, más real. No en vano la historia está inspirada en hechos reales. La narración, en presente, consigue sumergir al lector en el apartamento para ser testigo incómodo del devenir de los hechos.

Una novela que por estructura, el terrible suceso que cuenta e incluso por el tono que usa, guarda gran parecido con la película Perder la razón de Joachim Lafosse. Dos relatos que ni suavizan ni justifican la tragedia. Tampoco tratan de explicarla ni de simplificarla. Pero si que la contextualizan, si que la acercan a la cotidianidad de cualquiera y muestran la ceguera que muchas veces provoca nuestra comodidad. Una novela que remueve y hace pensar.


Título: Canción dulce (Chanson douce) – Autora: Leïla Slimani – Traductora: Malika Embarek López – Editorial: Cabaret Voltaire (2017) – Año de publicación: 2016 – ISBN: 9788494443480 – Páginas: 288