David R. L. no para. Rodó su primer largo, La noche del ratón, y tuvo suficiente éxito como para terminar en varios festivales internacionales y que una distribuidora americana, Shoreline, se fijara en él. Ahora, mientras prepara varios nuevos proyectos en cine hace una pausa para presentar su primera novela, una novela corta sobre una persona que se queda ciega sin darse cuenta. Hablamos con él.

David cree situar la escritura de la novela incluso antes de su primer largometraje. Digo “cree” porque dice que han pasado unos años y no recuerda ya todos los detalles. Escuchándole, yo diría que le pasa como al personaje de la película: es tan despistado que un día descubrió que había escrito una novela. No, es así, claro, pero hace que parezca fácil. “Igual estaba escribiendo antes de empezar con La noche del ratón. Igual era un momento en que no estaba haciendo nada, vendría de los últimos cortos y antes de La noche del ratón. Fue un poco como probatura. Había escrito muchos relatos muy cortos y quería ver si podía escribir algo con un poco más extensión. Era un ejercicio de ir en contra lo que a mí me sale”.

david_rlTanto quiere ir en contra de sí mismo que ha intentado alejar lo más posible de él la historia. Ambientada en una ciudad, París, en la que nunca ha estado, en un tiempo indefinido (más que indefinido, imposible). Llega a haber una frase en la novela que dice literalmente “No soy David”, aunque se refiere al rey bíblico. Le pregunto si la ambigüedad era buscada. “No surgió voluntariamente pero después me di cuenta. Es una frase afortunada. La novela estaba escrita a vuelapluma, luego ha tenido mucho trabajo de revisión, pero muchísimas ideas y sobre todo, el hilo que recoge la novela, ha respetado lo que salió en la primera redacción. He corregido errores, estilo, ese tipo de cosas”.

La literatura

Hablamos de sus influencias, a veces conscientes, otras veces inevitables. Ya hemos sido varios los que hemos sacado el nombre de Cortázar, al que se resiste un poco al tiempo que lo acepta, pues sus relatos de hace años estaban impregnados de él aunque ahora quería ir por otro camino. “Cortázar fue mi supercrush, siempre me ronda la cabeza. Yo lo he intentado evitar, no alejarme voluntariamente pero sí evitar caer en la emulación. Noemí -a la que dedica el libro- vio manierismos robados de Javeier Marías. Es otro que me impactó siendo joven. Los que te sorprenden más violentamente la primera vez son los que más se te quedan en la cabeza. Por ejemplo el abuso que hago del paréntesis es un recurso muy de Marías, solo que Marías sabe cuándo utilizarlo. En mi caso es puro vicio. El título tiene el 50% de un título de Marías, Tu rostro mañana, o sea que el 50% se lo he robado”.

Hablamos de su estilo, de cómo se pone en duda a sí mismo. De cómo el narrador se matiza. “Hay un cierto cinismo de estilo. Cuando el narrador utiliza alguna expresión al uso casi pide disculpas. Hay este tipo de juegos. Como estaba jugando al narrador-personaje, a mí me interesa que la narración sea incongruente. No quería que fuera un narrador omnisciente, quería que todo estuviera en la cabeza del personaje. En ocasiones se desdice, a veces es más vago, a veces más preciso. Incluso contradice sus propias emociones. Se trata de tener la sensación de que te lo está contando un personaje”.

La música

La música es un elemento muy presente, de diferentes maneras en la novela, tanto que incluso la estructura está dividida en cuatro movimientos. Le pregunto por ello.

“La música estaba como método de trabajo por un lado. Ponía una canción, y quería ver a dónde me llevaba a partir del punto de partida. Sin trabajo previo de estructura. A través de esas sensaciones musicales, a ver a dónde me llevaba. La elección de la música era bastante aleatoria. Me parecía interesante jugar con canciones que yo tuviera guardadas en listas musicales previas, que no hubiera preparado para la escritura, porque si yo preparo una música ya estoy condicionando lo que quería escribir. No sabía en qué iba a resultar pero me parecía más interesante hacerlo así. Esto era un experimento, un juego, no un trabajo para ser publicado. Me daba igual si me explotaba en la cara, quería ver hasta dónde llegaba.

