Mikel Aguirre, Cheli Lanzagorta e Iñaki de Lucas son Amateur, ese grupo que, inevitablemente, asociamos a La Buena Vida. Los tres formaron parte de la mítica banda donostiarra y son conscientes de que ese legado siempre les va a acompañar. Una compañía que llevan con orgullo aunque este sea un nuevo proyecto con su propia historia y su propia identidad. Quedamos con Mikel y Cheli en su local de ensayo, en el barrio de Amara de San Sebastián, en una zona que siempre ha albergado muchos locales de ensayo. Mientras preparamos la entrevista charlamos sobre quién está y quién estuvo, sobre anécdotas de los grupos que ensayaban ahí, sobre el característico olor de los locales de ensayo… Hay un cierto fetichismo en el aire. A todos nos gusta la sensación de estar en el local, a ellos porque es el lugar donde llevan a cabo su pasión. A mi porque sigo siendo ese fan de La Buena Vida que se emociona con sus canciones y no puedo evitar pensar que quizá alguna de mis favoritas se compuso entre esas cuatro paredes.

En ese ambiente y unos días antes de que presenten su disco Debut! en el Victoria Eugenia charlamos sobre hacer canciones, la tecnología, la emoción y lo que será el concierto del día 28 de diciembre.

La técnica también es un arte

Lleváis varios meses presentando el disco, concediendo muchas entrevistas y respondiendo siempre a preguntas muy parecidas. ¿Hay algo que echéis de menos que os pregunten?

MIKEL: Siempre preguntan poco sobre lo que es la grabación del álbum. Siempre se habla del resultado de las canciones, de lo que suponen estas canciones para otras personas, para uno mismo; pero del proceso de elaboración que es un tema técnico, aunque mezclado con matices artísticos se haba poco. Incluso gente que sabe mucho de música, te preguntan sobre cosas personales, pero nunca hay preguntas sobre cómo has grabado las acústicas, si están grabadas por línea o están hechas con micrófono, ¿y cómo ponías el micrófono? ¿Lo ponías cerca o lejos? y eso si me gustaría que me preguntaran porque siempre aprendes. Aunque no soy un experto con los años hemos ido aprendiendo y la verdad es que es bonito hablar sobre eso. Porque ese tipo de cosas a final influyen un montón en el resultado. Cuando grabas un disco siempre aprendes algo.

¿Y qué has aprendido esta vez?

M: En la grabación de Debut! he aprendido la importancia de la masterización. Un proceso que es el último, que a priori parece una cosa técnica y a la que nunca había prestado demasiada atención en los anteriores álbumes que he grabado. En este si, y me he dado cuenta de que es una parte del proceso súper importante. Es como el barniz que le das a la obra a final es como la dejas en su estado definitivo. Lo que se busca matizar de tal punto las frecuencias que sirva para sonar en todos los equipos, en la radio y tal. Se busca un estándar que esté compensado, que no esté desfasado. A priori es algo técnico, pero influye mucho lo que tú quieras. Si andas buscando que el disco sea gordito, que los bajos sean importantes; pero de repente la masterización va por otro lado y busca mucho volumen u otro tipo de matiz, eso afecta al resultado final.

Pues sigamos hablando de la grabación. ¿Soléis grabar toda la banda en directo o por partes?

M: Mitad y mitad. Primero hacemos un cascarón, grabamos una estructura que sería lo básico de la canción. Igual un piano con la batería, el bajo, la acústica y la voz. Así es como hicimos los temas de Debut!. Y sobre esos cascarones trabajamos. Muchas veces ocurre que decimos «jo, es que la voz de referencia es a bomba» Igual porque estabas relajado y sin ningún tipo de presión y te salió una toma que es preciosa. Si da la suerte de que la hemos grabado bien puede que incluso la conservemos hasta el final y esa sea la voz definitiva. Eso es genial. En cualquier caso aunque hagamos recordings y anulemos esas pistas iniciales, la canción sigue manteniendo una coherencia que sólo la consigues en vivo. No es lo mismo grabar por partes, todos por separado, que grabar todos juntos, cuando te estás viendo y dices «esta parte para arriba, esta parte para abajo»

CHELI: Hace poco he leído el libro que ha publicado Paco Loco, el productor de Gijón, y en él decía que se suele decir que lo mejor es que grabe la gente junta, que es lo guay, con todo el mundo metido en la película y esas cosas; pero él decía que es partidario de grabar bajo y batería. El mismo dice que no es que sea mejor este método que el otro; pero a él le funciona, porque sobre esa base puede construir bien. Otra cosa que dice en el libro es que ha aprendido que tiene que tener el estudio preparado para grabar todo. Es decir, que si hay un hammond que siempre esté listo para que si alguien quiere tocarlo pueda hacerlo. Evitar el proceso de empezar con vamos a montar un ampli, vamos a poner el micro… no tiene que estar todo dispuesto para atacar en el momento.

Tratar de no perder la inspiración

M: es un poco a la americana, a lo anglosajón. Como en los estudios de los 70. «Necesitamos alguien que toque el steel guitar». No hay ningún problema, en la habitación de al lado tenemos al mejor, pim pam pim pam, en media hora estaba grabado el arreglo. Eso es ser efectivo. No es eso de tengo un plugin de mi nuevo programa de ordenador que simula una steel. Manual, estudiar, enchufrar, rutear… para cuando has llegado a volcar la idea, se te ha ido a magia, te has enfriado.

C: O empiezas a cuestionarla. «Voy a probarla de otra manera…» Que las posibilidades son infinitas. Ya no hay tiempo real en la grabación como antes, que la cinta física iba de A a B. Ahora puedes entrar en cualquier momento y en cualquier sitio y eso también dispara las posibilidades y dispara tu propia «elucubración» es que hay muchas posibilidades, voy a probar 100… y eso al final te va apagando el impulso.

M: Muchos músicos tienen muy claro lo de las primeras tomas, sobre todo para cantar. Cuando cantas una canción cuatro veces seguidas ya no la cantas de la misma manera que la primera vez, porque no puedes simular las sensaciones que tienes que tener para cantar la canción. Eso sale natural. La cantas una vez y es lo que ha sido. La segunda estás pensando «esta parte que me ha quedado un poco por allí, la voy a cantar…» y ya no es tan auténtica yo creo.

La tecnología y el pulso humano

Pero la tecnología ofrece muchísimas posibilidades hoy en día.

M: Un detalle que hemos hablado durante la grabación del disco es que la música electrónica y los medios que existen ahora para poder grabarte un disco en casa con un ordenador, por un lado son la bomba, pero por otro lado se corre el riesgo de intentar llegar a esa perfección perder el alma. Como puedes cuantizar, puedes volver a editar todo hasta que quede perfecto… Pero eso le resta alma a la música. La música de los años 20 estaba grabada en unas condiciones que, aunque eran las mejores de la época, eran mucho peores que las actuales. Tiene magia porque hay desde ruido hasta el latido del ser humano. No son máquinas que están cuantizadas y está todo perfecto. Yo soy partidario de la música hecha por personas, no con fallos sino con matices, donde está el pulso, las personas. Nadie toca la guitarra igual, nadie canta igual, nadie toca el piano de a misma manera. En lo que aporta cada uno a nivel personal, ahí está la magia. Una máquina lo puede hacer perfecto y lo puede copiar perfecto, pero no tendrá la misma alma. Hay muchos músicos y discos que caen en el riesgo de querer dejarlo todo perfecto y las producciones son frías. Tú oyes los discos de los 60 de soul e igual aprecias fallos y no sonarán tan bien, pero esos discos están vivos.

C:  Buscas la perfección y nunca la encuentras. No sólo Amateur, hablo de cualquiera que se dedique a la creación. Si existiera la perfección haríamos un sólo disco y se acabó. Afortunadamente existe la imperfección y en el próximo voy a intentar que esto que no me ha acabado de satisfacer pues superarlo.

Eso que habláis me recuerda a algo que echo de menos en muchos discos de ahora. La urgencia, la necesidad de expresar algo y expresarlo ya.

M: yo creo que hay más música, más músicos y más grupos que nunca. Lo difícil está en separar el grano de la paja y descubrir cosas potentes. Depende, también, de la disciplina en que te muevas. Pero si que hay pocos discos de lo que a mi me gusta hacer, que son canciones melódicas, melodías principalmente, que lleguen a lo que se hizo en los 60, 70 y 80. Muy pocos. Incluso canciones. La música va por otros derroteros en muchos sentidos. A mi las primeras cosas que hizo Bjork me encantan; pero oigo lo que ha hecho ahora y me deja muy frío. Radiohead, es un grupo que me encanta, pero me parece que es música complicada, nada mainstream, que no es para todos los públicos y que es muy experimental y muy particular. Hay pocas cosas que me lleguen y me sorprendan. Con Radiohead me ocurre, con Wilco… Claro, me dirás «no me estás descubriendo nada», es que creo que no hay mucho tampoco para descubrir. Arcade Fire; tiene cosas que están bien… pero una canción o dos; pero álbumes como Ziggy Stardust que te peudes oír del primer al último tema y que hace music hall, rock & roll, folk… son otros tiempos.