Por otro lado, me interesaba porque quería manchar toda la narración de sonidos y de música porque lo que cuenta la historia es que alguien se queda ciego y todo lo que empieza a percibir. También quería dotar a la música y el sonido de una gramática visual. Hay un momento en el que hago alusión a que él está escuchando determinadas voces y se dice Las voces se giran para mirar. Estamos describiendo como el sonido se mueve en el espacio como si los percibiéramos de manera visual, como si viésemos esos sonidos. La idea era que el lector, todos estos sonidos, los vea. No sé hasta qué punto se ha conseguido”.

Presentación de 'Tu rostro por partes' en la librería Brontë, con Fernando San Martín

Presentación de ‘Tu rostro por partes’ en la librería Brontë, con Fernando San Martín

El cine

“Me parece que la novela es cero cinematográfica pero sí que es muy visual. Hay referencias, alusiones explícitas. Por ejemplo, hay una referencia a El desprecio pero más porque estaba escuchando su banda sonora mientras escribía que por una influencia concreta”.

Hablamos de sus trabajos en cine y está claro que La noche del ratón está muy alejada de esta novela, pero la planteo remontarse a otro trabajo anterior, el corto Enarmonía, en el que trabajó con intérpretes como Amaya Salamanca, Alex Angulo o Gorka Otxoa. En aquella había un juego narrativo en el que había cierta inestabilidad con el relato. “Puede ser, por un lado, por la manera en que entran y salen personajes, y lo hacen como pruebas del propio guionista. En la novela el personaje cuenta como todo lo que le había pasado con un personaje ya le había pasado con otro, pero las diferencias eran tal… La inestabilidad de espacio y tiempo es una herramienta muy consciente. No quería que se percibiese como una historia ni urbana, ni contemporánea ni atada a ningún tiempo, ni real. Que la percibiese como algo que flota en un abstracto que no supieras ubicar.

Próximos proyectos

A corto plazo no tiene pensado escribir más, por falta de tiempo. “De manera natural lo que me salen son historias cortas”. En lo que sí está bastante ocupado es en sus proyectos cinematográficos. Acaba de rodar en Madrid y está en proceso de montaje para un largometraje que se llamará Lady Off. “Aunque ya casi tenemos el primer montaje, nos quedan meses. Hay cuatro líneas de narración paralelas y si tocas una tienes que tocar las cuatro. En rodaje no teníamos ni idea de si teníamos una peli o no. Lo que hemos hecho ha sido rodar un largo en cinco días, casi siempre sobre el escenario. Horas y horas de representaciones y ensayos. Ahora sí creemos que tenemos una peli. Nunca habíamos rodado de esta manera”. Me aclara que es ficción. “Gran parte está rodada como la documentación de una realidad, pero los actores tenían unas premisas a partir de las cuáles tenían que comportarse. Más allá de la metodología, es ficción”.

Por otra parte tiene entre manos dos proyectos que están en fase de búsqueda de financiación. Uno de ellos, que se llama Handicap. “Me lo han encargado los productores de Gernika y es una peli de atracos. Llegaron a mí con una cuarta versión del guión y a raíz de empezar a trabajar conmigo hemos seguido buscando algunas ideas, porque ellos también quieren que yo esté contento con el tono por el que se opta, y ahora vamos por la sexta versión del guión. Queda por delante toda la fase de financiación. Es un proyecto ambicioso. Estamos aún en duda de si se rodaría en inglés”.

Y por último, un proyecto que ya estuvo a punto de materializase. “Lo estamos empujando desde que terminamos La noche del ratón es una comedia romántica con Michelle Jenner, que ahí estamos con Corte y confección (la productora de Requisitos para ser una persona normal) y estamos empujando muy fuerte para ver si la podemos levantar. Se titulará Em tiene una cita. Estuvimos a semanas de grabarlo en EEUU, y se nos cayó porque el ejecutivo que la llevaba allí cambió de compañía. Fue un gran chasco y lo dejamos un poco muerto. Pero hace más o menos un año lo recuperamos porque es un proyecto que nos apetece mucho hacer por la parte personal y queremos sacarlo adelante. Con los apoyos de Corte y confección y Michelle Jenner estamos empujando más fuerte ahora el proyecto.

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