C: El concepto de álbum ha decaído mucho

M: Ahora es a golpe de click, veinte segundos y no sé… yo me quedo con el tono romántico de otras épocas. Al menos es lo que yo quiero trasladar en mis canciones. Debut! es un álbum como a la antigua usanza.Trabajamos 18 canciones y nos hubiera gustado que fuera un álbum doble, pero nos lo desaconsejo todo el mundo. De todas formas si todo va bien esperamos hacer una edición limitada doble, con todo, a la antigua usanza. ¿Por qué? Porque es verdaderamente el formato en el que el disco coge sentido totalmente, oyéndolo de Pe a Pa. No hemos ido buscando el single o pegar el pelotazo con este ritmo, con lo otro, con el despacito… es otro concepto de la música.

Debut! Un disco artesanal y ambicioso

Habéis tardado tres años en grabar el disco, ¿no os habéis aburrido?

C: Son tres años, pero no de todos los días. Nos hemos dedicado un día a la semana

M: Normalmente los discos se graban en aproximadamente un mes. Luego igual se hacen las mezclas en otra tanda y por último la masterización. Nosotros dijimos que no teníamos prisa, ni siquiera sabíamos si íbamos a publicarlo. No sabíamos si a alguien le iba a interesar. Queríamos hacer las canciones como nos soñábamos que esas canciones tenían que estar hechas. Veníamos un viernes a la tarde, como hoy, nos tomábamos un Gin Tonic, y decíamos «venga, vamos a grabar unas guitarras» y hablábamos sobre si esto está bien, esto está mal. Venga, quedamos el viernes que viene… y así, hemos ido por fases. Ha habido momentos en que hemos tenido que parar, momentos que en que hay que escuchar o incluso hay que tirar, eso es doloroso también… Lo hemos hecho con mucha calma, al detalle, con mucho mimo. Decíamos «a esta canción le iría guay un Hammond de Joserra, pues en estas cuatro también, vamos a llamarle y que venga un día y que lo haga». Quedar con él. que viniera una tarde…


C: Es un disco artesano. Trabajo hecho con cariño, poco a poco.

M: No ha habido un productor ejecutivo. Hemos sido nosotros quienes lo hemos organizado, financiado, gestionado, llamado a todo el mundo. La verdad es que hemos tenido suerte porque muchas veces cuando estás trabajando no sabes si estás haciendo una patata o una obra maestra. Y yo tenía muchas dudas, siempre tienes dudas; pero creo que ha habido suerte y que la gente que ha colaborado ha aportado pinceladas que han enriquecido mucho al álbum y no lo hacen monótono. Creo que el álbum es variado, que las letras están bien. De los discos que yo he grabado, este es del que más satisfecho me he quedado. Ha habido momentos de decir «jo, llevamos dos años» y habido que ponerse un limite; pero creo que el disco es como es por como lo hemos hecho.

C: Las colaboraciones han aportado colores a nuestro trío. Nosotros estamos muy metidos en la composición y la génesis de las canciones y ellos aportan desde fuera colores y matices a la música.

Pero aún así, tres años, ¿no es mucho tiempo girando sobre las mismas canciones?

M: Pero es que son muchas canciones. Si hubiera sido el mismo tiempo con la mitad de canciones, o con diez, igual si hubiera sido fácil caer en la reiteración; pero en realidad ha sido como grabar dos discos al mismo tiempo. No  hemos tenido tiempo de andar poniéndonos demasiado quisquillosos. Cómo decíamos tampoco queríamos que fuera perfecto. Buscábamos más sensaciones. Por ejemplo, creo que una de las cosas fundamentales del disco es el sonido de piano y tiene una historia. Unos meses después de empezar a grabar las maquetas del disco encontramos en Durango, por casualidad, un piano Steinway de 1938 . Nos lo compramos por cuatro duros, lo rehabilitamos sin saber si iba a funcionar, nos dijeron que si, se afinó y se ha utilizado ese piando. Es un piano que tiene una voz de 80 años y tiene algo especial. No todos los pianos se han grabado con ese piano porque técnicamente en algunas tesituras no funcionaba y hemos usado otros pianos también. Pero lo que decíamos antes, un piano de pared, que no necesita enchufarlo, ni rutearlo, ni internet ni nada. Es como una bicicleta, abres la tapa y a caminar. El mismo te recompensa, a nada que hagas cuatro melodías, dices jo que bonito suena. Por ahí ha ido el disco: Intentar ser artesanos no muy quisquillosos.

Ojo, es un disco artesano pero es una producción ambiciosa, porque solamente el hecho de grabar 18 canciones, 90 minutos de música, supone un importante gasto de estudio, horas de trabajo del ingeniero, de edición. Debut! es una producción ambiciosa, pero low cost, financiada por nosotros. Es casi un disco hecho al nivel de los mejores momentos de La Buena Vida, cuando nos lo pagaba una compañía, discos caros. Porque eso que dicen que te lo puedes grabar en tu casa con un iPad…. pues igual Moby o un talento de esos te lo puede hacer fenómeno, pero yo creo que los discos y la industria que había antes de estudios de grabación, músicos de sesión, etc, etc, eso se ha perdido y va en perjuicio de la propia música. Lo mismo que el cine. Ben Hur es imposible hoy en día. Costo lo que hoy no hay; pero en aquel momento el cine tenía una repercusión en el mundo, sin internet ni nada, la gente el sábado iba al cine en todo el planeta. Entonces los productores estaban dispuestos a gastarse ese dinero que hoy en día no. Y la calidad de las películas se ve afectada. Lo mismo en la música.

La misma ilusión de siempre

¿Conocer el lado de la industria os ha quitado algo de ilusión, de romanticismo?

M: La industria musical es como si fuera otro continente. Nosotros estamos en Groenlandia y ellos están en las antípodas. En realidad nosotros no hemos tenido que negociar ni hablar con nadie… Tampoco teníamos claro si queríamos publicar el disco. Un día vino el que hoy es nuestro manager, Mariano Tejera, que fue manager también de La Buena Vida y le invitamos a que escuchara lo que había en el estudio. Él fue quien nos dijo que le gustaría mover eso y ver si a alguien le interesaba. Nosotros no hemos tenido que bajar a negociar ni a hacer nada. Nos hemos puesto en manos de una persona neutra que nos reportaba las sensaciones que tenía y cuales eran las propuestas que había. Esa es la mejor manera. Todo no se puede hacer. No puedes conducir, montar, llegar, tocar, vender… los músicos se tienen que dedicar a lo que saben hacer bien y para negociar hay que dejar que te asesoren quien conozca la industria y como funciona. En diez años ha cambiado un montón.

C: En estos años ha cambiado mucho la difusión. Lo que es la industria, como decías, no es nada romántica; pero es que tampoco lo era antes. La industria es la industria. Da igual que haya Spotify o que estés en los 40 Principales como era antes. La industria ha adelgazado mucho con las dos crisis, la económica y la propia del sistema de difusión, pero sigue siendo el aparato. Una cosa que no nos ha interesado antes, ni ahora. Nosotros lo que queremos es componer canciones, dar conciertos y que la gente disfrute de los discos y de los conciertos. Lo otro es un instrumento que nos ayuda a hacer eso. Lo ideal es que no te influya en absoluto y diría que ni siquiera te enteres.

Este disco os lo distribuye Sony

M: Te venden eso de una multi es mucho peor que una independiente… yo creo que depende de las personas, de la coyuntura que te toque vivir y de tus decisiones también. Ahora lo que ya no se lleva es el contrato discográfico a la antigua usanza, donde firmabas para tres álbumes y en realidad vendías el oso antes de haberlo cazado. Se comprometían a ponerte cierta cantidad de dinero para producción, para hacer ese álbum, un adelanto de royalties y tal… eso está en desuso. Poca gente viene y ariesga tanto por un grupo sin tener las canciones.

C: Sin embargo ahora hay una ventaja con respecto a eso, que somos dueños de nuestros masters. En todas las grabaciones anteriores, el dueño es la discográfica. Con el sistema de licencias la industria se dedica a fabricar y distribuir; pero el artista sigue siendo dueño de su master. Cuando el contrato de licencia acaba, el artista recupera sus canciones.

M: Debut! es una licencia Sony Music de Amateur Música. Nosotros hemos financiado y hemos grabado el disco y le hemos entregado un producto terminado a la multinacional para que ellos fabriquen, distribuyan y comercialicen ese disco durante un periodo de tiempo. Cuando ese plazo revierta, el disco vuelve a nuestras manos. Podremos negociar con otra compañía o guardarlo en un cajón y dejarlo veinte años hasta que se conveirta en un clásico.

Esto es genial, porque ese ha sido e engaño de la industria todos estos años. ¿Por qué Simon y Garfunkel no pueden ser dueños de sus canciones? Es cierto que ellos invertían un dinero en que tú pudieras hacer realidad ese proyecto, pero en realidad es un tema de mover hilos y conseguir el dinero para hacer lo que quieres hacer. Ahí no está la magia. La magia está en lo artístico.

Pues vamos a volver a eso, que a mi también me gusta más. Es una gozada escucharos ilusionados con componer y tocar a pesar del paso del tiempo

M: Hace poco le leí Robert Smith, el líder y cantante de The Cure, que tendrá cerca de los 60, que decía que se sentía igual que con 13 años. Yo empece a tocar con La Buena Vida con 13 años y a mi me sige dando el mismo subidón que entonces. Es cómo la máquina del tiempo. Entro en el local y yo me olvido. ¿Mindfulness? Yo no necesito heso. Mi Mindfulness es venir aquí y yo me olvido de todo. En ese sentido me mueve lo mismo que me movía entonces.

C: Es una necesidad de expresión que la tienes desde muy pequeño.

M: Y es un don. Cuando desapareció La Buena Vida y murió Pedro, es una de las cosas que nos llevaron a formar Amateur. El no perder las buenas costumbres, que no todo el mundo tiene la capacidad de hacer discos y meterse en un estudio y arreglar una producción. Además de llevarte bien con otros compañeros y vivir las vivencias etc, etc, Yo creo que en ese sentido es como un vicio que no te lo puedes quitar.

Debut! en directo

Amateur Concierto

Y los conciertos, ¿qué idea tenéis para presentar Debut! en vivo?

M: La idea es hacer poco y bien hecho. Queremos ir allí donde nos llamen. Claro que la propuesta en directo, que somo Iñaki, Cheli y yo, más Fernando Neira al bajo, Joseba Irazoki a la guitarra y Paul San Martín al Hammond es una propuesta que implica mover a seis personas, con el material, el equipo técnico necesario… te metes en unos compromisos que no se pueden llevar a cabo en cualquier sitio, ni en cualquier escenario, ni con cualquier presupuesto. Nuestra idea poder ir todos los sitios donde se pueda y si vamos ganando confianza y los promotores se van soltando pues nos encantaría hacer el disco con una orquesta en directo y ese tipo de cosas.

Yo también creo que Amateur tiene su hueco en los Festivales. Ya estuvimos en el Kutxa Kultur y creo que bien programados, en una hora idonea es un grupo que puede encajar en Festivales, que es lo que hoy en día se mueve.

Salas y teatros es donde a mi más me apetece tocar. Creo que es el marco idóneo para oír esta música. Estamos abiertos y con muchas ganas. Hay varias cosas que están en el aire, pero tenemos intención de tocar en las capitales de provincia importantes, Madrid, Barcelona, Zaragoza, algo en Galicia, Andalucía…

Los músicos que os acompañan son un auténtico Dream Team.

M: Ni en los mejores sueños hace un año pensábamos que íbamos a tener una banda así. Fernando ya había colaborado en el disco, la mitad de los bajos están grabados por él y Paul es un crack total. Bueno, los tres lo son. La incorporación de Joseba al final le ha dado un punto muy bueno porque hemos tratado de no repetir en directo la fórmula del disco, de darles un poco de libertad a los músicos de tal manera que ellos también aporten al directo. Yo creo que la propuesta en vivo es más soul. En el disco hay bastante cuarteto y en directo hay mucho órgano Hammond, que le da un rollo más Van Morrison, más soul, que a mi me gusta mucho también, otro punto para las canciones.

C: Yo creo que siempre es interesante cuando un grupo plantea una puesta en directo, cuando defiende un álbum, que no lo escuches como si estuvieras escuchando el álbum en el salón de tu casa. A esta le han dado la vuelta, esta la bordan de otra manera, aquí este instrumento lo hace este otro y le da otro aire… es decir, enriquecer la escucha que tu has tenido.

M: Sin pasarnos como Dylan, que dices ¿cuál era la que ha tocado? ¡Las nuestras se reconocen!

El jueves 28 lo comprobaremos